Pretemporada

También sabe fajarse (1-2)

  • El Sevilla refuerza las ideas y la confianza del grupo imponiéndose en un caliente duelo a un equipo de Champions · Se adelantó, contragolpeó y aguantó las embestidas del Nápoles.

El Sevilla continúa avanzando con buen pie en la preparación de la inminente temporada. Ayer logró un nuevo triunfo al imponerse a un equipo que jugará la Champions, un Nápoles que terminó la campaña pasada tercero en la liga italiana, lo que deja bien a las claras el potencial del rival que sucumbió ante el equipo que está modelando Marcelino. Lo hizo además en un escenario muy parecido al que habrá en la verdadera competición, puesto que el encuentro se fue calentando y concluyó entre tánganas y expulsiones, lo que terminó de caldear el ambiente hasta convertir aquello en cualquier cosa menos un partido amistoso. Y el Sevilla supo aguantar las acometidas de un Nápoles herido en el amor propio, supo sufrir sin descomponerse y salió ganador de la cita para reforzar su confianza.

El de ayer fue el triunfo más importante hasta ahora del grupo que continúa haciendo crecer en su idea Marcelino, porque el encuentro exigió saber dar la lectura adecuada cuando falta el balón y hay que fajarse. El Nápoles se hizo con el esférico en la segunda mitad y empujó mucho, pero el Sevilla aceptó la invitación a defenderse, dio un pasito atrás y no se dejó tumbar en ningún momento, si bien hubo alguna fase en la que, antes de que Spahic cometiese un penalti más que evitable, corrió demasiados riesgos y le costó un mundo sacudirse ese acoso y recuperar la pelota y el control del encuentro. Con todo, no llegó la descomposición y esto también es un aprendizaje.

Ya en la primera mitad, el Sevilla había mostrado una buena imagen ante el mejor equipo al que se ha medido hasta ahora. Era una prueba de verdad: un rival de enjundia en su partido de presentación. El Nápoles, espoleado además por una buena respuesta de su público, estaba muy motivado en su puesta de largo en San Paolo, pero parece que el engranaje que lleva a cabo Marcelino progresa adecuadamente: conforme sube el nivel del rival, parece que aumenta la respuesta del equipo, que paulatinamente va evidenciando los avances de su puesta a punto.

Una de las claves de ello es la predisposición de la plantilla a escuchar y a llevar a cabo las directrices de su técnico. El Sevilla cree en lo que hace y eso se nota de lejos. Y no importa que falten algunas piezas de peso, como Negredo, cuyo protagonismo va a más. O que Perotti y Medel aún estén faltos de ritmo, como se vio durante la segunda parte. O que Marcelino quiera conocer la respuesta de su equipo sin un medio creativo, como pasó cuando Medel sustituyó a Trochowski y se colocó junto a Salva. O que una expulsión obligue a recomponer el esquema. El equipo responde y ofrece distintas versiones, según lo que vaya exigiendo el guión. Y así se vio no a uno, sino a dos o tres Sevillas distintos.

En la primera parte, con el partido metido en los cauces del orden, el Sevilla presionó como viene haciendo, robó la pelota, la manejó con criterio, algo en lo que ayudó bastante Salva con su buena visión para darle el balón al compañero a la primera, y llegó por los costados y por dentro, donde Kanoute volvió a demostrar que se ha quedado en el Sevilla para ayudar, y mucho. Y en la segunda parte, se pertrechó atrás ante la reacción del Nápoles y, también, por los cambios realizados por Marcelino y esperó su oportunidad para contragolpear con bastante peligro, sabiendo aguantar las acometidas de un rival que, por momentos, llegó a inquietar. Por último, cuando el partido se calentó en su fase final, el equipo respondió sin caer en la trampa, enfrió el encuentro y volvió a mandar en él recuperando el control de la pelota. Tres en uno.

El Nápoles vivió durante la primera mitad la realidad de enfrentarse a este Sevilla tan llegador y que concede tan pocas opciones. La presión coordinada de la medular, que con Salva adquiere más avidez, y el adelantamiento de la defensa procuró constantes robos, si bien el equipo de Walter Mazzarri logró coger alguna vez la espalda de la retaguardia. Y también se produjeron varias llegadas con peligro, como una en el minuto 2 en la que un adelantado Coke dejó hueco a su espalda. Javi Varas solventó con un paradón. El ex vallecano ofreció mucho en ataque, hasta el punto de abrir el marcador al recoger un rechazo a otra durísima falta de Trochowski. El nuevo recurso volvió a salir a escena.

En la segunda parte, en pleno ataque partenopeo, llegó el 0-2, con otra de las poderosas armas de este Sevilla. Alexis salvó un balón interior, salió rompiendo líneas y armó la contra con Manu, que tuvo tranco y potencia. Un centro de Jesús Navas y un cabezazo soberbio de Kanoute culminaron el perfecto contragolpe. Casi sin tener el balón en la segunda parte, que mejoró con la entrada de Campaña, el Sevilla ganaba. Y además se sintió ganador y no se arredró nunca, pese a que Spahic salió al campo muy revolucionado y acabó expulsado.

Por poner peros, hay que destacar que hubo algunos algunas diagonales peligrosas a los costados, que a Medel y Perotti aún les falta reubicarse y que Spahic debe aprender a medirse. Por lo demás, el triunfo, de prestigio, ayudó al aprendizaje y a reforzar la idea de Marcelino.

- Ficha técnica:

1 - Nápoles: Rosati; Federico Fernández, Cannavaro (Aronica, min. 73), Britos; Maggio, Donadel (Lucarelli, min. 67), Inler, Hamsik, Dossena (Dzemaili, min. 71); Santana (Zúñiga, min. 57) y Mascara.

2 - Sevilla FC: Javi Varas (Palop, min. 46); Coke (Bernardo, min. 73), Alexis, Escudé (Spahic, min. 71), Fernando Navarro; Jesús Navas, Salva (Campaña, min. 63), Trochowski (Medel, min. 46), Armenteros (Perotti, min.46); Manu del Moral y Kanouté (Luis Alberto, min. 65).

Goles: 0-1, min. 17: Coke. 0-2, min. 62: Kanouté. 1-2, min. 78: Hamsik, de penalti.

Arbitro: Carmine Russo di Nola, italiano. Expulsó con roja directa a los locales Maggio (m.82) y Lucarelli (m.92), y al visitante Spahic (m.82). Amonestó a Mascara, Inler, Fernando Navarro y Alexis.

Incidencias: Encuentro amistoso en el que se ponía en juego el trofeo "MSC Crociere" disputado en estadio San Paolo ante unos 25.000 espectadores.

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