"Si Gattuso es referencia de Italia, yo soy cura", dijo Luis Aragonés en Neustift a tres días del duelo con la azzurra en la Eurocopa y al ser cuestionado por la baja del experto centrocampista, así como por la de Andrea Pirlo. Se refería el entrenador a que el futbolista del Milan tiene recambio en la selección de Roberto Donadoni, a diferencia de Pirlo, cuyas exquisitas cualidades técnicas y su capacidad para llevar la manija de Italia son más complicadas de suplir. Sin embargo, la frase de Luis, que seguro llegará a oídos del rival, no hará más que espolear los ánimos de éste.
Gennaro Gattuso, de 30 años y 57 veces internacional con la selección italiana, representa el carisma de los transalpinos y es un auténtico ídolo de su afición. Encarna la combatividad, el oficio, el carácter, cualidades todas ellas reclamadas por Aragonés a sus jugadores. Es el mejor soldado de un ejército curtido en mil batallas.
Pero Gattuso no es Pirlo y Pirlo no es Gattuso, pero los dos se complementan y son referencia del actual campeón del mundo. El estilo de Gattuso podrá gustar más o menos, se le podrá acusar de poco refinado, pero nadie podrá negar que la importancia en la recuperación de un balón en el mediocampo es crucial, lo mismo que un cambio de juego o un pase en profundidad que podría aportar Pirlo. En una Eurocopa, con eliminatorias a partido único, cualquier detalle inclina la balanza a favor del más experto, del más fogueado. Por eso Gattuso es campeón del mundo.
Luis ha confundido el carisma con la cualidades técnicas y su osadía, una vez más, le puede acarrear problemas, aunque no sobre la hierba.
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