Los sevillistas continúan frotándose los ojos. Apenas se lo pueden creer. El Sevilla, el mismo que se llevó 58 larguísimos años sin tocar plata alguna ni en el panorama nacional, es el emperador absoluto de la UEFA. El tetracampeonato es una realidad gracias a la fe y la determinación de un club, de un equipo, de una afición, que han hecho suya la copa sin asas, el popular paragüero. Otros 15 kilos de plata que acarrear a Nervión, aunque sean de ida y vuelta. Alguno, llevado por el éxtasis, ya ha dicho que la UEFA debería dejar en propiedad un trofeo que nadie, absolutamente nadie, ganó tantas veces, sólo el Sevilla Fútbol Club.

Tras las epopeyas de Eindhoven, Glasgow y Turín, Varsovia confirmó que esta historia de amor continúa con la misma pasión que el primer día. Es un amor platónico hecho carne. Atrás quedaron grandísimos y míticos equipos del Viejo Continente, desde el Liverpool, el último que se coronó tricampeón en aquella final épica ante el Alavés en 2001, hasta el Inter, con su septenio mágico entre 1991 y 1998, y la Juventus, la primera escuadra que levantó tres veces el preciado trofeo sin asas, gracias a su triunfo en 1993.

Por ser puristas con la historia, habría que destacar que este Sevilla también supera en el palmarés a Barcelona y Valencia. El primero ganó tres Copas de Ferias, entre 1958 y 1966, si bien en la primera era una selección de la ciudad. Y el segundo dos, 1962 y 1963, y luego una UEFA en 2004.

Para la UEFA, no obstante, el peso del palmarés lo mantenían Liverpool, Juventus e Inter hasta la irrupción del Sevilla. Basta repasar los nombres de los héroes precedentes a esta hazaña para que el cosquilleo de la más alta gloria erice la piel de los sevillistas. El Liverpool de Kevin Keegan y John Benjamin Toshack abrió su reinado en 1973, con la recién estrenada Copa de la UEFA que sustituyó a la Copa de Ferias. El bravo delantero inglés marcó tres goles en dos finales en menos de tres años, pues si en aquel año los reds derrotaban al Borussia Mönchengladbach de Jupp Heynckes, tres años más tarde se imponían al Brujas.

El relevo secuencial lo tomó la Juventus. De sus tres títulos, el último fue en 1993, con Roberto Baggio como estrella al hacer dos goles al Borussia Dortmund. En 1990 logró reverdecer un palmarés que abrió en 1977 un equipo histórico: Dino Zoff, Gentile, Tardelli, Scirea o Roberto Bettega... luego campeones del Mundo en España. El finalista fue el Athletic de Iríbar o Ángel María Villar.

Y qué decir del Inter, Football Club Internazionale Milano en su nombre sin apocopar. Aquel equipo del ex sevillista Zamorano o del legendario Ronaldo cerró en 1998 su periplo triunfador en la UEFA, al ganar por 3-0 a la Lazio en el estreno de la final a partido único. En 1994 y 1991 venció a doble partido a Salzburgo y Roma.

Keegan, Toshack, Scirea, Zoff, Baggio, Ronaldo... Todos están en ese Olimpo en el que desde el 27 de mayo de 2015 manda con su imperial tetracampeonato el Sevilla Fútbol Club. Porque la legión de Unai Emery ha sido capaz de repetir la proeza del bicampeonato que logró el formidable equipo de Juande Ramos en 2006 y 2007, con Antonio Puerta como protagonista principal de los dos títulos, desde el zurdazo ante el Schalke 04 cierto jueves de Feria, 27 de abril, hasta el penalti que lanzó en la tanda de Hampden Park, en la que se encumbró Palop como héroe bajo el signo de la cruz escocesa de San Andrés.

Todo pareció cerrarse con el trágico fallecimiento de Puerta el 28 de agosto de 2007. La hombrada de Daniel, Kanoute, Luis Fabiano, Maresca, Jesús Navas, Adriano, Javi Navarro, Escudé... era irrepetible. Pero la revolución de la plantilla en 2013 obró el milagro.

Tras la salida del último héroe del último título nacional, Jesús Navas, y pese a que durante el recorrido europeo ingresó en prisión el mejor presidente de su historia, el hombre que devolvió el orgullo al sevillismo y le insufló la determinación del ganador, el Sevilla se encumbró en Turín. Era el Sevilla de Beto, Rakitic, Fazio, Alberto Moreno, Carriço, Pareja, Mbia, Bacca, Gameiro... Y el Sevilla de Reyes, el hijo pródigo que por fin ganó un título con su equipo tras brillar por toda Europa.

Ahora, la legión de Emery lo ha vuelto a hacer, tras cobrar nueva vida por la fe de un vestuario liderado por los discretos Fernando Navarro e Iborra, el oficio ganado en tan poco tiempo y la energía que llegó con Krychowiak, Kolodziejczak, Tremoulinas, Aleix Vidal, Banega... y Sergio Rico, un zagalón de sólo 21 años. El Olimpo les pertenece. Europa, expectante, los espera en la Champions.