Esta bendita rotación

Betis Energía Plus-Oviedo / La crónica

El Betis demuestra su fuerte fondo de armario para lograr la duodécima victoria seguida ante el Oviedo, que vendió cara su derrota

Pablo Almazán realiza una bandeja ante Víctor Pérez, hermano de Raúl Pérez.
Pablo Almazán realiza una bandeja ante Víctor Pérez, hermano de Raúl Pérez. / Juan Carlos Muñoz
Víctor Navarro

28 de diciembre 2018 - 23:01

Sevilla/Cada jornada que se sucede en la LEB Oro se entiende más por qué el Betis Energía Plus es el claro candidato al ascenso: tiene un fondo de armario envidiable. Una plantilla compuesta por 12 jugadores en la que lo colectivo priva sobre lo individual, en la que todos van a una y en la que cada uno, en su rol, aporta. No existen unidades A o unidades B, y eso para Curro Segura y su staff es una clara ventaja competitiva.

Gracias a esta amplia rotación llegó la duodécima victoria consecutiva, la decimotercera del curso, ante un Liberbank Oviedo que vendió cara su piel y que luchó todo lo que las energías le permitieron. Su rotación, de ocho jugadores, fue un lastre en sus aspiraciones de dar la campanada en San Pablo ante el principal candidato al ascenso.

Pero esta victoria, que afianza a los verdiblancos en el primer puesto de la clasificación, tiene otra lectura positiva de las muchas que dan los triunfos: el billete para la Copa Princesa está prácticamente en el bolsillo, aunque todavía haya quien prefiera no lanzar las campanas al vuelo. Cierto es que un título, si llegara al final acompañado de un ascenso, sería el mejor broche para convertir, de una vez por todas, los dos descensos en nefastos recuerdos. Pero para ello todavía faltan algunos partidos y eso será otra historia.

El equipo de Curro Segura se ha puesto en modo arrollador y es una máquina de ganar partidos

Lo importante es que el Betis Energía Plus cierra el año en una dinámica positiva. Muy positiva, que parecía olvidada. El conjunto verdiblanco se ha convertido en una máquina de ganar partidos y la trayectoria en los últimos meses no puede ser mejor. Los de Curro Segura han puesto el modo arrollador y nadie parece capaz de toserles en la cara, pero porque de momento no ha aparecido equipo capaz de ponerse a su altura. Les haría falta un calzo para llegar a mirar a los ojos al plantel y un combativo Oviedo fue el último equipo en hincar la rodilla en un San Pablo que sólo ha visto a su equipo ganar en esta temporada. Y ésa es una de las claves para que la afición continúe llegando, aunque sea con cuentagotas, a animar al equipo.

La defensa volvió a ser clave para derrotar al Oviedo, sobre todo gracias a la amplia rotación de la que dispone Segura

Ante el conjunto ovetense, la defensa volvió a ser clave para llevarse la victoria. El tener una amplia rotación permite a los jugadores exprimirse al máximo en cada acción. Y Curro Segura lo aprovecha. Por ello, cuando vio que al equipo le hacía falta algo de electricidad para romper el entramado defensivo visitante, dio entrada a Lluís Costa y Tunde, que lograron equiparar el nivel en ambas zonas para dejar que el equipo entrenado por Javi Rodríguez disfrutara de su última ventaja en el marcador (8-11, tras dos tiros libres de Jaktas). Era el ecuador del primer acto y el conjunto astur comenzaba a desgastarse, tanto física como mentalmente. Tener enfrente a un rival que siempre va al máximo debe ser mareante. Entre una cosa y otra, el Betis se aplicó en defensa, dejó de conceder tiros cómodos al rival y comenzó a abrir brecha en el marcador. El base cimentaba el volteo del marcador, Almazán ampliaba la renta y Tunde, con cuatro tiros libres consecutivos (¡y sin fallo!), cerraba el primer acto con los verdiblancos por delante (20-11).

Un alley-hoop de Costa y Obi para empezar el segundo parcial hundía un poco más a los ovetenses, que comenzaban a verse superados. No por mal juego, que plantearon un partido dignísimo, sí por la extrema superioridad local. Con 27-13 en el marcador, Javi Rodríguez intentó parar la sangría de su equipo. Pero lo que ocurrió después fue que Lluís Costa robó tras el saque la bola a su par y la cedió a Dee para que aumentara todavía más la renta.

El cabreo del ex base debía ser menudo... Entre Ahonen y Jakstas trataban de mantener al equipo en la pomada, pero el propio Dee y Obi dejaron su impronta para continuar con el modo rodillo. A falta de casi cuatro minutos, los béticos ya doblaban a su rival (42-21). A la fiesta se sumó Marcius, que tuvo unos buenos minutos en la pista tanto en defensa como en ataque, quizás los mejores como bético hasta el momento, y de su mano se amplió más la renta hasta llegar al descanso con 54-31.

La ventaja se recortó hasta el 62-52, pero el Betis tenía aún una marcha más para apretar y distanciarse

La victoria parecía encaminada, pero el Oviedo subió su intensidad en defensa tras el paso por los vestuarios y con un parcial de 2-10, con un Llorente autor de cinco puntos, volvía a tener ciertas esperanzas (56-41). Dani Rodríguez daba un respiro a su equipo con cuatro puntos consecutivos, pero el Betis no conseguía detener la energía visitante. Aumentó su agresividad en defensa para desesperación de los jugadores locales. Fruto de esa intensidad llegaron a reducir la ventaja a los diez (62-52), pero Borg cerraba el cuarto con dos puntos que casi sabían a triunfo.

Porque en el último cuarto, de nuevo, las pilas comenzaron a fallar en los ovetenses y el Betis lo aprovechó. Un parcial de 12-2, con canastas de Borg, Bropleh y Tunde, encarrilaba la victoria. La renta llegó a ampliarse a los 20 puntos (83-63) con una canasta de Marcius y la victoria ya engalanaba el casillero del líder (85-69).

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