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Las dos maneras de desconectarse

  • Cíclicamente, este equipo pierde del ritmo del ataque o, lo más grave, el de la tensión posicional · Interpretó las dos versiones

Por hablar de parecidos, de tanto recordar a Juande para lo bueno y a Jiménez para lo malo, el Sevilla de ayer se asemejó al de Manzano en la segunda mitad. Brillante en el aspecto ofensivo, un desastre en la organización defensiva y especial calamidad en la vigilancia de jugadas de ataque. Ante el Granada por momentos el Sevilla se conectó en ataque con fluidez y creó ocasiones. En ese plano puede decirse que jugó mejor que ante el Racing, pero, como en la noche ante los cántabros, demostró que la lección de frenar las contras aún no está aprendida. Ni mucho menos. Por eso perdió el Sevilla. Por eso y, concretando más, porque un medio centro (Medel) no puede ir jamás a la corona del área rival con 1-0 a favor y porque otro medio centro (Rakitic) no puede dejar de presionar ni un segundo una jugada en el área propia.

Se empieza a intuir, viendo el horizonte completo de todas las jornadas disputadas por el Sevilla, que este equipo se desconecta con facilidad. Hay veces que lo hace en ataque y otras veces que lo hace en defensa. Hay partidos en los que los cables no encuentran corriente en una faceta y otros en otra. Ayer tuvo los dos extremos con el descanso de frontera. Marcó y se fue a una nube al perder ritmo tras el 1-0 y luego se enchufó en ataque y se le volvió a apagar la luz en defensa. Para algunos, jugó mejor que ante el Racing, pero no. Crear más ocasiones no es jugar bien.

Defensa

El Granada no había marcado ni un solo gol fuera de casa y se encontró con dos en apenas unos minutos, muestra de que las cosas no se hicieron bien. En la primera parte Marcelino ordenó que los extremos se metieran hacia dentro y fueran los laterales los que salieran a presionar mientras éstos cubrían el espacio interior. De ese posicionamiento y del ritmo con que presionó logró buenos robos, como el del gol, pero el ritmo luego decayó conforme a un Rakitic demasiado justito se le acababan las fuerzas.

En la segunda se juntó que el suizo no estaba para nada y que Medel empezaba a descolocarse. Las contras se parecían a las de antaño.

Ataque

Ritmo inicial y un Rakitic que escupía rápido el balón para sorprender, pero no duró nada. El Sevilla se desconectó cuando el partido perdió ritmo y volvió tras el descanso gracias a Navas, sí, a Jesús Navas.

virtudes

Más dinamismo en ataque.

talón de aquiles

De las dos desconexiones, es más grave la que tiene que ver con la defensa. Y Rakitic no debió acabar.

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