Con previsión de alcanzar los 13.500 corredores este año, la Maratón de Sevilla contará miles de historias. Afrontar los 42,195 kilómetros es un reto que no se puede tomar a la ligera; entrenamientos, el muro a partir del kilómetro, 30, la capacidad de sufrimiento... De todo ello saben los cinco corredores que nunca han fallado en la prueba hispalense. Julio Molina, Antonio Gelo, Antonio González, Luis Caballero y Eduardo Silva llevan ya 35 en sus piernas y el 23 de febrero estarán en la salida para la XXXVI edición de la prueba. Una nueva carrera, una nueva historia con un nuevo dorsal.

También estará Miguel Ríos, que a sus 61 años dejará el maratón tras ser el mejor andaluz de la historia de la prueba cuando la ganó en 1992 con 2:15.31. Y repetirá con el dorsal 666 que lució entonces. "Fue un 23 de febrero, como este año. A partir del kilómetro 30 dejé a los africanos en Santa Clara y me fui para el centro solo con una ampolla en el pie derecho. Ahora quiero hacer 3:03 horas como en mi primer maratón", indicó el de Puente Genil, el ganador andaluz (hay otros dos, Franisco Medina, en la primera edición de 1985 con 2:21.23 y Agustín Molina, en 1997 con 2:17.43; la granadina Carmen Mingorance triunfó en la segunda edición, en 1986) con mejor tiempo.

Miguel Ríos gana el maratón de la edición de 1992.

Otro dorsal con historia es el número 100 que llevará Julio Molina, uno de los cinco corredores que no han fallado en Sevilla terminando los 35 maratones. Y llevará el 100 porque este 23 de febrero cumple 100 maratones en sus piernas. "Es un sueño. Después de correr el primero quería dejarlo y ahora es una adicción. Una filosofía de vida. Lo estoy viviendo con mucha ilusión. Mi próximo reto lo tengo claro. En Boston hay una estatua de un corredor y un niño a su lado. Son la misma persona. Johnny Kelley, que corrió 58 veces seguidas en Boston con más de 80 años. He hecho cálculos y con 83 correría en Sevilla 59 veces seguidas. Es el objetivo", dice una semana antes de cumplir los 60

Otro de esos fijos es Antonio Gelo, de 66 años, que lleva años sufriendo lesiones pero tiene claro que el reto es acabar. "En 2019 estaba con una rotura de fibras y casi no pude prepararme. En el kilómetro 6 me paré,pero tenía que acabarla como fuera. No importa el tiempo, sino llegar. Es una satisfacción enorme". No es para menos para alguien que le llevan 15 años diciendo que por motivos de salud no debería hacer el maratón y, sin embargo, no se plantea faltar en Sevilla por trigésimo sexta ocasión.

Esa satisfacción es la que vive también Antonio González, que sigue emocionándose a sus 63 años. "A veces, cuando voy de camino a la salida solo en coche (es de Salteras), me pongo a llorar de emoción", afirma el sevillano, que recordó cómo empezó su locura en ese año 1985. "Iba a trabajar y en la radio sonó un anuncio que decía "anímate a correr el maratón". Y me animé. Compré unas babuchas de lona que me costaron 800 pesetas en el mercadillo de Montequinto y lo hice en 4:03 horas. Y a partir de ahí no paré".

Hace años este quinteto era más amplio. Llegaron a ser nueve, con siete sevillanos. Pero el tiempo pasa para todos. Y alguno no está ya. Luis Caballero quiso recordar al emeritense Elías Chavete, otro de los incombustibles que nunca fallaba. Hizo 34 veces seguidas el Maratón de Sevilla hasta que falleció corriendo en Trail de Favara en Valencia. "Correremos también por él", señaló el de El Puerto sobre su compañero en la capital hispalense. "Estoy un poco lesionado y no he podido entrenarme bien, pero no puedo fallar", afirmó a sus 70 años.

Y el más veterano de todos es Eduardo Silva, que correrá por las calles de la capital andaluza a sus 75 años. "No sé por qué corro. El Ser humano hace estas cosas, como ir al espacio o alcanzar la máxima velocidad posible. Fui profesor durante 50 años y quizá lo hago para que algún joven, aunque sea uno, me vea y siga el ejemplo de hacer deporte antes que ciertas cosas que no lo llevarán a nada bueno".