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Pablo Martín y Rafael Reyes | Autores del libro 'Confinados'

“Se crean ideas preconcebida de los jóvenes, como si fuéramos extraterrestres”

Pablo Martín y Rafael Reyes posan en el Paseo Marítimo de Marbella.

Pablo Martín y Rafael Reyes posan en el Paseo Marítimo de Marbella.

Confinados (Fagus Editorial) está prologado por los abuelos de los autores. El de Pablo Martín es el ex presidente de la Junta de Andalucía Rafael Escuredo. Probablemente fueron los primeros sorprendidos de la valentía y madurez de sus nietos que, con 16 años, ya han publicado dos títulos. Pablo (Madrid, 2005) estudia Bachillerato en el Liceo Francés de Madrid y es la voz conciliadora reflexiva y con sentido del humor. Le interesa mucho la actualidad y le gustaría estudiar Ciencias Políticas o Derecho. No es tan trotamundos como Rafael Reyes (Marbella, 2005), que estudia también Bachillerato en el Colegio San José de Gaudalmina, pero hizo un año en Irlanda y ahora lo hace en Portugal. Directo y desafiante dice que lo suyo es la Economía y que le gustaría en un futuro tener su propio negocio, ganar dinero y, con 50 años, dedicarse a la política. Apuntan alto y, si algo los distingue, es que se han atrevido a alzar la voz para contar lo que piensan muchos jóvenes y adolescentes. Ya piensan en otros proyectos, tal vez con más entretenimiento y menos reivindicación.

–Dos adolescentes de 15 años se ponen a escribir en pleno confinamiento un libro. Algunos os considerarán un poco raritos, ¿no?

Pablo: Pues dicho así puede parecer que somos ratones de librería (risas). Pero para nada, nosotros escribimos Confinados sin ninguna intención de pedantería, sino más bien para contar una experiencia personal que consideramos importante desde la modestia.

Rafael: Tengo mis hobbies y mis obligaciones, pero sí es verdad que algunas de mis inquietudes sobrepasan lo convencional.

–Antes de Confinados vino Acampados. ¿El aburrimiento os inspiró?

Rafael: Siempre he tenido el fetiche de escribir un libro. Pero estoy muy verde literariamente hablando. Entonces pensé en la idea y llamé a mi amigo que fue el otro protagonista de aquel campamento de verano que inspira el primer libro. Rápidamente aceptó. Vi las posibilidades que tenía el sistema de hacerlo a “dos voces” y, aunque estamos mejorando cada día, aún no somos capaces aún de sacarle todo el partido que tiene a este método de escritura.

–¿Estas aventuras literarias corresponden a una necesidad personal de expresaros o haceros oír?

Pablo: Más que necesidad es una voluntad. Tengo la sensación de que se han creado muchas ideas preconcebidas sobre los jóvenes y el ambiente en el que nos movemos, como si fuéramos una especie de extraterrestres incomprensibles. Al fin y al cabo, la escritura es la mejor forma de hacer que nuestro mensaje llegue a todos: al adolescente y al padre que busca entender a su hijo...

–Y hablando de estereotipos, que escribáis no significa que no paséis parte del día en las redes sociales, con videojuegos, practicando deporte...

Rafael: Bueno, como todo el mundo, ¿no? De todas formas en el libro tanto Pablo como yo damos un recital sobre todos ellos.

–Esas medias verdades os tocan mucho al moral.

Rafael: Efectivamente. Es una vergüenza la criminalización, propia de una caza de brujas, que se ha hecho de los jóvenes. Lo ocurrido en la pandemia no ha sido culpa nuestra como se ha hecho ver, no es de nadie en general, pero si se lo tenemos que achacar a alguien es al Gobierno y a los irresponsables.

Pablo Martín y Rafael Reyes, durante una de las presentaciones del último libro. Pablo Martín y Rafael Reyes, durante una de las presentaciones del último libro.

Pablo Martín y Rafael Reyes, durante una de las presentaciones del último libro.

–¿Qué pensáis de los medios de comunicación?

Pablo: El acceso a la información es cada vez mayor, pero las voces que se expresan no han cambiado, siguen siendo las mismas de siempre. La voz de los jóvenes pocas veces se hace oír. Se cree que nuestra única forma de manifestación es superficial e insignificante, pero eso es mentira.

–En el libro contáis vuestra historia desde el punto de vista social, escolar, personal. Habláis de juegos, de la familia, algo de sexualidad y hasta de política. ¿Habéis crecido en ese proceso?

Rafael: Por supuesto, en el mismo libro se puede ver una evolución, no sólo en nuestro estilo de escritura, sino incluso en nuestra forma de pensar. Este libro nos ha acompañado durante nuestros 15 años. Las relaciones sociales y familiares han cambiado. Sobre la sexualidad, que ya se ha convertido en un meme entre nuestros amigos, sigue evolucionando tal y como tiene que hacerlo… Y mi opinión política mejor me la reservo.

–Con la madurez que mostráis en el último capítulo: ¿qué cosas se han hecho bien y cuáles mal?

Rafael: Bueno, a pesar de esa madurez que la gente nos achaca cuando lee el libro quiero recordar que no dejamos de ser dos niñatos que no tienen idea de nada. Pero eso no nos inhabilita a dar nuestra opinión y tampoco significa que valga menos que la de, por ejemplo, cualquier político con estudios, a la vista está… Yo creo que el Gobierno y la gestión de éste ha sido nefasta, no han sabido qué hacer y no han estado a la altura de la situación. También podemos decir, y no estaríamos faltando a la verdad porque ya hay dos sentencias que lo demuestran, que el Gobierno de coalición se ha saltado la constitución vulnerando derechos fundamentales. Pero también han habido cosas que se han hecho bien. Me refiero a todas esas personas que han contribuido a que otras no pasen hambre, a todos esos empresarios, como mi padre, que han evitado el ERTE haciendo que sus empleados puedan teletrabajar y cobrar la totalidad de su salario y, en general, a todos esos niños y jóvenes que hemos sido muy comprensivos quedándonos en casa .

Pablo: Hemos vivido una situación única e inesperada. Y la respuesta ha sido sorprendentemente positiva: las medidas tomadas han sido eficaces, hemos logrado reconstruir nuestras vidas en un contexto de precaución a lo largo de este año y medio. Yo me siento orgulloso y creo que, al final, lo malo, por mucho que se intente magnificar, se queda en anécdota. Sin embargo, hay aspectos de los que prácticamente no se ha hablado: cómo nos encontramos, cómo es hoy nuestra salud mental.

–Cuando terminásteis el libro todavía no se había iniciado el proceso de vacunación. Ahora imagino que estáis vacunados. ¿Cómo veis el futuro desde vuestro prisma de adolescentes?

Pablo: Cada día que pasa soy más positivo. La recuperación no sólo va a ser económica, vamos a notar una evolución positiva en las sociedades y las personas, que van a ser más conscientes de los desafíos que suponen el cambio climático o la revolución tecnológica. Espero no pecar de optimista...

Rafael: Personalmente lo veo esperanzador a la par de incierto. Se ha establecido una forma nueva de hacer las cosas y se han normalizado comportamientos que antes no existían. Para bien ya nada es como antes.

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