El cuerpo técnico y los jugadores del Athletic Club, flamantes campeones de la Copa del Rey 2023-24, disfrutaron e hicieron disfrutar de un día inolvidable a bordo de la gabarra. Bilbao fue toda una fiesta en un día memorable, un día con el que la ciudad soñó durante 40 años. A las cuatro y media de la tarde salía la embarcación del Real Club Marítimo de Abra, en Getxo, jaleados por decenas de miles de aficionados, ataviados con camisetas y banderas del club bilbaíno, que se agolpan a ambos márgenes de la ría, así como en los puentes que la atraviesan, coreando gritos de “¡Athletic, Athletic!”.

Desde horas antes de que comenzase el recorrido, miles de aficionados, la mayoría jóvenes, fueron instalándose en las márgenes de la ría con mejores vistas, ataviados con los colores rojiblancos y provistos de comidas y bebidas en abundancia para llevar de la mejor manera posible la espera en este jornada festiva.

Muchas personas también llevaron sillas portátiles para estar más cómodas y algunas incluso portaban escaleras para poder subirse a ellas y poder ver mejor a los jugadores en una día soleado y con temperatura primaveral.

Impresionante panorámica de la ría del Nervión.

Además del calor de los aficionados, la gabarra estuvo acompañada de 160 embarcaciones y 32 traineras, celebrando así la Copa del Rey conquistada por el Athletic Club de Bilbao el pasado sábado en la Cartuja, Sevilla, tras derrotar al Mallorca y haber roto esas cuatro décadas de sequía.

La embarcación, de apenas 80 toneladas, 18,5 metros de eslora, 8,5 metros de manga y muy poco calado, llevó a un máximo de 60 personas, acompañando a jugadores –ataviados todos ellos con pañuelos y bufandas rojiblancos, así como con camisas de rayas rojiblancas, en homenaje a las que portaba el equipo campeón de hace 40 años– y directivos, quienes compartieron una comida en el Club Marítimo del Abra. Una vez la gabarra completó su recorrido, llegó el turno de las recepciones institucionales por parte del Ayuntamiento de Bilbao y de la Diputación Foral de Bizkaia, así como de los consiguientes saludos por parte del equipo campeón desde las balconadas de los edificios consistorial y foral.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, acompañado de la comitiva municipal, recibió al equipo campeón en las escalinatas del Consistorio.

Iker Muniain y Ernesto Valverde ofrecen la Copa a la afición.

Tras el aurresku de homenaje y bienvenida, la recepción institucional continuó en el Salón Árabe, donde el alcalde y el presidente, el entrenador y el capitán del Athletic Club pronunciaron unos breves discursos protocolarios. Por último, los campeones se asomaron a la balconada a saludar a la afición.

Aproximadamente una hora después de la llegada al Ayuntamiento, el equipo campeón se dirigió en autobús por el Arenal y la Plaza Circular hasta la Diputación Foral de Bizkaia, donde fue recibido por la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe.

Al igual que en el Consistorio, en el salón de recepciones del Palacio Foral hubo unos breves discursos protocolarios de la diputada general, presidente, entrenador y capitán del Athletic Club.

Acompañaron a la diputada general los integrantes del Gobierno Foral y los alcaldes y alcaldesas de Bizkaia junto a los portavoces de Juntas Generales que deseen acudir a la recepción al equipo. El programa de actos llegó a su fin con el saludo a la afición del equipo campeón desde la balconada del edificio de la Diputación. Bilbao fue toda ella una colosal fiesta. Cuarenta años llevaba soñando con ella.