La playa como terapia
Mel se lleva a la plantilla a Matalascañas para cambiar la rutina y olvidar ya la polémica arbitral. El equipo realizó juegos sobre la arena además de partidillos de voleibol y fútbol
La plantilla verdiblanca cambió ayer la rutina de la ciudad deportiva por la diversión que supuso entrenarse en la playa de Matalascañas, un cambio de aire que el cuerpo técnico entendió como necesario en una semana sin competición debido al parón liguero por los compromisos de las selecciones nacionales.
La terapia sobre la arena también se dirigió hacia los recuerdos más recientes de la plantilla bética. Si el equipo regresó el domingo de Valencia con la indignación por el arbitraje de Muñiz Fernández todavía en la memoria, las diversas actividades que se realizaron ayer, con almuerzo en un chiringuito incluido, fueron encaminadas a limpiar la mente de todos de cara a la recta final del campeonato.
El propio Pepe Mel también necesitaba ese aire nuevo. Y es que el técnico no sólo se quejó el sábado en la sala de prensa de Mestalla, sino que el lunes, en la reunión de los entrenadores en Madrid, también elevó la voz ante el presidente del Comité Técnico de Árbitros, Victoriano Sánchez Arminio, algo en lo que fue acompañado por el entrenador de Osasuna, José Luis Mendilibar. Si el CTA solicitó respeto con las decisiones arbitrales, el preparador verdiblanco expuso su queja en un tono moderado pero dejando clara la postura bética. Los argumentos de Mel fueron tan convincentes que incluso Luis García, entrenador del Getafe y próximo rival de los verdiblancos, expresó de inmediato su temor ante el próximo compromiso liguero que enfrenta a ambos equipos. "Que no vayamos a pagarlo nosotros", espetó el preparador del Getafe, después de que Mel y Mendilibar expresaran sus quejas en la charla.
Todas estas situaciones llevaron a que el cuerpo técnico decidiera aceptar esta semana una invitación pendiente desde hace algún tiempo para almorzar en Matalascañas, por lo que de inmediato se preparó esta jornada que mezcló convivencia con ejercicios sobre la arena. Tras el calentamiento con una carrera por la playa y ejercicios compensatorios, el preparador físico, David Gómez, preparó una serie de juegos, en los que la plantilla se dividió en dos grupos que competían el uno con el otro y que provocaron las primeras risas de la mañana. Posteriormente, el equipo se dividió en cuatro equipos, que disputaron partidillos de voleibol y fútbol con porterías pequeñas, en los que de nuevo surgieron los piques sanos que se pretenden con estos ejercicios.
Como colofón a la mañana, la plantilla verdiblanca, que se desplazó al completo aunque los lesionados -Paulao, Amaya, Salva Sevilla y Juan Carlos- trabajaron al margen junto al recuperador a la espera de que el próximo martes se incorporen al grupo, celebró un almuerzo en un chiringuito situado junto al Hotel Flamero, el lugar elegido para que los jugadores se cambiaran, al que también se sumaron el presidente, Miguel Guillén, y Rafael Gordillo, que llegaron a Matalascañas instantes antes de que finalizase el trabajo sobre la playa.
"Un parón se hace muy pesado si te quedas trabajando en la ciudad deportiva y más para nosotros, que jugamos los últimos. Esto viene bien para el grupo, para cambiar de aire y volver con más fuerza para lo que nos falta", comentó Mel sobre una jornada de convivencia que el Betis también se tomó como una terapia para dejar atrás lo sucedido con las polémicas arbitrales.
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