Betis Baloncesto- Básquet Girona

El tiempo de reaccionar es ahora (71-79)

  • El Betis cae ante el Girona de Aíto y Marc Gasol lastrado por su dependencia en el juego exterior y una feble defensa

  • Evans empieza a sentirse demasiado sólo y no verlo disfrutar en pista puede ser la peor de las noticias para los verdiblancos.

Evans lanza un triple ante la atenta mirada del banquillo del Girona.

Evans lanza un triple ante la atenta mirada del banquillo del Girona. / S. Castizo (ACB Photo)

Quinta jornada y cuarta derrota. Tranquilidad. Hay tiempo para reaccionar, pero los que mandan, los que saben de esto, los que pueden hacer algo tienen que agitar el árbol ahora que todavía la urgencia no es tanta. Porque lo que se veía en verano, que el juego interior era, por decirlo de alguna manera, blandito, se acentúa partido tras partido y la Evansdependencia va en aumento. Otro partidazo del base que no sirve para nada. Y al norteamericano ya no se lo ve feliz en la pista sumando derrotas a su mochila. Ahora es cuando se debe cambiar lo que no funciona. Como contar con tres pívots (y Gerun estuvo mejor) de las mismas características, como tener a un extracomunitario que no es decisivo, como tener tres bases en la configuración de la plantilla o una estrella NBA que venía a redimirse y que parece con la luz apagada. Alguien creyó que un tal Zeljko Obradovic era tonto.

Aprovechando todo ello y el cansino abuso, hasta la saciedad, bético desde el triple al más puro estilo small ball, el Girona de Aíto García Reneses ganó en San Pablo por 71-79. Cómodo. Fácil. Sin estridencias y con el abecé del baloncesto: intensidad en defensa y mucho pase en ataque en busca del compañero mejor posicionado. Este intento de ser los Warriors de la ACB salió cruz con un 14/43 en triples: 8/35 si se quita el 6/8 de Evans. Con el 1/9 de Bertans, el 2/9 de BJ Johnson o el 0/2 de un jugador como Hill, que ocupa plaza de extracomunitario, imposible pensar en ganar.

A este Betis le está costando arrancar. Todo o nada a Evans. Vivir o morir de él. Y en un deporte de equipo por muy bueno que sea uno necesita que los de alrededor acompañen y cuando nadie más suma hay un problema. Ni en ataque ni, lo que es peor, en defensa, concediendo mucho al rival que aprovechó en el primer tiempo las facilidades que ofrecían los de Luis Casimiro para anotar cerca de canasta.

Triple al hierro y el Girona a correr. Fue el resumen de los primeros 20 minutos, en el que los verdiblancos firmaron un pobre 6/18 desde más allá de la línea de los 6,75 metros. Con esa pobre producción, el conjunto de Aíto García Reneses aprovechó sus virtudes para, de la mano de Marc Gasol, ir haciendo camino desde el 12-8 que el Betis logró con un parcial de 9-0. El Girona se lo devolvió para poner el 12-17 con un juego coral en el que los jugadores buscaban siempre al compañero mejor colocado.

BJ Johnson no se entera de la nueva regla y con 12-14 una pérdida suya acabó en técnica por tirar después. El acierto desde la personal de Éric Vila y la posterior canasta de Fjellerup sellaron ese 0-9 cortado por un triple de Tsalmpouris, que en su aro no podía con Marc Gasol, que puso el definitivo 15-20 con un 2+1. Las seis pérdidas locales no hacían presagiar nada bueno, ya que el ataque no era fluido y en defensa nadie elevaba la intensidad.

BJ Johnson trata de zafarse de la defensa de Vila. BJ Johnson trata de zafarse de la defensa de Vila.

BJ Johnson trata de zafarse de la defensa de Vila. / S. Castizo (ACB Photo)

No cambió nada en el segundo cuarto. La dependencia de Evans era evidente, con Bertans terriblemente fallón desde el triple. Falló dos en un mismo ataque con dos rebotes ofensivos en el que el pívot griego falló un tercero: tres triples seguidos en una misma acción. El cuadro catalán aprovechó los regalos para poner un peligroso 23-31 ante el que Casimiro contestó con un tiempo muerto. Reaccionó la tropa bética, con Evans prendiendo la llama con un triple y Gerun machacando dos veces el aro (30-31). Pero cuando un equipo es tan inconsistente como viene se va, porque depende excesivamente de su acierto exterior sin más recursos. Sin plan B, porque no hay manera de jugar a otra cosa con esta configuración de equipo. Y así el Girona llegó al descanso con 35-43.

Evans quiso tirar de los suyos y con cinco puntos a vuelta de los vestuarios parecía que metía al Betis en dinámica (41-43), pero más de lo mismo. Poca continuidad en el juego, una defensa en la que parecía que nadie quería sudar más de lo necesario y con Franch tocando a arrebato y Fjellerup haciendo daño cerca del aro, los de Aíto volvieron a estirar la renta. Cvetkovic acercó con dos triples a los verdiblancos, pero jugar a tirones no lleva a nada bueno y enseguida los visitantes recuperaron la renta para encarar los últimos 10 minutos con 55-63. Y el marcador era la mejor noticia para los béticos.

Los errores de uno y otro lado se multiplicaron. El Betis no supo aprovechar la vida extra que le daba el Girona. Cuatro minutos y el marcador apenas registró un 2-2, pero se acabaron las concesiones gerundesas. BJ Johnson, que ya tenía una técnica del primer tiempo, fue expulsado por una absurda antideportiva tras meter un triple. Agarrón a Pol Figueras y a la calle. Pero Evans quería luchar. Tiene arrestos el estadounidense para pelear hasta el final. Si nadie lo acompaña se va solo a la guerra. Pero está muy solo. Nadie apretó cuando tras una pérdida Taylor lanzó a canasta. Como BJ en el primer tiempo. Nadie pidió la técnica. Ni jugadores ni el público con 66-75 y dos minutos por delante. ¿Nadie cree en esto ya? En la jornada cinco todo se puede arreglar y no hay que esperar a tener la soga al cuello…, otra vez.

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