Un brillo permanente
El Betis de Mel estrena una intensidad convertida en duradera
Inmensa demostración de fuerzas del bloque bético ante un Getafe que fue un asistente visual al duelo durante la mayor parte de los minutos. La unión de las líneas y la constante presión a la salida del balón del cuadro local posibilitaron que los béticos mandaran en la posesión y sólo retrasaran las líneas cuando el cansancio y el marcador decidieron darle un respiro.
Mel acertó con un once que salió arrollando a su rival, con una defensa adelantada que anuló a Miku y un centro del campo que impidió que Parejo aplicara su pausa habitual. Rubén Castro jugó minutos en las tres posiciones del ataque, mientras en el centro del campo Iriney, Beñat y Salva Sevilla permutaban sus plazas y cubrían cada hueco que dejaba el que decidía sumarse al ataque. La sincronización de piezas no fue un factor concluyente, pero desestabilizó a su adversario, incapaz de cerrar espacios en su debilitada zona de atrás y de sortear la eficaz e incesante presión de los béticos desde el arranque.
DEFENSA
Miki Roqué y Dorado adelantaron su línea al tiempo que Isidoro y Nacho se situaban a la altura de los medios cuando el Betis tenía el balón. Iriney, en casos de urgencia, ayudaba a los centrales en el repliegue cuando éstos no salían al cruce. Resultado: pocas llegadas del Getafe e innumerables recuperaciones en la zona media. Beñat fue un fiel escudero del brasileño en la destrucción, mientras arriba Rubén Castro y cualquiera de sus acompañantes lograban que el Getafe no sacara el balón jugado con facilidad. Isidoro y Nacho, sin trabajo defensivo, ya formaban parte del bloque atacante.
ATAQUE
Siempre miró a la cercanía. Buscando la eliminatoria, el Betis no se apresuró y su centro del campo se creció con los minutos con una presión asfixiante que fue retrasando las líneas de su adversario. Las paredes y los movimientos con apoyos fueron claves en los tantos del Betis, con un Salva Sevilla inmenso en la unión de líneas cuando Emana se ausentó. Beñat e Iriney, con nueve recuperaciones cada uno, se lucieron ante enemigos de primera línea y mantuvieron su intensidad durante los noventa minutos. Salva Sevilla ganó protagonismo con la salida de Emana y Rubén Castro se sintió más liberado conforme el Getafe dejaba más espacios por las circunstancias del marcador.
VIRTUDES
La intensidad mostrada por el Betis desde el primer minuto fue la clave para remontar la eliminatoria. Había brillado esta temporada con un juego de intensidad, aunque en esta ocasión el brillo fue duradero.
TALÓN DE AQUILES
Con la eliminatoria a favor, dejó escapar la ocasión de cerrar antes el partido, despistándose, además, en el tanto de Casquero que mantuvo la emoción hasta el final.
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