"Restaurar acaba siendo más económico de lo que se piensa"

Lucía Rus. Restauradora de Arte y muebles

Lucía Rus, en su taller en Sevilla. / Antonio Pizarro

Lucía Rus Tabernero se define como una "apasionada" del arte desde la cuna. Es responsable del taller de restauración de arte y muebles en Sevilla, Restaurus. Cuenta que mientras estudiaba Historia del Arte descubrió su pasión, la restauración. Eso la llevó a Madrid para hacer el Grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, del que Sevilla carecía. De aquello hace 20 años, en los que lleva haciendo lo más le gusta. Dice que cada día cumple un sueño, el de "trabajar entre esculturas", pero le queda uno: tener en sus manos al Cristo de la Buena Muerte de Juan de Mesa.

- ¿Cómo llegó al mundo de la restauración?

Desde pequeña me ha apasionado el arte por lo que estudié historia del arte en Sevilla. Durante la carrera descubrí que además de conocer las obras quería intervenir sobre ellas, ponerlas en valor y descubrí mi vocación, la restauración. Al acabar la licenciatura me fui a Madrid a estudiar el grado en restauración de bienes culturales ya que en Sevilla no existía la especialidad de escultura. Ahora ya llevo 20 años dedicándole mi vida a la restauración, formando un equipo y 10 años impartiendo cursos de artesanías y restauración de muebles tal y como a mi me habría gustado que me enseñaran.

- ¿Por qué es importante restaurar?

La única manera de que las obras de arte, los monumentos y edificios históricos del pasado puedan ser disfrutadas en el futuro es a través de la conservación preventiva y la restauración de nuestro patrimonio. Sin restauradores el patrimonio se deteriora por el paso del tiempo y puede sufrir daños irreversibles o su total destrucción. Un edificio, una obra de arte o un mueble en ruinas acaba siendo desechado ya que no puede cumplir ninguna función, no puede ser disfrutado por su belleza, no se entiende su historia, ni puede ser usado.

- ¿Cuáles son sus obras de arte preferidas?

Mi sueño de ser restauradora se cumple entre esculturas. Siento una atracción especial por la escultura en piedra en arquitectura o las imágenes religiosas renacentistas y barrocas. Cuando restauro pinturas, me vuelven loca las pinturas del mismo periodo, pero sobre cobre o tabla que permiten detalles más minuciosos. En cuanto a los muebles, me encantan los modernistas con formas curvas y florales talladas en la madera.

- ¿Cuándo le llega una pieza para restaurar qué es lo primero que hace?

Antes de tocarla, documento su estado inicial, los materiales con los que está hecha, tomo fotografías y anoto todos los detalles que observo, lo someto a pruebas de UV, luz rasante, microscopio, realizo catas y compruebo su estado de conservación para poder dar un diagnóstico de su problemática. En algunos casos se requieren análisis o pruebas radiográficas para poder tomar una decisión sobre su intervención. A continuación, considero los métodos y tratamientos óptimos para asegurar su conservación con la mínima intervención posible.

- ¿Es verdad o mito que los muebles de antes duraban más?

No hace mucho tiempo que los muebles los realizaba un ebanista, un especialista en maderas macizas de calidad, buenos ensambles y pocas herramientas manuales. Los muebles de ahora se hacen en serie, en vez de madera maciza se usan aglomerados, melaminas o DM y los ensambles son siempre tornillos o pequeñas espigas que con un simple traslado pueden romperse. Además, todos los problemas en madera maciza tienen solución, los ensambles se reparan, los barnices se reponen, los agujeros se rellenan, mientras que los muebles actuales son propios de una sociedad de consumo, se estropean y se tiran porque no se pueden reparar. Un mueble de los de antes podía durar varias generaciones y un mueble actual no suele superar ni una.

- ¿Le cuesta a la gente sacar la cartera?

Estamos en tiempos difíciles y la restauración no es un articulo de primera necesidad por lo que, si no llegas a fin de mes, raramente vas a restaurar tus obras de arte y muebles, aunque a veces las restauraciones son más económicas de lo que se piensa y te dan mucha más satisfacción que otros productos en los que algunos invierten su dinero. Además, con el confinamiento hemos aprendido a disfrutar de nuestros hogares, a cuidar los objetos y muebles que nos rodean para sentirnos a gusto.

"Hay muchos 'manitas' que intentan hacer el trabajo de un restaurador pero no están preparados"

- ¿Este oficio padece intrusismo?

Efectivamente sufrimos el intrusismo de personas que ejercen nuestra profesión sin tener el grado en conservación y restauración de obras de arte que actualmente es el único camino para poder ejercer legalmente. Hay muchos manitas o artistas que intentan hacer el trabajo de un restaurador pero no están preparados. La restauración es ciencia, hay que estudiar química, materiales, historia del arte, técnicas de diagnóstico y por mucho talento artístico que tengas sin formación en restauración no eres restaurador. La falta de un colegio profesional que nos ampare provoca una indefensión de los restauradores y solo cuando una persona no cualificada interviene en una obra de interés cultural se considera delito, pero no hay control sobre restauraciones en patrimonio particular.

- ¿Qué es lo más recurrente que traen los clientes?

En mi estudio lo que más se restauran son oleos sobre lienzos, muebles e imágenes religiosas de madera policromada. Pequeñas o grandes figuras de particulares o iglesias que recurren a nosotros para preservar esa imagen de culto o esa figura de devoción familiar. Son muy frecuentes las imágenes del Niño Jesús o Santos.

- ¿Usted sabe decir que no a un cliente?

Voy aprendiendo poco a poco a seleccionar obras de calidad para mi estudio, ya que tengo una larga lista de espera. A veces es difícil decir que no a imágenes de molde con mucho valor sentimental pero escaso valor económico. Solamente digo que no cuando vienen muebles u obras de arte de muy baja calidad. También digo que no al que me pide rebajas o al que no soporta esperar el tiempo que necesita una restauración.

- Una meta o un reto en su vida...

- He conseguido mucho más de lo que había soñado: he restaurado edificios históricos, pinturas interesantísimas, imágenes de culto, muebles de estilo, he conseguido que mis cursos de restauración se llenen, tengo mi propio taller formada solo por buena gente y magníficos profesionales, disfruto cada día de mi trabajo y he conseguido conciliar vida laboral y personal, no puedo pedir más. nComo sueño difícil, me gustaría restaurar imágenes de madera policromada del barroco sevillano, si puede ser, el Cristo de la Buena Muerte de Juan de Mesa. ¡Soñar es gratis!

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