Una de las noticias positivas del decepcionante empate que cobró el Sevilla en Pamplona fue que la portería volvió a quedar a cero. La defensa funcionó y puede que en ello tuviera que ver, al margen del excelente papel de Javi Varas y Fernando Navarro y de las ayudas de Fazio, la vuelta de Cáceres al puesto de central, la posición para la que llegó cedido en 2010. El uruguayo dejó claro al aterrizar que prefiere actuar en el eje de la zaga, algo que no hacía desde el 22 de diciembre, en el Sevilla-Málaga de Copa.

Nueve meses nada menos han transcurrido desde su última aparición en el centro de una defensa, con el Sevilla y con Uruguay, porque Óscar Washington Tabárez también lo ha desplazado a un flanco, el izquierdo, donde también ha cumplido alguna vez como sevillista.

Cáceres comenzó jugando de central en el Sevilla, pues Konko era el lateral derecho. Luego desapareció de las alineaciones e incluso provocó una crisis en el vestuario, que Manzano hubo de atajar obligándolo a pedir disculpas después de que se quejara públicamente de que el técnico prefería alinear a "amigos". Zanjado aquello, volvió al equipo y lo hizo como central. Aquel día en la Copa, sin embargo, fue clave. Konko fue un coladero como lateral derecho y firmó su sentencia en el Sevilla: no volvió a jugar de blanco. A raíz de ese momento, Cáceres fue condenado al lateral derecho. Hasta antes de ayer en Pamplona. Puede ser una importante recuperación.