Agresión machista en Montequinto: "La mujer perdía mucha sangre"

Varios vecinos que atendieron a la víctima explican cómo se produjo la secuencia de los hechos

Una chica que vive en la planta baja escuchó ruidos de pelea y subió a tratar de ayudar

Uno de los hijos de la pareja abrió la puerta y así pudo salir la madre, que se desplomó en el piso de al lado

Jacqueline, de 31 años, permanece en estado crítico en el Hospital Virgen del Rocío

El coche en el que vivía el agresor, aparcado cerca del bloque.
El coche en el que vivía el agresor, aparcado cerca del bloque. / M. G.

Varios vecinos que asistieron a la víctima de la agresión machista cometida la mañana de este viernes en Montequinto relataron a este periódico que la víctima, Jacqueline, una mujer de 31 años de nacionalidad guatemalteca, salió de su casa por su propio pie y se introdujo en el piso colindante, donde se desplomó y fue atendida después.

La vecina de este piso explicó que ella no oyó ninguna pelea, sino que fue una chica que reside una planta más abajo la que escuchó gritos y subió, llamando a las puertas de las viviendas para averiguar lo que ocurría y tratar de ayudar. Gracias a esta celeridad, y a la intervención de los policías nacionales que taponaron las heridas de la víctima mientras esperaban la llegada de los servicios sanitarios, la mujer sigue con vida en este momento.

Se encuentra en la UCI del Hospital Virgen del Rocío, donde fue trasladada tras la agresión y donde fue operada de urgencia. Está en estado crítico pero estable. La evolución en las próximas horas será clave. "Fue la chica de abajo la que llamó a las puertas porque escuchó ruido. Yo no percibí nada extraño, a pesar de que vivo al lado. Gracias a ella, abrimos las puertas y ella pudo salir y entró en mi casa. No llegué a verle las puñaladas, pero sí vi que perdía mucha sangre", explicó a este periódico la mujer que reside en el piso colindante, que junto con su marido, fueron los primeros en asistir a la víctima.

Los tres niños de la pareja estaban en la vivienda en el momento de la agresión. La vecina se encargó de meterlos en su casa. "Ellos no vieron nada. No presenciaron nada. Yo les dije que había entrado alguien a robar, ¿cómo podía explicarles que el padre había apuñalado a la madre? Me los llevé para dentro y los estuve entreteniendo. No sé cuánta gente entró después en mi casa, entre policías, sanitarios y demás".

La mujer tiene una queja sobre los teléfonos de emergencias. "Llamé al 112 pero comenzaron a hacerme preguntas y nada. Después lo intenté con la Guardia Civil, el 062, pero me dijeron que la zona no estaba dentro de su competencia. Y por fin llamé al 091 y los policías nacionales sí que vinieron rápido y taponaron las heridas de la chica. Pero se perdieron unos minutos ahí que pueden ser claves. Debe haber un teléfono único que coordine las emergencias, pero que las coordine de verdad. Tenga en cuenta que aquí hay un centro de salud a poco más de 200 metros, los sanitarios tendrían que haber llegado los primeros".

La chica del tercero asegura que escuchó claramente una pelea y le extrañó que ningún vecino más oyera los ruidos. Así que decidió subir y llamar a todas las puertas para tratar de averiguar qué ocurría y qué pasaba. "Conseguí que me abriera el niño pequeño, y al mismo tiempo me abrió la vecina de al lado. Y ya ella y los niños pudieron salir. Luego bajé para meter a mi perro y volví a subir. Me encontré con él. No sabía en ese momento qué intenciones podía tener".

Ambas preguntan por el estado de la víctima. Cuentan que es una pareja que llevaba aproximadamente un año viviendo en este piso del Sector Triángulo de Montequinto. No habían oído peleas antes ni nada extraño. "Sí se escuchan ruidos, pero ruidos de niños, algo normal", explica una de las residentes. "Hasta hoy, pensábamos que él era un padre ejemplar, pues los niños estaban todo el día con él. Es más, cuando le dije a la mayor que ya estaban atendiendo a su madre y se iba a curar seguro, lo primero que hizo fue preguntarme '¿y papi?".

El padre fue dado de alta a última hora de la mañana. Tenía lesiones superficiales, tres heridas en el pecho que podrían ser autoinfligidas. Fue trasladado a las dependencias de la comisaría de la Policía Nacional en Dos Hermanas, donde se le tomará declaración en las próximas horas. Pasará este sábado a disposición judicial como presunto autor de un homicidio en grado de tentativa y de un delito de quebrantamiento de medida cautelar.

En los últimos tiempos, el hombre, de 47 años y nacionalidad colombiana, estaba viviendo en un coche, un Mazda de color negro que permanecía este viernes aparcado dentro de la urbanización, a escasa distancia del bloque en el que ocurrieron los hechos. Un parasol con una escena del Pato Donald y Goofy cubre la parte delantera del vehículo, en cuyo interior pueden verse varias mantas.

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