"No es culpa mía, nací con una voz privilegiada"

"No es culpa mía, nací con una voz privilegiada"
"No es culpa mía, nací con una voz privilegiada"
Charo F. Cotta

29 de marzo 2009 - 01:00

-¿En qué se diferencia su 'Z' de la de Zapatero?

-Digamos que yo no vendo zapatos. Además, mi apellido es García. El nombre artístico me lo pusieron cuando empecé a cantar, con la zeta final para no enfadar a los mexicanos. Ya sabe, por lo de Hernán Cortés.

-¿Reniega de la Madre Patria?

-Para mí, España es una patria hermana. Lo que ocurre es que los españoles tuvieron una presencia completamente distinta en México que en el Cono Sur y Argentina, donde no tenemos pasado precolombino.

-Además, su padre era español.

-Mi padre nació en Orense y cuando tenía apenas año y medio lo llevaron a Argentina. La familia de mi madre llegó de Italia. Mis abuelos eran del Piamonte, curiosamente los dos del mismo pueblo, pero se conocieron en Argentina.

-¡Qué pequeño es el mundo!

-Mi abuela era la cocinera de unas cabañuelas que había para la gente que iba a recoger la cosecha. Mi abuelo era operario de unas máquinas de trillar enormes. Todavía queda algún vestigio de eso.

-¿Emigraron para trabajar en el campo?

-Nuestro mérito son las grandes llanuras, que nos convirtieron en el granero de trigo que a tanta gente dio de comer, especialmente durante la guerra mundial.

-Y usted nació en la Pampa.

-Nací en Rancul, una aldea situada a 600 kilómetros de Buenos Aires. Por mi pueblo pasaba el ferrocarril, que atravesaba el país de punta a punta. Los andenes eran el punto de reunión social. La hora del pueblo la marcaba el reloj de la estación. Cuando quitaron el ferrocarril, la gente dejó de encontrarse.

-¿Aún siente nostalgia?

-Tengo una canción que dice: "Pisaré de nuevo los viejos andenes/ que un día lejano llorando me vieron/cuando me decían: hasta cuándo, dinos/quién sabe hasta cuándo…" Mi verdadera patria es Rancul.

-Pero se hizo español.

-Al ser hijo de español tengo derecho a la nacionalidad. Así que mi madre me inscribió como español en el Consulado cuando tenía 28 años. Después de haber emigrado a Europa lo necesitaba para poder trabajar y vivir aquí.

-"No soy de aquí, ni soy de allá…"

-¡Ni de izquierdas, ni de derechas, sino todo lo contrario! La verdad es que sigo siendo cien por cien argentino y en mi corazón hay un cien por cien de agradecimiento a España, que me recibió y me permitió desarrollar aquí mi carrera.

-¿De quien heredó la voz?

-De nadie en particular. Nací con una voz privilegiada, no es culpa mía. Supongo que Dios así lo quiso.

-¿Por qué empezó con temas frívolos, como el Sucu sucu?

-Aquél no era el tipo de música que más me convenía, pero me garantizó cierto bienestar económico, junto con otras canciones que escribí en aquella época.

-¿A saber?

-Canciones muy conocidas entonces, como Renata, que Mina grabó en Italia con el nombre de Renato y fue un éxito fantástico. O como Me lo dijo Pérez, que cantaron Los tres sudamericanos y Karina. Con mis primeros conciertos en solitario me dediqué a cantar cosas más serias.

-¿Qué le empujó a cambiar?

-Un comentario que hizo Fraga cuando era ministro de Información y Turismo. Dijo que era una vergüenza las tonterías que escribíamos los compositores españoles.

-¿Se dio por aludido?

-Aquello me tocó un poquito las narices y me dije: "Vamos a demostrarle a este señor que sabemos hacer otra cosa".

-¿Y qué hizo?

-Pasé del cero al infinito, como ocurre siempre en este país. Usted lo sabe. Fue cuando empecé a ponerle música a los poemas de Antonio Machado, Lope de Vega y Góngora.

-¿Lo hizo antes que Serrat?

-Compuse Retrato y Las moscas, que Serrat me pidió usar cuando grabó a Machado. La nana de la cebolla, sobre el poema de Miguel Hernández, también es mía. Serrat las convirtió en grandes éxitos, cosa que no sucedió conmigo.

-¿Por qué cree que ocurrió?

-Tal vez por haber sido pionero, o por no haber acertado en la grabación.

-¿En qué otra cosa se considera pionero?

-En muchas, algunas de ellas triviales. Antes los cantantes se tenían que adaptar a las orquestas de los locales. A partir de un determinado momento empecé a exigir viajar con mis propios músicos. Los demás lo hicieron también.

-¿En algo más?

-Tiempo después, ya que hablamos de pionerías, llegué a la conclusión de que no necesitaba a los músicos. Me bastaba con un pianista. ¡Y ahora todo el mundo, hasta Manolo Escobar, hace lo mismo!

-¿Cuántas canciones ha escrito?

-He grabado más de 40 discos y escrito 300 canciones. Algunas las ha cantado gente insólita, como El Cabrero, que hace una interpretación maravillosa de La lluvia sucede en el pasado, una canción con texto de Jorge Luis Borges. La llevo grabada y la escucho con frecuencia.

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