Betis-atlético de madrid

Preocupante involución (0-1)

  • El Betis vuelve a caer en casa, esta vez ante un Atlético sobrado, con un regalo espantoso de salida y una sensación de quiebra mental y física.

El Betis volvió a caer en el Villamarín y volvió a hacerlo de manera groserísima ante un Atlético que pudo hasta golear. Sin apenas fútbol y escaso de físico, los rojiblancos pasaban como aviones entre la impotencia local y el cabreo de la grada. Y encima se lesionaron Adán y Digard y el Betis jugó el tramo final con una menos.

Descompuesto, como desintegrado, el Betis involuciona a cada paso. Cualquier cosa que intenta Mel se cae casi sin comprobar su vigencia por otro inicio de juego lamentable, casi esperado.

El primer acto bético fue, entero, un puro sainete. Descoordinado, incapaz y encomendado a Joaquín, principalmente. Algo Ndiaye, quizás Digard. Y los centrales... Por salvar algo. Mel dispuso un 4-1-4-1 con Xavi Torres de cierre y con NDiaye y Digard para intentar apretar y cerrar el centro del campo. Al pairo todo en el tramo inicial por un espanto de Xavi Torres a los siete minutos. Se metió en un hoyo él solito y Carrasco le avergonzó hasta el extremo dejando además a Torres para fusilar a Adán. La buena parada del portero no evitó que Koke remachara y pusiera todo cuesta arriba.

La grada, lógico la tomó con Xavi Torres, al que se unió un espantoso Piccini, pero en general con un equipo desalmado e impotente. La pitada al descanso era de esperar, y eso que Griezmann empalmó un balón algo arriba y Carrasco tiró fuera un regalo de Piccini.

Con lo justo, porque no es que enamorase precisamente, el Atlético apuntaba a noche tranquila en Sevilla para cazar el segundo puesto y superar al Madrid de Benítez. Mel tuvo piedad de Xavi Torres y lo aguantó hasta el descanso. Dani Ceballos le dio más posibilidades pero las ocasiones claras se redujeron a un trallazo de Cejudo que desvió Oblak. Nada más.

Enfrente, Adán primero y un Dani Giménez de estreno se las ingeniaban con la ayuda de sus centrales para que el marcador se mantuviera abierto y digno. A otra cosa, por desgracia, no se podía aspirar y Griezmann colaboró de manera amplia fallando varias ocasiones clarísimas (tiro al palo incluido), amén de que hubiera podido haber un penalti de Bruno sobre el francés.

A la imagen, durante muchos minutos deplorable, se unió la inquietud sobre todo por Adán, sostén último de un equipo en quiebra. Mel tiene tarea y para levantarse ya contará con dos medios centro menos por la lesión de Digard y el tiro en el pie de Xavi Torres. Sería deseable de que, al menos, el equipo permita ver si el plan de Mel vale de algo o no. Al menos eso.

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