Copa del Rey

La cuenta de la lechera

  • Pese a tener que medirse a un equipo de la Liga BBVA en primera ronda, el Espanyol, el camino a describir en la Copa ilusiona al sevillismo. Los de Míchel no se toparían hasta semifinales con Betis o Atlético.

Mucha ilusión para el sevillismo generó en la mañana de este jueves el resultado del sorteo de la Copa del Rey celebrado en Madrid pese a que le cayó en suerte un equipo de Primera División, el Espanyol, en la primera ronda, es decir, la de dieciseisavos de final. Después de ocho temporadas en las que jugar competiciones europeas había permitido al Sevilla ir rodándose progresivamente en esta competición con rivales de Segunda División B, de los trece equipos que entraron en el bombo este jueves una vez que los que compiten en Europa conocieron sus emparejamientos, los de Míchel fueron uno de los que le cayeron en suerte un rival de Primera.     

 

No obstante, como suele suceder en estos casos, la cuenta de la lechera -o al menos la primera parte de esta fábula- hizo el resto y en pocos minutos la afición ya hablaba de emparejamientos ante el Betis en semifinales y que el Sevilla evitaba a los grandes hasta la final, fijada para el 18 de mayo. Y en parte es así, los de Míchel cayeron en la parte del cuadro más amable de cara a las posibilidades de llegar a la final por cuanto ni Real Madrid ni Barcelona se cruzarían con los blancos. Sí lo haría el Atlético de Madrid, pero tampoco Valencia, ni Málaga, ni Athletic...

 

El Sevilla, que jugará primero en casa, se medirá al equipo de Mauricio Pochettino el 31 de octubre y, casi un mes después, el 28 de noviembre. Si los nervionenses lograran pasar la eliminatoria, se verían las caras con el vencedor del enfrentamiento entre Deportivo y Mallorca. Ése sería el cruce de octavos de final. El camino por el que iría el Sevilla marca que en la siguiente ronda, ya cuartos de final, tampoco entraría en liza por esa parte del cuadro ningún rival a priori potente. De los emparejamientos Zaragoza-Granada y Melilla-Levante saldría el rival de los de Míchel, que no se medirían hasta llegar a semifinales a equipos como Atlético, Betis o Getafe.

 

Pero que ello no reproduzca fielmente el cuenta de la lechera, el Sevilla debe ir paso a paso, partido a partido y eliminatoria a eliminatoria. Y el primer obstáculo es un equipo de Primera, el Espanyol. Será el octavo duelo copero de la historia entre ambos, que no se ven las caras desde la temporada 93-94 y que tiene un balance favorable para la entidad de Nervión, que eliminó a los periquitos en cuatro ocasiones. 

 

El primer emparejamiento data de la edición de 1954, en los cuartos de final, cuando el Sevilla se clasificó para las semifinales tras ganar por 2-1 el desempate después de que acabara el doble enfrentamiento con un cómputo global de empate a seis. En la temporada 55-56, en los octavos de final, el Espanyol se impuso por 3-2 en el encuentro de ida y se clasificó al empatar a cero el de vuelta. Con unos marcadores muy parecidos acabaron las dos siguientes eliminatorias en las que se vieron las caras sevillistas y espanyolistas (3-1 y 0-0, 3-1 y 3-3) para los barceloneses, también en octavos, de las campañas 63-64 y 71-72. 

 

Las tres últimas ocasiones en las que se han medido en la Copa se clasificó el Sevilla. En la primera ronda de la temporada 89-90, la ida concluyó sin goles en Sarriá y el Sevilla se impuso por la mínima en la vuelta; dos años después, en dieciseisavos, los sevillistas pasaron gracias a su triunfo en la ida, un 4-1 que el Espanyol no pudo remontar (1-0); y en los octavos de la campaña 93-94, el Sevilla ganó por la mínima en Barcelona (0-1) y conservó su ventaja (2-2) en Nervión.

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