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Dos Hermanas

El colegio de la niña con autismo ya fue denunciado por humillar a un alumno

  • Una familia fue al juzgado después de que una profesora compusiera un villancico en el que se burlaba de su hijo, con una discapacidad del 48%

  • El caso se archivó después de que la Junta cambiara de centro al menor tras abrir un protocolo de acoso escolar

  • Otra madre de un niño con autismo estudia adherirse a la querella presentada por la familia de la menor vejada

El colegio público Cervantes de Dos Hermanas, en el que ocurrieron los hechos.

El colegio público Cervantes de Dos Hermanas, en el que ocurrieron los hechos. / Víctor Rodríguez

La querella por trato degradante y violencia psíquica presentada por la familia de una niña con autismo no ha sido la única denuncia contra el colegio público Cervantes de Dos Hermanas. El 4 de enero de 2017, los padres de un alumno que sufría una discapacidad presentaron una denuncia ante el juzgado de Instrucción número 1 de Dos Hermanas por las supuestas vejaciones sufridas por su hijo de ocho años.

Durante las Navidades, una profesora había presuntamente compuesto un villancico en el que ridiculizaba al menor. La canción hacía referencia a la higiene personal de este alumno y la profesora la cantó en presencia de todos los compañeros de su clase. El niño padece epilepsia y hemofilia y tiene una discapacidad reconocida del 48%. En aquella comparecencia ante el juzgado, los padres aseguraban que esta docente había tirado del pelo y empujado al niño en varias ocasiones.

En la denuncia se relataba que la madre, cuando escuchó a su hijo, decidió volver al colegio a hablar con la directora del mismo, que convocó a la profesora en cuestión y al jefe de estudios a una reunión con la madre. Cuando estaban todos presentes, los tres docentes "comenzaron a gritar e intimidar y burlarse" del menor y de la madre. Ésta llamó por teléfono a su marido, que acudió al colegio y vio que estaban "todos chillando y su hijo llorando". Por ello, el matrimonio decidió marcharse, al tiempo que el jefe de estudios les decía, "de manera grosera", que abandonasen el centro.

Un mes y medio antes, el 14 de noviembre de 2016, los padres de este alumno habían comunicado por escrito a la Consejería de Educación los problemas de acoso escolar que el menor estaba sufriendo en el centro. En este escrito, los progenitores denunciaban que el niño estaba sufriendo un continuo acoso por parte de alumnos de cursos superiores.

Los padres comunicaban a la Junta que "alguna profesora" conocía este asunto y "había estado arrinconando al chico al final de clase, porque al parecer le era más cómodo que integrarlo con el resto de los alumnos". El niño, afirmaban, tenía que jugar solo en el recreo, "asunto que al parecer a ningún educador del centro le ha llamado la atención hasta la fecha".

También comunicaban que estaban “alarmados” porque el niño apenas traía deberes a casa y padecía un retraso en lectura y matemáticas, y se le había pasado de curso sin los requisitos mínimos. Igualmente, exponían que ningún orientador había visitado al menor, a pesar de que los siete profesores tenían sus informes médicos. Este escrito motivó la apertura del protocolo de acoso escolar. Tras el incidente del villancico, un mes y medio después, la Junta decidió cambiar de centro al menor. La querella por vejaciones fue archivada y la familia decidió no recurrir este sobreseimiento, una vez cambiado el niño de colegio.

La querella de la niña autista

Estos hechos ocurrieron en el Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Cervantes de Dos Hermanas, el mismo en el que la familia de una niña con autismo se ha querellado contra cuatro docentes (la directora, la logopeda, la monitora del aula específica y la tutora de la menor) por mofarse y humillar a la menor. Las profesoras habrían llegado a comparar a la chica, de siete años, con el violador de las Ramblas de Barcelona y le habrían dicho que tenía el "cerebro cascado" y que a las personas con su trastorno las meten en la cárcel cuando son adultas.

El abogado Javier Jaenes, que representa a la familia denunciante. El abogado Javier Jaenes, que representa a la familia denunciante.

El abogado Javier Jaenes, que representa a la familia denunciante. / José Ángel García

La querella la ha presentado el abogado Javier Jaenes, que trabaja para la Fundación Antonio Guerrero. La menor padece un un Trastorno Generalizado del Desarrollo con Trastorno del Espectro Autista (TEA), Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) y epilepsia. La niña está en el aula específica del centro, en la que los profesores han de contar con una serie de capacidades técnicas para tratar con este tipo de alumnos.

Los padres comenzaron a sospechar de que algo extraño estaba ocurriendo cuando la niña sufrió dos crisis epilépticas en apenas tres meses. La menor se mostraba muy nerviosa, con miedo constante y se autolesionaba, mordiéndose los dedos. Estos síntomas se suavizaban los fines de semana, cuando la niña no tenía que acudir al colegio. Los padres consultaron con un médico, que les habló de la incidencia del estrés en los dos ataques epilépticos.

Decidieron acudir al colegio para hablar con las profesoras, que negaron en todo momento que ocurriera nada extraño con la niña, a la que no habían observado ningún comportamiento anómalo. Los padres decidieron introducir una grabadora en la mochila de la niña. En la grabación, descubrieron que la menor era sometido a continuos gritos, se la humillaba con frecuencia y se le proferían expresiones del tipo "esta niña tiene el cerebro cascado". El abogado Javier Jaenes cree que esta conducta puede ser constitutiva de un delito de trato degradante y otro de violencia psíquica.

La reclamación de otra familia

Otra familia de un niño con autismo que está escolarizado en el colegio Cervantes ha presentado una reclamación en el centro. Lo ha hecho a raíz de las grabaciones obtenidas por la familia de la niña de siete años, que comparte aula con este menor, que tiene diez años. En la grabación, la madre de este niño ha podido comprobar que los pequeños se pasaron toda la mañana delante del ordenador, viendo programas infantiles, mientras que las profesoras hablaban de sus vacaciones de Semana Santa y sin echar cuenta apenas a los niños.

"Cuando mi hijo, a la hora y cuarenta minutos, se levantó, le dijeron que quién le había dado permiso para levantarse", expuso la madre de este niño, que además se queja de que las profesoras se pasaron un buen rato criticándola, junto con otras madres de alumnos. Esta mujer está estudiando adherirse a la querella de la familia de la niña que sufrió la humillación. Tiene pendiente una reunión con el letrado Javier Jaenes para tratar este asunto. 

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