Entrevista a Carmen Estrada

“La confluencia entre la ciencia y las letras es la que nos puede salvar”

Carmen Estrada, científica y escritora.

Carmen Estrada, científica y escritora. / Juan Carlos Muñoz

Carmen Estrada (Sevilla, 1947) ha dedicado su vida a la docencia y trabajó como investigadora en el Instituto de Neurociencias City of Hope y en la UCLA, pero cuando se jubiló decidió cumplir su sueño y estudiar Filología, lo que otorga a sus planteamientos una mirada excepcional. Con su primer libro, Odiseicas, hizo ver el papel de la mujer en la Odisea. En su trabajo, La herencia de Eva, nos adentra en un valioso ensayo sobre cómo el encuentro entre la ciencia y las humanidades ha sido el motor de nuestra civilización. En abril, Planeta Cómics publicará Odisea Ilustrada, con su traducción de este clásico.

–¿Qué es la ciencia?

–Me gusta una definición de ciencia que es mucho más amplia. Veo la ciencia como una forma de mirar el mundo natural y de tratar de comprenderlo sin hacerse un relato sobre él, sino partiendo de nuestro desconocimiento. Intentar descubrir aquello que podemos ir averiguando, con mucha paciencia, de forma acumulativa, a lo largo de los siglos, en una tarea colectiva de esa parte de la humanidad que siente esa curiosidad y ese deseo de mirar el mundo de esa manera. Mirarlo desde las limitaciones de nuestra inteligencia, pero procurando aprovechar todo lo que esa inteligencia es capaz de deducir.

–¿Cómo enfoca esto en La herencia de Eva?

–Pretendo generar una visión del mundo lo más cercana posible a la realidad.

–¿Somos más humanistas o más científicos?

–(Risas). Creo que hay un divorcio grande entre la gente que se dedica a las humanidades y la que se dedica a la ciencia. Hay muchos científicos que tienen más acceso a las humanidades porque les gusta la música, el cine y la literatura, pero la gente que se dedica a las humanidades no tiene ese acceso porque no hay actividades científicas. Entonces me di cuenta de que en las facultades de Letras tenían una idea de las Ciencias como de algo muy raro, muy ajeno, muy árido. Muchos se meten en Letras huyendo de las Ciencias, pero casi nadie se mete en Ciencias huyendo de las Letras. La ciencia se ve como un reducto para privilegiados o para gente peculiar y eso es lo que me gustaría tratar de evitar.

–A veces se huye de una especialidad.

–Claro. Estudiar Ciencias no quiere decir que te dediques a todo lo que tenga que ver con Ciencias. Cuando tú trabajas en ciencia, si se tiene una duda de física se lo preguntas a los físicos, y si se tiene una duda de matemáticas, se lo preguntas a un matemático. Hay mucho desconocimiento en general de lo que son las Ciencias. Ver una charla sobre un tema científico puede ser entretenido y no solo para unos cuantos privilegiados. La ciencia es una actividad humana básica que existe desde el principio de la especie y que todo el mundo puede acercarse a ella.

–¿Dónde estaría el punto de encuentro entre las ciencias y las humanidades?

–Yo siempre he estado trabajando en ciencia, pero, al mismo tiempo, he tenido curiosidad por otras cosas que no eran científicas. La ciencia y la filosofía nacieron juntas. ¡Qué más facilidad de reencuentro que esa! Ha sido más recientemente cuando la ciencia se ha separado de la filosofía y se ha unido a la tecnología. En el mundo griego, estaban los sabios y los técnicos. Los sabios se dedicaban a la articulación del pensamiento, a interpretar el mundo, a pensar, a discutir y a escribir, y los técnicos eran los artesanos, lo que se dedicaban a resolver las cosas prácticas. Ahora decimos las humanidades y las ciencias con la tecnología, o sea, que ahora la ciencia se ha deslizado a formar parte de los tecnólogos. Al final es muy parecido.

–En Odiseicas estaban Homero y Penélope, y ahora Adán y Eva, ¿los mitos forjan nuestra realidad?

–Nunca ha habido una sociedad sin mitos. Los mitos se suceden unos a otros. Ahora mismo no tenemos a los dioses griegos, pero tenemos el mito del progreso, el mito del crecimiento infinito, el mito de la importancia de la apariencia,... Los humanos tendemos a explicar el mundo con esos mitos o podemos hacerlo reconociendo nuestras limitaciones e intentando arañar la superficie de las cosas para llegar al fondo.

"Nunca ha habido una sociedad sin mitos, se suceden unos a otros y tienen muchas interpretaciones”

–El gesto de comerse Eva la manzana emula a las tres etapas del quehacer científico: la curiosidad, la adquisición del conocimiento y la transmisión...

–Creo que los mitos tienen muchas interpretaciones. Son libres, es decir, la facultad de poderse interpretar de distintas maneras según la sociedad en la que se estén comunicando. Tanto Eva en la civilización judeocristiana como Pandora en la griega son unas mujeres malditas, culpables de todos los males de la humanidad. Eso es lo que deja entrever la interpretación misógina. Pandora lo que hizo fue guardar en la jarra la esperanza, fue su herencia para los humanos y Eva lo que hizo fue buscar el conocimiento y transmitírnoslos. Una nos dio la esperanza y la otra nos dio el conocimiento. Es una manera de acercar la ciencia y la humanidad como la única forma de reconciliarnos con el mundo actual. La situación es bastante poco esperanzadora porque hemos aumentado la depredación del planeta y cada vez se consumen más materias primas. La ciencia es la que aporta el conocimiento del desastre y, al mismo tiempo, la que puede aportar el cómo remediarlo, pero el lado moral y ético de cómo la sociedad se tiene que organizar y responder a esa emergencia, eso lo dan las humanidades, por lo tanto la confluencia de ambas formas de conocimiento es la única que nos puede salvar. Hay que cambiar la forma de vida si queremos, simplemente, sobrevivir como especie y que el mundo se mantenga como hasta ahora.

–Su vida laboral la dedicó a las Ciencias, pero tras jubilarse estudió filología griega. ¿Siente que tenía una deuda que saldar?

–Recuerdo la angustia y el desgarro de tener que tomar una decisión con 14 años en la elección del Bachillerato. Si elegía Letras nunca podría hacer Ciencias, pero si hacía Ciencias sí podría hacer Letras y la verdad es que no me equivoqué. Cuando dejé de trabajar dije: "ahora es mi momento" y Grecia estaba en la raíz de mucho de lo ocurrido en nuestra civilización.

–En su trabajo ha analizado el papel de la mujer en la ciencia.

–Ha habido pocas mujeres científicas, pero cuando me las he encontrado he destacado su esfuerzo. Ahora hay más acceso para ellas y ya no hay vuelta atrás.

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