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Estirar, seguir estirando

  • El Betis Energía Plus afronta la exigente papeleta de aumentar la racha de victorias frente a un Barcelona enrachado

  • Ambas escuadras llegan a la cita tras cuatro triunfos seguidos

Lo más complicado del deporte profesional no es solamente ganar, sino conseguir la regularidad suficiente para conservar la línea victoriosa. No ha sido poco el mérito del Betis Energía Plus por haber revertido la situación en la presente campaña. Tras diez choques perdidos consecutivos, el equipo verdiblanco acumula una racha de cuatro triunfos seguidos. Ahora llega lo difícil, mantener la línea de triunfos. Estirar la racha, seguir estirándola, cuestión que se antoja harto complicada de por sí cuando, más aún, el adversario es el todopoderoso Barcelona Lassa.

Además, ha venido a coincidir el mejor momento del equipo azulgrana de toda la temporada con su visita a San Pablo. Si se suman los resultados de la Liga Endesa y de la Euroliga, el conjunto de Sito Alonso acumula cuatro victorias, una racha casi desconocida en este irregular Barcelona. El último partido ganado, ante el CSKA de Moscú en la Euroliga, líder de la competición continental, fue además una demostración de hegemonía. Este Barcelona es sin duda otra cosa. Hay jugadores que se han activado y que hasta parecen otros. Son los casos en las jornadas precedentes de Juan Carlos Navarro o Petteri Koponen. Sus porcentajes en el lanzamiento desde la línea de 6,75 fueron en gran parte culpables de la exhibición del pasado jueves contra el equipo moscovita. Por no mentar a jugadores como Thomas Heurtel o Adam Hanga, que están funcionando como un tiro desde el inicio de la temporada. Si a estos elementos se añaden el peligro de Kevin Seraphin y la clase de Ante Tomic en la zona o la fiabilidad del ex cajista Pierre Oriola en el rebote y en los movimientos sin balón, puede comprenderse la definición de un Barcelona potencialmente invencible. Sólo una circunstancia corre a favor de los béticos. El enrachado equipo barcelonista, con el de hoy, habrá disputado cinco partidos en diez días: el viernes 29 ante el Khimki, el domingo 31 ante el Fuenlabrada, el martes 2 de enero ante el Gipuzkoa y el jueves 4 frente al citado CSKA.

Sobre el papel, el Betis Energía Plus, ante una situación como la planteada, debería proponer un partido físico e intenso. Si los béticos supieran imprimir un ritmo alto al encuentro, es de esperar que las reservas de glucosa de los barcelonistas decrezcan conforme avancen los minutos y comience a aparecer la fatiga. Para ello, indudablemente, la escuadra dirigida por Óscar Quintana tendría que seguir apretando las tuercas en defensa, apretar, seguir apretando, y esperar el error de unos azulgrana a quienes resulta dificultoso encontrarles un lunar en el rendimiento, a tenor de lo visto en los últimos cuatro choques.

Tampoco deben achantarse los béticos ante una cita como la que tendrá lugar este mediodía en San Pablo. Como a los barcelonistas, cuatro triunfos preceden igualmente a los verdiblancos. En este apartado cabría mencionar un paralelismo entre los dos contrincantes. Por un lado está la notable mejoría en defensa protagonizada por ambos equipos. Sin ella, ninguna de las ocho victorias, contando a los dos rivales, habría llegado. El equipo cajista ha pasado de ser un adversario al que era fácil anotarle 90 puntos durante las primeras diez jornadas a encadenar cuatro con poco más de 72.

El logro es indudable. En el día de hoy, los jugadores verdiblancos van a tener el desafío de contener al líder en las estadísticas de triples. No son pocos los barcelonistas que tiran triples, muchos triples además, y los que cuentan con un sobresaliente porcentaje, por encima del 40%: es el caso de Moerman (43% de acierto), Heurtel (46%), Ribas (47%), Navarro (41%) y Vezenkov (42%) y Koponen (44%). Y, aunque los baremos béticos desde la línea de tres han mejorado sensiblemente en las jornadas anteriores, sus mejores tiradores, Luke Nelson, Blake Schilb y Ryan Kelly, cuentan con unos registros del 38%, en los dos primeros casos, y del 32%, en el caso del cuatro estadounidense.

La comparación entre equipos como el Barcelona y el resto de los que componen la ACB es a todas luces injusta. El club catalán aspira siempre a lo máximo en todas las competiciones en las que compite. No sucede igual con el Betis, cuya función, sobre todo en campañas como la actual, consiste en resistir de la mejor manera posible. Pero hay otra verdad inexcusable que contrarresta lo anteriormente dicho: la competición es la competición, el juego es el juego y, en los deportes colectivos, confluye una rica variedad de factores y azares que finalmente inclinan los choques de un lado o de otro.

Pocos partidos hay en la ACB que puedan motivar tanto a los miembros de una escuadra como la bética que jugarlo ante el Barcelona, por el escaparate de cara al exterior que supondría una victoria como por el prestigio de hacerlo bien ante un grande europeo. Habrá muchos ojos observando. El reto del Betis no es menor, pero hacerlo en casa, ante su afición, aportará ese granito de más que insufle ánimos cuando la situación se presente adversa. El objetivo no es otro que seguir.

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