lJuan José Padilla reapareció ayer en la plaza de toros de Zaragoza, en el mismo lugar donde hace un año estuvo a punto de perder la vida cuando un toro le corneó por detrás de la mandíbula. Aquella cornada le hizo perder la visión de un ojo, pero no consiguió que el jerezano perdiera el ánimo ni el amor por su profesión. Ha pasado un año ya y Padilla, superado el trance, triunfó a lo grande en la arena de la Misericordia, un triunfo que celebró con su hija en el ruedo.