Pocos entrenadores en la historia del Sevilla pueden presumir de haber ganado en el Santiago Bernabéu, y de hecho, sólo uno, Pepe Brand, ha logrado repetir en la Liga, aunque Helenio Herrera lo hizo sumando actuaciones en Liga y Copa.

Jiménez puede ser el segundo en hacer un doblete el Liga 68 años después del Petit Brand, aunque para ello tendría que profanar la plaza del Paseo de la Castellana el próximo sábado. No obstante, se antoja una empresa complicada por cuanto el equipo de Pellegrini en la actualidad es el único club de Europa que no ha dejado escapar ni un solo punto esta temporada de su estadio. Ese honor, que compartía con el Mallorca hasta hace dos semanas, se lo arrebató el equipo de Jiménez al conjunto balear, pero la dificultad del nuevo reto es mayor.

Un honor que Jiménez sí comparte con Brand pero con nadie más es en ser el único en haber ganado al Real Madrid en su estadio tanto como jugador como desde el banquillo. Si la leyenda de la línea del miedo venció como futbolista en una Copa en el año 26 cuando aún no había ni Liga, Jiménez lo hizo en la temporada 85-86 de la mano de Manolo Cardo en un 1-2 que comenzó mal para los intereses sevillistas con un tanto de Santillana, pero que lograron remontar López y Sanjosé, éste de penalti. Es uno de los 8 únicos triunfos sevillistas en el feudo capitalino, excepción hecha de la Supercopa de España que conquistó con Juande Ramos hace tres temporadas en un partido de vuelta que acabó con el resultado de 3-5 que abrochaba el 1-0 de la ida en el Sánchez-Pizjuán y dos triunfos coperos, el mencionado del 26 en una extraña liguilla de octavos que coincidía en el tiempo con la muerte de Spencer y otro de Helenio Herrera.

Pero en el campeonato liguero, Jiménez es uno de los siete únicos entrenadores que han logrado ganar al Madrid ante su público junto al citado Brand -39-40 (1-3) y 41-42 (0-2)-, O'Connell -43-44 (3-5)-, Herrera -55-56 (3-4)-, Merkel -70-71 (2-3)-, Cardo -85-86 (1-2)- y Caparrós -04-05 (0-1)-.

Chamartín y el Bernabéu, en sus dos nomenclaturas, es el estadio que más se le ha resistido a lo largo de la historia, dándose la circunstancia de que hay un denominador común en los triunfos nervionenses en terreno merengue y es la abundancia de goles, pues la mayoría de las victorias llegaron con resultados con muchos tantos y alternativas en el marcador.