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Los niños no merecen violencia

  • Andalucía encabeza la lucha contra la agresión, física o verbal, en los terrenos de juego gracias a la creación del Defensor del Menor y sus nuevas medidas, pioneras en el fútbol mundial

Presentación de las nuevas medidas de la RFAF que buscan erradicar la violencia en el entorno de los menores en el fútbol.

Presentación de las nuevas medidas de la RFAF que buscan erradicar la violencia en el entorno de los menores en el fútbol. / M.G.

Hoy en día, la violencia está muy presente en el fútbol profesional, tanto verbal como física. Pero esto no queda aquí. En el fútbol base, en el que las futuras estrellas de este deporte empiezan a hacer rodar el balón, está creciendo el número de incidentes contra los menores. Este problema afecta tanto a los jugadores como a los árbitros, y es algo que no se puede permitir.

Para muchos niños jugar al deporte rey no es sólo su entretenimiento favorito, sino también su sueño: poder llegar a ser profesionales y vivir de lo que más les gusta, el fútbol. Por eso hay que protegerlos y cuidar que todo el ambiente que les rodea dentro y fuera del terreno de juego sea positivo. Cuando estén jugando un partido no tienen por qué escuchar insultos u obscenidades desde la grada.

En este sentido, la Real Federación Andaluza de Fútbol (RFEF) es pionera en la defensa contra el maltrato al menor. Años atrás ya puso en marcha medidas como el tercer tiempo, extraído del rugby, o las tarjetas verdes, que según explicó Rafael Jiménez, jefe de prensa de la RFEF, "ha sido implantada por la Federación Italiana gracias a la buena aceptación aquí en Andalucía".

Aunque las medidas están siendo efectivas, no son suficientes, por eso siguen trabajando para intentar erradicar esta lacra que es la violencia en el fútbol base. En este sentido ya dieron un paso más en esta difícil lucha y crearon una figura pionera en el mundo, el Defensor del Menor del Fútbol, que hace las funciones de, como su nombre bien dice, defender a los menores de edad - tanto árbitros como jugadores - de cualquier agresión que reciban. José María Manzano ha sido el elegido para ejercer las funciones de este nuevo cargo.

Manzano, ex consejero del Sevilla, no tardó en ponerse manos a la obra. Nada más recibir la tarea se puso en marcha y proclamó los tres preceptos que tenía intención de crear, dirigidos a tres colectivos diferentes: los árbitros, los jugadores y los padres. El primero, la referido a los colegiados, ya fue impuesto al final de la pasada campaña, con grandes resultados, y los otros dos se pondrán en marcha en esta próxima.

Esta nueva temporada traerá grandes retos para la RFAF, ya que, según explicó su jefe de prensa, Rafael Jiménez, "todas estas medidas son pioneras en el mundo y esperemos que todo salga bien. Si todo va según lo previsto y funcionan como queremos, se las presentaremos a la UEFA. Queremos que se puedan difundir por todo el continente europeo para ayudar a que se erradique la violencia en el fútbol base".

Como guinda final para este proyecto se están llevando a cabo varios spots publicitarios para la temporada 17-18 que intentarán concienciar al público en general y a los padres en particular de la lucha contra la violencia. Ya se presentó el primero de ellos, llamado #Déjamejugar, un vídeo que con el que empieza una serie que continuará con #Déjamearbitrar y otros dedicados al sexismo, racismo y homofobia.

El próximo curso, al ser el primero en que se pondrán en marcha todas las medidas, será una prueba que determinará si son válidas y sirven para disminuir el número de casos de violencia o, si por el contrario, son medidas insuficientes y necesitan ser sustituidas o complementadas con otras. "La temporada que viene es crucial para comprobar si todos estos esfuerzos que se están llevando a cabo desde la Federación Andaluza sirven de algo y conseguimos al menos bajar los casos de agresión a menores. Sabemos que no vamos a acabar con la violencia, pero sólo con que ésta mengüe un poco estaremos contentos", expresó Rafael.

El mundo del fútbol espera que estas nuevas medidas sean lo más positivas posible y que la violencia sea erradicada cuanto antes mejor. Pero para eso debe haber una concienciación masiva y pensar que el fútbol base no es profesional. Hay que dejar que los niños jueguen y se diviertan. Eso es lo más importante de todo.

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