Sin control, pero indomable
Romaric lidera otra demostración de que capacidad y mentalidad para reaccionar no faltan · El sistema defensivo volvió a chirriar con un punto negro en la banda de Dabo
Bajo la bandera esta vez de Romaric, el Sevilla fue en Villarreal ese equipo indómito y mordedor en ataque, capaz de resolver un partido con la simple asociación de dos futbolistas entonados. No le hace falta que Jesús Navas tenga su día, que Perotti sea el de sus mejores noches o, simplemente, que Kanoute o Luis Fabiano estén en el campo. Con sólo dos hombres a tono -en este caso Romaric, por su ir de verdad ,y Negredo, por su acierto, aunque también erró ocasiones-, el equipo de Manzano está capacitado para levantarse dos veces ante un resultado negativo con dos goles de diferencia. Primero se metió en el partido con 2-0 y luego logró empatar y hasta rozar la victoria tras el 3-1 a favor de los amarillos.
Pero en el debe, como cada día, siempre está la facilidad con que el rival le hace daño, la falta de control absoluto de la situación..., pecados que mientras se vean compensados con lo anterior serán pasados por alto, pero que dan mucho que pensar, porque, ¿qué sería de este equipo con un sistema defensivo sólido y cohesionado?
DEFENSA
El Villarreal vio pronto que la banda de Dabo y Alexis, sobre todo por la impericia del franco-senegalés, era la vía por la que tenía que entrar. Siempre lo intentó por ahí, con Borja Valero como lanzador de balones al espacio libre, y los goles del once de Garrido llegaron por esa zona. No es de recibo que un equipo del nivel del Sevilla se vea tan pronto con un 2-0 en contra. El agujero que labró Dabo en la derecha se proyectó a casi toda la zaga, que se afanaba en tapar esa zona y acababa descolocándose con facilidad.
Unos metros más adelante, ayer volvía Zokora y el Sevilla lo agradeció, aunque con él en el campo tampoco es capaz de cerrar ninguna grieta. El Villarreal no entró mucho por el centro, pero Valero tuvo libertad para pensar.
ATAQUE
A falta de Kanoute, Romaric se erigió en el líder del equipo. Lo dejaron jugar como a él le gusta, suelto y con comodidad, y así, movió los hilos que llevaron al Sevilla a levantarse y a mostrar su carácter indomable. Ya antes del primer gol de Negredo le puso un par de balones de calidad parecidos, pero terminó de explotar cuando apareció el gigante y se asoció con él. De todas formas, antes también tuvo alguna ayuda de Capel, que se desgastó abriendo espacios con sus carreras. El almeriense fue el más entonado del trío de pequeñitos con que Manzano varió el sistema. Aunque otras veces, con Kanoute o Renato, también había jugado el Sevilla bajo el patrón del 4-2-3-1, en esta ocasión se trataba de tres mediapuntas puros con Perotti por el centro.
VIRTUDES
Sabido ya que el equipo de Manzano tiene mucha pólvora arriba, en El Madrigal, como ocurriera en Anoeta, demostró que de poder de reacción no anda precisamente falto.
TALÓN DE AQUILES
Es reiterativo, pero un equipo del nivel del Sevilla no puede defender tan mal ni verse tan impotente para controlar las situaciones del juego.
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