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Gana puntos la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés. Si bien el organismo optó ayer por la prudencia y los mantuvo en el 4 por ciento -por séptimo mes consecutivo- ante la incertidumbre que presenta el panorama financiero, su presidente, Jean Claude Trichet, se mostró tajante al advertir que la entidad está preparada para "actuar de forma preventiva" con el fin de evitar la subida de los precios -derivada de la espiral de encarecimiento del petróleo, las materias primas y los alimentos-.
La crisis del mercado del crédito provocada por el desplome del sector subprime norteamericano ha hecho que, por el momento, la institución decida mantener el precio del dinero a la espera de la evolución de los mercados financieros y a pesar del alza de la inflación. Sin embargo, Trichet reiteró ayer que la estabilidad de precios es la mayor prioridad de su Consejo de Gobierno, por lo que dejó claro que el BCE "sigue estando preparado para actuar de forma preventiva con el fin de que no se produzcan efectos de segunda ronda y riesgos alcistas para los precios". "No toleraremos una espiral inflacionista. Enviamos este claro mensaje a todos los involucrados en el establecimiento de los precios, en el sector público y en el privado", sentenció.
En este sentido, el máximo responsable de la política monetaria de la Eurozona alertó de que el índice de precios armonizado se mantendrá significativamente por encima del objetivo del 2 por ciento en los próximos meses y afirmó que, de producirse subidas adicionales en los precios del petróleo y las materias primas, se podrían producir desequilibrios.
Respecto a los últimos datos macroeconómicos, el presidente del BCE destacó que los fundamentos económicos del bloque son sólidos, con un crecimiento del PIB en línea con su potencial.
Asimismo, respecto a los efectos sobre la economía global que pudieran derivarse de la ralentización estadounidense, el banquero pronosticó que éstos podrían ser mitigados por el crecimiento de los mercados emergentes.
Por otro lado, subrayó la necesidad de revisar las cláusulas de revisión salarial ligadas a las subidas de la inflación y llegó a sugerir la oportunidad de poner fin a dichos vínculos de cara a evitar la materialización de efectos de segunda ronda. Trichet señaló que son los propios países los que deben tomar las decisiones al respecto, puesto que la política salarial no forma parte de las atribuciones del BCE.
En concreto, Trichet dejó entrever que hay determinadas economías en la Eurozona en las que esta vinculación es "especialmente fuerte" -por España- y advirtió del riesgo de que estas cláusulas desencadenen una espiral de precios.
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