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La intensidad tiene un líder

  • Rakitic ejerce de patrón de una nave que funcionó a su antojo bajo su batuta desde la medular Sirvió, anotó, recuperó y flirteó con el lucimiento

Ni contra el Celta ni contra el Athletic había encontrado el Sevilla su mando dominador en el partido. Ayer, ante el Getafe, Emery volvió a retrasar a Rakitic a la medular e inyectó una sobredosis de intensidad a su alrededor. Bastaron unas simples pinceladas del internacional croata para que su liderazgo sobre el campo se tradujera en productividad.

Los números no mienten. Rakitic fue el futbolista que más disparó a puerta (5). También fue el que más pases realizó durante el encuentro (91), demostrando que su figura crece cuando organiza el juego desde atrás, liderando pese a esa circunstancia también el número de pases en el tercio superior del campo (32). En este sentido, parece que su capacidad de llegar al área no varía jugando algunos metros más atrás, siendo providencial en más de una jugada de gol de su equipo. Ante el Getafe, logró su octavo gol liguero y se convirtió, junto a Neymar, en el único del fútbol español en tener dobles figuras en el apartado anotador y asistente esta temporada.

La faceta del balón parado tampoco huye de su protagonismo. Fue capaz de iniciar hacia Reyes una jugada que terminó con un remate de cabeza fallido de Fazio. En el segundo tiempo, midió su servicio a la cabeza de Fazio para que éste asistiera a Bacca en el segundo gol. Cada balón parado invita a una nueva sugerencia alternativa.

Pero la eterna cuestión radicará en si su capacidad defensiva basta para unirse a otro medio centro e impedir el desequilibrio constante. También fue, en este caso, el mayor recuperador de balones del partido, con 11 robos. Su trascendencia en el trabajo colectivo ha crecido tanto que ya asume todas las responsabilidades propias de un futbolista que necesita cubrir más espacios en el terreno de juego. El sevillista fue el que más faltas hizo de su equipo y también el que más recibió. Su omnipresencia en el campo provocó que Lacen entrara en el terreno de juego para contagiarse de las mismas carencias del resto de sus compañeros y fallar en la pérdida que supuso el tercer y definitivo gol. Ahí apareció el Rakitic llegador, el que sabe definir con un sutil toque con el interior sin estar cerca del portero enemigo.

Los rumores del mercado invernal y el interés de grandes clubes por hacerse con sus servicios no es sino la consecuencia lógica de un rendimiento que crece con el paso de las jornadas y que otorga a su equipo un incremento en cada faceta del juego.

El choque del Getafe dejó grandes avances para la afición del Sevilla. La intensidad que antes duraba sólo algunos minutos consigue salvar cualquier riesgo añadido con las líneas adelantadas y muchos creadores en el campo. Si las recuperaciones de balón funcionan al ritmo vertiginoso reflejado ayer, el riesgo es tan mínimo que basta con elegir bien las transiciones e insistir en el número de llegadas.

Con la idea de Emery de crear numerosas llegadas, ayer bajo la figura estelar de Rakitic, el Sevilla encontró al fin la intensidad que soluciona todos los problemas hasta la conecuencia de que ni siquiera parezcan existir.

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