Milito vs Milito: Duelo de 'sangre' en el área del Barcelona
Gabriel, defensa central del Barcelona, y Diego, delantero centro del Inter de Milán, se verán las caras en el césped del Giuseppe Meazza.
Son de esa clase de hermanos que se dicen también íntimos amigos, pero supieron estar semanas sin hablarse por culpa de un partido: así viven el fútbol Gabriel y Diego Milito, que mañana protagonizarán un nuevo duelo de sangre por la semifinal de Liga de Campeones entre el Barcelona y el Inter de Milán.
A diferencia de otros hermanos históricos como los holandeses Frank y Ronald de Boer, los más lejanos en el tiempo Willy y René van de Kerkhof o los argentinos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, los Milito vivieron durante su carera una historia más parecida a la de los italianos Simone y Filippo Inzaghi, pasando más tiempo cara a cara que hombro a hombro.
No habrá excepción mañana en el Giuseppe Meazza, donde los argentinos chocarán de frente en el área azulgrana: uno como delantero del Inter, Diego, y otro como defensa del Barcelona, Gabriel.
Repetirán al más alto nivel de exigencia lo que viene siendo una constante desde que de chicos dejaron el barrial club Viejo Bueno. Gabriel pasó a Independiente, y Diego, a su acérrimo rival de Avellaneda, Racing.
"Tuvieron algunas batallas duras en aquel momento y es lo mismo que va a pasar ahora. No se reprimen para nada cuando se enfrentan", dijo la semana pasada Jorge Milito, el padre que debió a veces dividirse para seguir de cerca hasta los entrenamientos de ambos.
El duelo que define la absoluta falta de complacencia mutua es el Racing-Independiente de marzo de 2003. Gabriel cometió una dura falta y Diego corrió al árbitro para recordarle que su hermano estaba amonestado. "¡No seas vigilante (delator)!", le espetó el central, indignado.
Por ese entonces, y pese a jugar ya en Primera desde hacía unos años, todavía compartían habitación en la casa paterna. No se hablaron por un par de meses.
Probablemente no lleguen a ese extremo mañana, pero la intensidad será la misma.
"Mi trabajo será mantener a Diego y a (Samuel) Eto'o bajo control. Los sentimientos no interfieren", recordó Gabriel, 28 años, uno menor que el delantero del Inter, que será una amenaza de alto riesgo para el Barcelona: lleva 33 goles en lo que va de temporada en todas las competiciones.
Los hermanos conocen de memoria virtudes y defectos de cada uno, pero no se miden desde 2008, cuando los azulgrana visitaron el estadio del Zaragoza, el único club profesional que los unió, entre 2005 y 2007.
Fue antes de la partida de Diego, primero al Genoa y después al Inter, y de la lesión de rodilla que alejó de las canchas a Gabriel durante más de un año y medio.
Esta vez, en la casa familiar de Bernal, la localidad de corte trabajador ubicada en el sur de Buenos Aires donde nacieron los Milito, no tendrá sentido desear el empate, como sucede siempre cuando se enfrentan. Pero sí que el choque ayude a cumplir el gran sueño: "Ver a los dos jugando juntos en la selección nacional, no uno contra el otro", se ilusiona Jorge Milito.
Ya compartieron plantel en la Copa América de Venezuela 2007. De Diego Maradona depende que se repita en Sudáfrica 2010.
También te puede interesar