Los tacones de Charo Padilla

Pablo Lastrucci captó una imagen que es todo un hito en la evolución de un acto con escenografía heredada del nacionalcatolicismo

Los tacones de Charo Padilla
Los tacones de Charo Padilla / Pablo Lastrucci

10 de abril 2019 - 05:00

El almuerzo posterior al Pregón distinguía entre hombres y mujeres hasta 1974. Ellos almorzaban en el restaurante El Burladero del Hotel Colón y ellas en Ochoa. Cuando ellos terminaban, olor a copa y puro, acudían a por ellas a la confitería de Sierpes para comenzar el recorrido por los besamanos y besapies. Hoy esto sería inimaginable.

La democracia trajo, al menos, el almuerzo unificado. Pero hubo que esperar todavía muchos años más para que se pudiera hacer la foto que Pablo Lastrucci, en un alarde de genialidad, disparó el pasado domingo el Teatro de la Maestranza: los zapatos azules de Charo Padilla, tacón de nueve centímetros, en contraste con los zapatos oscuros de los señores, esa tonalidad oscura que lleva marcando la estética del Pregón desde hace 80 años.

En 1986 conocimos que unas nazarenas saldrían en una cofradía "a modo de experimento". Esto hoy no sería imaginable, sino directamente humillante.

El Pregón, su escenografía, es una herencia del nacionalcatolicismo. Ha conocido cuatro teatros, pero nunca una pregonera. El gobierno de Monteseirín redujo el número de representantes en el escenario para rebajar el tono casposo y, sobre todo, porque muchas veces acudían perfectos desconocidos en representación del Ejército o del Poder Judicial.

Don Carlos Amigo impuso en 1997 el derecho de la mujer a votar en las hermandades. En definitiva, la igualdad de derechos y obligaciones. Poco a poco, por lo tanto, se fueron aprobado las nazarenas. Pero la pregonera seguía sin llegar.

Al segundo intento, el Consejo logró su objetivo. Charo Padilla aceptó el reto. Sus tacones, captados por Lastrucci, son todo un símbolo, un hito en la evolución del acto del Pregón. Padilla ya era un icono de la radio.

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