La saga de los Tapia
Tony ya trabaja en el Betis con su padre mientras que Pepe, el hermano menor, se licencia este año · Los tres podrían formar un cuerpo técnico completo
Los Tapia podrían formar por sí solos la cabeza de un cuerpo técnico, ya que los tres varones de la familia viven dedicados en cuerpo y alma al fútbol y la preparación deportiva. Así, junto al progenitor, sus dos únicos hijos, Antonio y José, Tony y Pepe familiarmente, se preparan para vivir del deporte rey y llegar tan alto como el primero en sus respectivas facetas.
Antonio Tapia tiene una amplia formación deportiva y siempre ha querido que sus vástagos estudien, sobre todo cuando fue consciente de que sus hijos, que comenzaron a dar patatas a un balón, no iban a llegar muy lejos. Él es licenciado en Educación Física y Deporte, diplomado en Fisioterapia y Entrenador Nacional, además de profesor, de ahí que haya ejercido el magisterio principalmente en su propia casa.
Sus hijos, ya desde que eran muy niños, solían acudir a sus entrenamientos y no se limitaban a pelotear como los de muchos futbolistas que aparecen en los telediarios. Los Tapia, Tony y Pepe, siempre han ido imbuyéndose de conocimientos y con poco más de 18 años se fueron a Madrid para estudiar. Tony, de 22 años, es desde el pasado mes de junio licenciado en Educación Física y diplomado en Fisioterapia, aunque en principio no piensa ser entrenador. Pepe, un año menor que su hermano, acabará sus estudios este año y sí quiere cerrar el círculo como su padre para ser algún día la cabeza visible de un cuerpo técnico.
Tony ya va cumpliendo sus objetivos, puesto que ha entrado en el cuerpo técnico del Betis como segundo preparador físico. Ayudará a Paulino Granero y adquirirá sobre el terreno de juego la experiencia que no otorgan los libros. No obstante, su padre quiere que siga estudiando y por ello se ha matriculado de Nutrición y Dietética en la Universidad Pablo de Olavide. Si no consiguiese plaza, regresaría a Madrid y andaría a caballo entre esta ciudad y Sevilla, ya que al joven le ilusiona sobremanera la andadura recién emprendida en el Betis.
Él vivió hasta hace poco con su hermano Pepe en Villaviciosa de Odón (Madrid) y compaginó sus estudios con el fútbol, ya que jugó en el equipo local, que milita en el Grupo X de Tercera División. Anteriormente, ya trabajó en el Málaga B, en la etapa en la que militó en Segunda División A y la temporada pasada, como fisioterapeuta. Hoy, está expensas de esa solicitud en Sevilla para saber si se quedará a los pies de la Giralda o vivirá a caballo entre ésta y la coqueta localidad madrileña.
Cabal como su padre, Tony no se cierra ninguna puerta. "Si en el fútbol no me fuese posible abrirme camino, me gustaría montar una clínica", apunta el chaval, que no se ve trabajando en el futuro con su padre, ya que la etapa actual es solo de formación. "No me veo como preparador físico con mi padre, además Paulino es el mejor. A mi hermano sí lo veo en el futuro como segundo entrenador formando tándem con él", apunta el mayor de los hermanos Tapia, quien alude a razones de carácter. "Pero que quede claro, que el mejor ejemplo a seguir es mi padre. Siempre sigo sus consejos y aprendo constantemente de él, aunque fuese quien cortase mi trayectoria en el fútbol", sonríe Tony, que hace alusión a la contumacia de su padre en que se centrara más en los estudios que en ser futbolista profesional, sabedor de que no llegaría a la élite.
La juventud de Tony, no obstante, hace pensar que en un futuro pudiese cambiar de opinión y formar junto a su padre y su hermano pequeño un cuerpo técnico completo: primer entrenador, segundo entrenador y preparador físico. Lo peor, como vislumbra el actual entrenador del Betis, llegaría con las destituciones, ya que se irían los tres al paro a la vez.
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