Entrevista con el novillero Santana Claros

"Cuando uno está preparado las oportunidades aparecen"

El novillero Santana Claros.

El novillero Santana Claros. / M. G.

Antonio Santana Claros (Fuengirola, 1993) abre hoy la novillada en la Real Maestranza de Caballería. Interrumpe su rehabilitación, pues fue corneado el pasado mes de mayo en la madrileña plaza de Las Ventas, para pisar de nuevo el albero en probablemente una de sus últimas tardes como novillero. El paso a matador de toros se acerca mientras sigue acumulando experiencia. Vive por y para el toro, aunque se reconoce amante de la naturaleza y la música.

-En Madrid sufrió, según el parte médico, una cornada que le provocó una herida en el tercio medio cara anterior del muslo derecho, con una trayectoria ascendente de 15 centímetros, que produjo destrozos en el músculo recto anterior.

-Ahí vamos. Ya sin las grapas y dándole caña a la rehabilitación para tener la mayor movilidad posible. Según los médicos, no estoy recuperado. La verdad es que al 100% no estoy. La herida está aún abierta. Son circunstancias que nos pasan a los toreros.

-¿Estos percances hacen tener más ganas o menos de seguir toreando?

-Te hacen venirte arriba. Darte motivos para volver con más fuerza.

-¿Qué significa estar hoy en Sevilla?

-A ver cómo te lo puedo explicar con palabras... Lo afronto con todas las consecuencias. Voy con toda mi alma. Es un sueño.

-¿Se juega la temporada?

-Me juego la vida.

-Abre plaza y es uno de los novilleros de más edad, ¿para cuándo la alternativa?

-Lo veo cercano. Tengo muchas ganas de dar el paso, pero antes había que pasar por Madrid y Sevilla.

-¿Tiene fecha?

-La estamos buscando.

-Para el que no lo conozca, ¿quién es usted?

-Definirme es complicado. El camino hasta aquí ha tenido mucha historia, aunque no se ha visto. He pasado muchas cosas buenas y malas. Tuve un percance grave y volví a nacer. Ha sido un trayecto intenso y largo. Mi vida refleja la actualidad del mundo de las novilladas.

-¿Faltan oportunidades para los que empiezan?

-Cuando uno está preparado las oportunidades aparecen. Pero si te comparas con el resto de espectáculos, debemos fomentar la cantera. Si estoy acartelado en Sevilla es porque la Fundación del Toro de Lidia organizó un Circuito de Novilladas. Si no fuera por eso, no hubiésemos toreado esta cantidad de novilleros que estamos toreando.

-¿Ha sido un buen invento?

-Por supuesto. Sobre todo, por ser con picadores. Hay mucha promoción de las novilladas sin picadores, pero el verdadero futuro está en las picadas. De ahí salen los toreros. Yo, por ejemplo, tuve que debutar con caballos y el siguiente paso eran las plazas de primera como la Maestranza o Las Ventas. A no ser que se cree algo como el circuito, pasas directamente a las de primera.

-¿Qué mensaje le lanza a los jóvenes que quieren ser novillero y, más tarde, torero?

-Que más que querer ser, que sean. En una escuela te apoyan para serlo, pero antes hay que tenerlo claro, Tienen que sentirlo y querer de manera interna, no por lo bonito que es ser torero. Esto es de elegidos y hay que darlo todo en cada momento.

-¿Usted cómo empezó? ¿Siempre lo tuvo claro?

-Querer ser torero no fue algo decidido a conciencia. Fue algo natural en mí. Antes de tener uso de razón, por lo visto, ya estaba toreando. Nunca he escogido esta vocación, sino me ha escogido. Pese a las circunstancias adversas, he seguido. Por naturaleza he acabado toreando casi sin buscarlo.

-Y ahora que está cerca de conseguirlo, ¿en qué toreros se fija o quiere parecerse?

-Parecerme a nadie. En todas las épocas hay toreros que marcan un antes y un después. Si te digo alguno, me quedo corto. Cuando uno empieza, trata de verlos a todos.

-Quizá muchos jóvenes malagueños lo miren a usted por ser el único malagueño que ha actuado en Madrid.

-Me siento elegido y un privilegiado. Somos muchos los que empezamos y es muy importante poder estar en la principales plazas como malagueño.

-¿En su entorno qué tal llevan su profesión?

-De momento, lo llevan. Tengo un tío que fue matador de toros (Curro Claros) y eso vino bien. No es fácil cuando te dan una cornada y te dicen que pares. Pienso que he nacido en la familia que tenía que nacer.

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