Almería

El 'agro' almeriense salva los muebles por ahora ante un futuro incierto

Tomates de invernadero

Tomates de invernadero

A falta de cerrar la campaña con los cultivos de primavera todo apunta a que Almería salvará la presente temporada hortofrutícola 2021-2022, en la que no han sido pocos los frentes abiertos. Un incremento de costes sin mesura, que abarca desde la energía a los fertilizantes pasando por la mano de obra y a la que se temía el sector desde la temporada anterior, cuando ya se registraba una subida de los gastos de entre el 5% y el 7%, dependiendo del cultivo, según apuntaba entonces la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (Coexphal); una huelga de transporte que durante unos cinco días paralizaba la actividad poniendo en jaque la exportación, un asunto no menor teniendo en cuenta que esta provincia exporta casi el 80% de su producción; la invasión de Ucrania, que ha contribuido al repunte de la inflación moviendo, además, el tablero del comercio internacional de frutas y hortalizas; y condiciones meteorológicas adversas son algunos de los grandes obstáculos, además de otros repetidos desde años atrás como la competencia de terceros países, que han y están afrontando agricultores y comercialización en este periodo.

Con datos en la mano, Juan Carlos Pérez Mesa, doctor en Economía y profesor de la Universidad de Almería y responsable del Departamento de Estadística en Coexphal, señala: “Lo comido por lo servido”. Para desarrollar esta afirmación Pérez Mesa indica que, desde el inicio de campaña en septiembre del pasado año a marzo del actual, en campo los costes se han disparado un 25% de media, teniendo en cuenta los productos de otoño-invierno y también los de primavera como melón y sandía.

Lo favorable para el sector es que los precios también han sido altos, de media un +28%, y es que las circunstancias en otros países han tenido impacto en este incremento. Así Pérez Mesa señala a Holanda, que retrasó la producción de invierno por la subida del precio de la energía dada la dependencia de sus cultivos de calefacción y luz artificial, lo que disminuyó la oferta en la Unión Europa, principal mercado de las frutas y hortalizas almerienses, al igual que la elevada inflación en Marruecos que ha optado por quedarse con producto local.

Por otro lado, el nivel de producción respecto a la campaña anterior se ha mantenido, con un ligero descenso del 1% (del -2% si solo se contemplan productos en invernadero y no la lechuga), ya que hay productos como pimiento (-8%) o tomate (-4%), por citar algún ejemplo, que han caído frente al pepino o lechuga que han aumentado. Con esto, el responsable de Coexphal cifra los ingresos en un 25%.

Para Juan Carlos Pérez Mesa el gran problema es la incertidumbre de cara a la próxima temporada: los precios de los productos hortofrutícolas son variables y la bajada de los costes es más complicada; asimismo mantiene el interrogante de dónde acabarán las frutas y hortalizas que se comercializaban hacia Rusia, Bielorrusia o Ucrania antes de la guerra con origen en países extracomunitarios competidores de Almería como Turquía, Marruecos, Egipto o Israel, y en la propia Unión Europea: en total 210.000 toneladas de tomate, 110.000 de pimiento y 50.000 toneladas de otros productos. “Estamos salvando los muebles por ahora, el problema es la incertidumbre venidera”.

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