Los antiguos lo llaman "tener el duro para cambiarlo"; los nuevos teóricos del fútbol lo llaman "talento". Digamos que todo el mundo entiende de lo que se habla cuando un futbolista tiene y muestra condiciones para triunfar. Se ve a leguas a aquellos jugadores que tienen algo distinto, que son capaces de romper un partido y de llegar hasta donde se propongan, pero también es curioso que las dos formas de llamarlo -a tener el duro y a tener talento- suele ir acompañada de una pregunta o una matización que todo lo pone en duda: depende de que el futbolista en cuestión quiera de verdad o no.

En el vestuario del Sevilla han coincidido esta temporada dos de esos futbolistas que apuntan todas esas virtudes que los buenos aficionados al fútbol aprecian. Descaro, velocidad, calidad, regate, verticalidad, visión de juego, juventud, proyección... todos son adjetivos capaces de encumbrar al futbolista que lo acompañen. ¿Pero lo es todo en el fútbol profesional? ¿Es suficiente en el fútbol de élite?

Todavía permanecen en las redes sociales los ecos de los muchos detalles que dejaron en el último partido de la selección sub 21 Gerard Deulofeu y Denis Suárez, dos jugadores con características para levantar a los aficionados de los asientos. Promesas que en categorías inferiores han ido cumpliendo plazos de manera vertiginosa y sin tiempo casi para asimilar tanto brazo por encima del hombro.

Pero el fútbol de alta competición es mucho más que un regate, una finta, un ¡oh! del público o una jugadita bien finalizada. Si Deulofeu y Denis Suárez van a romper en grandes futbolistas de Primera División tienen la oportunidad de demostrarlo en el Sevilla, donde todo el mundo los espera.

Será Unai Emery quien tenga que valorar el nivel de implicación y de adecuación al exigente fútbol de primer nivel que estos dos futbolistas demuestren en el Sevilla. Conceptos y valores defensivos, movimientos que vayan en beneficio del equipo y contra del lucimiento personal... son aspectos que van a determinar si Deulofeu y Denis dan el salto o se quedan en simples piezas decorativas, como tantas elevadas a los altares en sus distintas fases de formación, sin explotar verdaderamente como futbolistas. De momento no lo han hecho y por eso el Barcelona ha terminado cediéndolos al Sevilla, que tiene la ventaja sobre el club azulgrana de poder contar con algo más de paciencia en su formación. No mucha, porque la competición también exige demasiado a un equipo con aspiraciones altas en los torneos que va a disputar.

Evidentemente, las sensaciones son buenas. Por ejemplo, ambos ofrecen mejores vibraciones al entorno que otro jugador que la pasada campaña llegó en parecidas circunstancias, el madridista Denis Cheryshev, que fracasó en Nervión entre lesiones y que ahora trata de relanzarse en el Villarreal. Deulofeu y Denis tienen el duro, o talento, como lo volvieron a demostrar con la sub 21 el miércoles. Pero el fútbol de élite es otra cosa.

Pareja sueña con la selección argentina

La marcha de Fazio convierte a Nico Pareja en la referencia de la defensa del Sevilla y el argentino, en una entrevista a un medio de su país, no esconde que le gustaría volver a vestir la albiceleste. "Me ilusiono como todos con la selección, pero sé que primero debo hacer bien las cosas en el Sevilla. No hay que saltar etapas. Por estar en la selección, jugaría en cualquier posición. Pero debo ser realista y primero debo llamar la atención por mi juego acá en Sevilla", admitió Pareja a Télam. El ex jugador del Spartak lamentó la marcha de su compañero al fútbol inglés y, pese a las bajas, cree que el Sevilla tiene un buen equipo. Por último, se mostró convencido de que Banega triunfará en el Sevilla. "Creo que Éver le dará mucho al club. Tiene una gran calidad y seguro que buscará tener revancha por cómo se fue del Valencia", dijo.