Ni de milagro siquiera (3-2)

El Sevilla se deja remontar en la segunda mitad un valioso tesoro de 0-2 ante Osasuna por ser demasiado blandito · La conexión entre Perotti y Negredo no sirvió por el escaso nivel de otros.

Ni de milagro siquiera (3-2)
Ni de milagro siquiera (3-2)
Francisco José Ortega

11 de mayo 2011 - 21:15

Nuevo desastre de un Sevilla empeñado en no estar en Europa la próxima temporada. El conjunto de Manzano sí sudó en esta ocasión, tal vez más de la cuenta, pero evidenció en el césped del Reyno de Navarro que muchos de sus futbolistas apenas tienen nivel para jugar en la Liga BBVA. Mejor, no lo tienen directamente. Esto fue aprovechado por Osasuna para darle la vuelta a un marcador que tuvo en franquía gracias a la calidad de Negredo y Perotti, Perotti y Negredo. Pero hubiera sido un milagro que el conjunto nervionense se fuera con un triunfo de este viaje y, claro, los milagros sólo se producen cuando hay un santo por medio.

Puede ser una constante ya, pero la realidad es así de terca, y otra vez hay que comenzar una crónica de un partido de este Sevilla con la advertencia de que no es deseo de nadie faltarle el respeto a los profesionales y muchísimo menos de quien esto suscribe. Entre otras cosas porque ayer, al contrario que con el Real Madrid, sí pusieron empeño en sacar el partido adelante, aunque eso tal vez sea aún más grave a la hora de la valoración, pues dice muy poco de la capacidad de muchos de ellos. Particularmente, están los casos de Dabo y Acosta, también de Sergio Sánchez en algunas ocasiones, aunque éste estaría a años luz de sus dos compañeros. Y más exactamente en el final tal vez haya que incluir a todos en el mismo saco con las excepciones de un Perotti que a pesar de tocarse el aductor seguía dejando detalles de calidad y de un Javi Varas que había puesto mucho de su parte para retrasar el desastre hasta esa fatídica recta final tan desastrosamente jugada.

Así se remató un segundo periodo desastroso de un equipo que ni siquiera fue capaz de sacar provecho de la extraordinaria renta con la que se había ido al intermedio. Porque el Sevilla tuvo dos minutos de inspiración para que la testa de Negredo lo situara con una ventaja que debía ser definitiva. Cero a dos frente a un rival que debía convertirse en un flan ante tanta adversidad es un resultado más que suficiente si se hacen las cosas bien a partir de ese momento, pero no había más que ver el transcurrir del juego para percatarse de que aquello era obra del santoral al completo.

El Sevilla, el Sevilla de Manzano, porque esto hay que decirlo bien clarito, no podía jugar peor con todo a favor. Y Osasuna ya agradeció el detalle en el arranque del segundo periodo en el enésimo balón perdido después de un saque de banda propio. Fue Sergio Sánchez quien puso el balón en juego, Acosta no llegó a hacerse con él, como siempre, y el cuadro rojillo lo tuvo fácil, le bastó con buscarle las espaldas al lateral catalán, cosa que se repetiría infinidad de veces, para crear una superioridad en el centro cuando Bernardo fue a tapar el hueco. El resultado, como no podía ser de otra forma, fue el 1-2 de Kike Sola para resucitar a un adversario moribundo hasta entonces.

Se había esfumado la ventaja, la posibilidad de matar un partido como hubiera sido lo lógico en semejantes circunstancias. Pero para eso hace falta tensión, volver al juego del vestuario con los ojos inyectados en sangre y este Sevilla peca demasiadas veces de esa carencia. También hace falta calidad, claro que sí, sobre todo defensiva, pues arriba sí tuvo el equipo blanquirrojo potencial a pesar de los pesares.

Porque Manzano volvió a sorprender a la hora de confeccionar la alineación. Cierto que el técnico estaba obligado a tomar medidas tras el desastre ante el Madrid, igual de verdad es que las bajas se multiplican en cada partido que juegan los suyos, pero es inexplicable la decisión de apostar por Acosta, casi inédito hasta ahora en el equipo inicial. Sin tener el privilegio de estar en los entrenamientos a diario para hallar explicaciones, ¿de verdad que no ha sucedido nada personal entre el técnico de Jaén y Luis Alberto o Alfaro? Cuesta trabajo creerlo si se coge un dvd y se analiza el juego ayer de un Acosta que llegó a huir del balón en más de una ocasión y que tuvo opciones para haber recuperado el prestigio con el que llegó desde Argentina.

Aun así, el Sevilla se puso 0-2 en esas dos conexiones consecutivas entre Perotti y Negredo. Hasta pudo lograr algo más, pero el segundo periodo se volvió a convertir en un manual de la impotencia sin necesidad de que estuviera Cristiano Ronaldo enfrente. Osasuna llegó una y otra vez por la sencilla razón de que el Sevilla puso mucho empeño para ello. Hasta que el cántaro se rompió en un final calamitoso, otro más, ¿verdad Manzano, Monchi...?

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