Rugby

Un tren que no se puede dejar ir

  • Álvaro Nieto, miembro del Ciencias Cajasol la campaña pasada, ficha por el Lyon Olympique Universitaire y da el salto al rugby francés, "un sueño" para él

Álvaro Nieto pertenece a la selección española sub 20 y en su día disputó un Europeo sub 18.

Álvaro Nieto pertenece a la selección española sub 20 y en su día disputó un Europeo sub 18. / M.G.

Después de exprimir los últimos días de su verano en Sanlúcar de Barrameda, Álvaro Nieto (Madrid, 2000) viajó ayer en dirección a su futuro. El joven, integrante de la primera línea del Ciencias Cajasol la pasada temporada, se comprometió hace algo menos de dos semanas con el Lyon Olympique Universitaire, club en el que espera seguir dando pasos adelante. “Esto es un sueño para mí, para un jugador español, porque desgraciadamente en este país el rugby no es tan conocido ni se ha invertido tanto en él como en Francia”, dice.

A finales de julio, Álvaro recibió un e-mail del club rodanés, que quiso conocer su currículum. Él accedió. “Luego recibí otro correo diciendo que les había interesado y que si quería hacer una prueba de una semana allí en Lyon”, explica. Ese test consistía, fundamentalmente, en trabajar junto al plantel del equipo durante cinco días: entrenar con ellos, completar los mismos ejercicios de campo, seguir sus rutinas en el gimnasio, etc. El madrileño debió hacerlo bien, porque el jueves 22 de agosto le notificaron que ya era nuevo jugador del Lyon y le dieron un pequeño plazo para volver a España a por sus enseres.

"Muchos de mis amigos de la selección han dado el paso de irse fuera y la verdad es que se nota un montón quién juega en Francia y quién juega en España"

En un momento dado, alguien creyó que el tren del rugby galo debía pasar por delante de Álvaro. Y él sabía que no podía dejarlo escapar. “Muchos de mis amigos de la selección han dado el paso de irse fuera. Y en cuanto a nivel, se nota un montón quién juega en Francia y quién juega en España. Sobre todo a la hora de los contactos y en la velocidad del juego, es un mundo”. Pillier en unas ocasiones y talonador en otras, sabe que llegar a dedicarse al deporte de forma profesional no es sencillo. “Lo he contemplado. Sé que llegar a profesional ahora mismo es muy difícil y conlleva mucho trabajo. No lo descarto, pero lo que tengo claro que es que voy a seguir estudiando seguro”.

Si bien el Lyon lo “obliga” a rendir en los estudios, a él ni se le pasa por la cabeza el interrumpir su carrera de Derecho, porque “hoy estás jugando en lo más alto y a lo mejor mañana te lesionas y no puedes volver a jugar al rugby”. Este año hará el segundo curso a distancia, a través de la UNED, pues reconoce que el francés escrito es complicado. Y eso que el idioma no aparenta ser un hándicap para él en lo cotidiano. “El francés lo entiendo perfectamente”, resalta. “Lo hablo menos que lo comprendo, pero voy bastante bien. Si no, me hablan en francés y yo respondo yo en inglés”. Realmente es una lengua que Álvaro ya había estudiado en años anteriores. “Además, mis tías y mi madre estudiaron en un colegio francés y es algo que ya es como parte de la familia”, argumenta.

Para dar este paso hacia más allá de los Pirineos cuenta con el apoyo absoluto de sus familiares, pero también el de sus ex compañeros del Ciencias. Aunque él comenzó a formarse en el Majadahonda madrileño, en el que entró a los 14 años, ha militado en el conjunto de La Cartuja en las últimas tres campañas. Los consejos del técnico Manuel Mazo y sus pupilos no han faltado, claro. “Que aproveche la experiencia, que sea una esponja, que aprenda mucho, que disfrute y, sobre todo que valore el poder jugar a un nivel que a lo mejor aquí en España no puedo jugar. Y si vuelvo, dar un plus al equipo de profesionalidad y de nivel”, añade.

"El francés lo entiendo perfectamente. Lo hablo menos que lo comprendo, pero voy bastante bien"

No se olvida del emocionante play off de ascenso, del que finalmente el equipo salió victorioso. “Ganamos la final además en casa, en la vuelta. Y fue espectacular, con toda la gente, la afición, los jugadores, los chavales de la cantera…”, recuerda. Admite que le habría gustado jugar este curso en División de Honor con el Ciencias, pero no ve ese horizonte cerrado. “Tengo 19 años y espero tener una carrera bastante larga, poder volver algún día y jugar en la categoría. Pero si mi carrera en Francia continúa y llego a lo más alto, esa espinita me la quitaré en el Top 14 –la primera división del rugby galo- o en la PRO D2”.

Además, tiene otro frente abierto representando a la selección española. Ya jugó un Europeo sub 18 en su momento. Y desde la temporada pasada va a concentraciones del equipo sub 20. Al hablar de esto, mira al largo plazo. Y en 2020 espera obtener junto a España un billete para el grupo B del Mundial, que se disputa en septiembre de ese año. La prioridad, en todo caso, es hacerlo bien en Lyon, en donde espera “seguir jugando y seguir disfrutando” sin dejar de soñar con la opción de dar un salto a la élite. “Siempre tengo ahí el comodín de estudiar. Por ahora vivo el presente y miro adelante”.

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