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Víctor Escribano | Director de cine

"Las personas con discapacidad nos enseñan a hacer más y quejarnos menos"

Víctor Escribano

Víctor Escribano

Acaba de rodar un documental en formato de película en la que explica la historia de un investigador del Consejo Superior de Investigaciones científica que lleva diez años afectado de esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Escribano ha viajado durante varios meses en una furgoneta por los lagos de Europa con el productor, un taxista senegalés y un tuno de Alcalá de Henares, además de David Riaño, el afectado por el ELA. La película, calificada por los críticos como tierna y divertida, se ha estrenado recientemente con éxito en varias capitales españolas.

–¿Qué quiere transmitir con ‘7 lagos 7 vidas’, su documental?

–La película tiene que poder hablar por sí misma, sin que medie yo sobre qué debe entender el espectador. Sí puedo decir que al hacerla quise que el que la vea viaje con David y le conozca, que tenga un asiento en su furgoneta y se acerque a su sufrimiento.

–David, el protagonista del documental, es un investigador del CSIC que sufre ELA (esclerosis lateral amiotrófica) al que le gusta viajar y flotar en el agua.

–Sí. Es un tipo muy listo, con un gran sentido del humor y quizás la persona con mayor determinación que conozco. Yo creía que a cabezón no me ganaba nadie, pero ni me acerco. He tenido mucha suerte en conocerle.

–¿Cómo ha sido trabajar con una persona que sabe que su vida será más corta de lo que lo que esperaba?

–Como dice uno de mis mejores amigos, la vida es urgente. David eso lo tiene muy claro y se contagia. Creo que es muy sano pensar en la muerte. Le pone a uno en su sitio y ayuda a establecer prioridades. Él sabe perfectamente en qué tiene que gastar el tiempo que le queda.

–¿Qué ha hecho usted para huir de ese victimismo que suele aparecer en este tipo de trabajos?

–David no es así, no es de los que inspiran lástima. He intentado hacer un retrato honesto de él. Yo lo he entendido y nos hemos entendido sin esfuerzo. La película no hubiera salido de no ser así.

–Imagino que en el viaje para filmar el documental habrá habido momentos en que se habrá preguntado si merecía la pena seguir.

–La verdad es que no. Siempre tuve claro que pasara lo que pasase tenía que acabarla. Si luego sólo la veía mi madre daba igual, tenía que aprovechar la generosa oportunidad de José Luis López-Linares, el productor, de hacer una película. No iba a tener otra. Y viajar con ellos fue divertido a pesar de las complicaciones. Lo difícil fue montarla: nunca me había enfrentado a más de 50 horas y aquí había unas 600.

–Habrá habido muchos momentos maravillosos.

–La gente que conoces viajando con David no se olvida. Como Karolina, una chica polaca con distrofia en las piernas que tenía que arrastrarse escaleras arriba para acceder a su casa y, aun así, cuidar de su madre. O Slawomir y Tomasz, dos amigos, uno parapléjico y otro ciego, que tienen una fundación para fomentar el deporte entre personas con lesiones medulares. Cuando andan juntos, Slawomir va delante con la silla guiando con la mano de Tomasz en el hombro. Lamento no haber sacado a todos en la película.

–¿Cuántos lagos de Europa recorrieron?

–Se dieron casi 50 baños. Muchos en lagos y el resto en el mar o en una piscina. Antes de empezar el viaje, el productor pensó que bañarse en siete lagos era un reto razonable para alguien con la movilidad de David, pero el séptimo llegó a las tres semanas de los seis meses de viaje. Así el título se convirtió en metáfora.

–La película se ha estrenado recientemente en varias capitales españolas. ¿Cómo ha sido la acogida?

–Hace poco miraba los datos del fin de semana del estreno: entre las películas españolas estamos sólo por debajo de Operación Camarón y A todo tren en número de espectadores por sala. Me hubiera gustado llenar todos los días, pero estoy encantado desde el espectador uno. Datos aparte, al que no conocía la enfermedad le ha divertido. Hay gente que se espera un dramón, y en absoluto lo es. Y al que ha vivido situaciones así o las vive le alegra ver su realidad reflejada. Nos han dicho cosas muy bonitas. Para mí eso es ya suficiente.

–Es una película que transmite que no hay que renunciar a nuestros sueños, según he leído.

–Eso he leído yo también, ja ja ja ja. A mí David y otra gente con habilidades extraordinarias, pues así llama él a las personas con alguna discapacidad, me invitan a quejarme menos y hacer más. Después de conocer a tanta gente que está atravesando diferentes enfermedades, sólo puedo decir que este tipo de experiencias te ayudan a salir de ti mismo y relativizar lo propio. Y si la película puede causar ese sentimiento en el espectador, me daría por satisfecho.

–¿Quién ha financiado este proyecto?

–López-Li Films ha dedicado los recursos y yo el tiempo para hacer la película sin ningún apoyo público o privado. Igual alguien se apunta ahora que hemos hecho algo de ruido. Le daremos la bienvenida con los brazos abiertos. David sí tuvo ayuda para adaptar la furgoneta con la que viaja a través de una colecta por internet.

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