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Del paseo en la Feria al auto de Alaya

  • Oliver ha pasado de pavonearse como presidente a ser tachado de cooperador del proyecto criminal de Lopera

Durante la jornada del miércoles se dejó ver Luis Oliver por el Real de la Feria, con esa habitual ostentación que realiza el empresario navarro, y rodeado por su gente más cercana como el ex consejero Joaquín Zulategui -lo reflejó una foto ayer en una red social- y también de otros personajes que forman su habitual séquito cuando se pasea por la capital hispalense. A ellos también se unieron el ex presidente Jaime Rodríguez-Sacristán o el ex consejero Manuel Castaño, con imágenes que circularon a toda velocidad por las redes sociales. A cualquiera que se les acercaba, Oliver y los suyos repetían que su regreso al Betis era cuestión de tiempo, un mensaje que el tiempo siempre se ha encargado de desmentir.

Apenas 48 horas después, la juez Alaya no sólo cambió el gesto de más de uno de los que rodeaban a Oliver con ese auto con el que lo procesaba "como cómplice necesario del proyecto criminal de Manuel Ruiz de Lopera", sino que además detalló los motivos que la llevaron a señalar la compra de acciones de Bitton Sport (Oliver) a Farusa (Lopera) como una venta simulada.

"En cuanto al Sr. Oliver, lo que es lo mismo, Bitton Sport, al pignorar las acciones en garantía del pago del precio a Farusa parece que no pretendía pagar o quedarse definitivamente con las acciones, sino ayudar al Sr. Ruiz de Lopera a poner a salvo del presente procedimiento las referidas acciones; mientras él gestionaría el club y obtendría las ganancias necesarias que le compensasen la colaboración con D. Manuel", señala la juez en una parte de su auto, algo que explica en otros apartados: "Esta venta de acciones, indiciariamente, puede considerarse como una compra-venta simulada, apreciación a la que se llega a través de pruebas indirectas o indiciaras y fundamentalmente porque ni la entidad compradora ni las fiadoras tenían capacidad económica para asumir el pago del precio fijado".

"Parece claro que lo que pretendería era asegurarse una operación de ida y vuelta, pues D. Manuel conocería la falta de capacidad económica de la compradora y de las fiadoras, y prueba de que lo sabría es que se garantizó la devolución de sus acciones mediante el referido derecho de garantía, de forma que ante el impago por Bitton de cualquiera de las cantidades debidas, Farusa a su voluntad y en el momento elegido podría recuperar su paquete de acciones instando la ejecución de la prenda", añade la juez en su auto.

El paseo por la Feria de Oliver el pasado miércoles, en que sus adláteres también apuntaba su próximo desembarco en el Zaragoza de la mano de Agapito Iglesias, se indigestó el viernes con el auto de la juez Alaya, en el que, además, le solicita fianza por importe de 431.280 euros, para asegurar las responsabilidades pecuniarias que pudieran imponérsele finalmente.

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