La Feria corta de 2025 reabre el debate: un 20% menos de facturación y el real desierto desde el sábado

Balance

Los caseteros pierden dos días de ventas y no obtienen ingresos en la preferia

El encarecimiento de los precios impide a las familias acudir más de dos jornadas

El paseo de caballos toca techo esta Feria, con 802 carruajes

Los fuegos artificiales del fin de la Feria de Abril 2025 con la Giralda de testigo.
Los fuegos artificiales del fin de la Feria de Abril 2025 con la Giralda de testigo. / Rafa del Barrio

Acaba la Feria de 2025, la que ha recuperado el formato corto -del lunes del alumbrado al domingo de los fuegos artificiales-, pero sigue abierto el debate sobre la conveniencia de este modelo o del que implantaron los socialistas, con encendido la noche del sábado y el final el sábado siguiente. La división creada entre los sevillanos el año pasado con la consulta ciudadana impulsada por el gobierno de José Luis Sanz continúa patente. Lejos de venirse abajo, los partidarios de la Feria larga o corta permanecen atrincherados en sus posturas. Para los primeros, esta edición evidencia problemas que solventaba la celebración que empezaba el fin de semana, para los segundos este año se ha recuperado el sentido de la medida de la fiesta. Lo que queda claro es que, con una u otra opción, el real no se llena hasta bien entrada la tarde, el encarecimiento de los precios hace difícil que muchas familias puedan acudir más de dos días y que sólo las noches salvan las últimas jornadas. También las horas son las que más incidencias destacables registran -reyertas e intento de homicidios- llegado el fin de semana. Desde la asociación de caseteros lo tienen claro: las casetas han estado nueve días funcionando, pero la facturación se ha resentido un 20%. Los titulares de casetas, por contra, alaban la Feria corta por “ser más auténtica”.

Lunes después de los fuegos artificiales. El Ayuntamiento hispalense tiene previsto esta jornada hacer balance de la Feria de 2025. Durante los seis días que ha durado la celebración se han realizado resúmenes de cada jornada, un aluvión de cifras con las que el gobierno local ha querido constatar una mayor afluencia de público al real que años anteriores. Ahí están los datos de pasajeros de Tussam y Metro, las toneladas de basura recogidas o el número de carruajes en el paseo de caballos, que algunos días sufrió un auténtico colapso. Todo apunta a que esta esta edición también será calificada de éxito, como la de 2024, la última -por ahora- con el formato largo, cuando la noche del alumbrado (lo del pescaíto es una vulgarización mesetaria globalizada) era sábado. Cantidades que avalan la vuelta al modelo antiguo, el del lunes del alumbrado, que salió victorioso (por la mínima) en la consulta ciudadana promovida por el equipo de Sanz hace un año.

Sin embargo, tales cifras y la gran afluencia de público (concentrado sobre todo los primeros días) no acallan el debate que sigue abierto desde aquel sondeo -el segundo después del realizado por Juan Espadas en 2016- y que ha provocado una gran división entre los sevillanos. El formato corto tiene sus bondades, pero también ciertos perjuicios que distintos sectores no han dudado en señalar. El primero de ellos ha sido la Asociación Andaluza de Hostelería de Feria, cuyo presidente, José David Martín González, confirma a Diario de Sevilla los malos augurios que se preveían desde que se anunció la vuelta al anterior modelo. "Se ha perdido un 20% de facturación, al haber dos días menos de Feria". En resumen, una semana de farolillos bastante peor que la de 2024, que empezó en fin de semana.

Todo ello sin olvidar que muchas casetas estaban funcionando desde el sábado previo al lunes del alumbrado. La conocida como preferia ha vuelto con los encuentros de los socios durante los últimos días de preparativos. Guisos que -según Martín González- entran en el contrato que se firma con los caseteros, por lo que suele ser invitación de estas empresas y, por tanto, no suponen ningún ingreso para el gremio.

La preferia no deja dinero en los caterings. "Sí se lograba una importante recaudación los dos días de Feria que se han perdido, el domingo y el lunes", refiere el presidente de la asociación de caseteros. Otro problema que, en opinión de estos profesionales, solventaba la Feria larga: "Antes la gente venía más escolanada al real, ahora se han concentrado el martes y el miércoles". En estas dos jornadas iniciales hubo un aluvión de público, un auténtico atasco que, según Martín González, "impidió en muchas casetas atender bien a los clientes". "Con la Feria larga el público se distribuía desde el domingo al miércoles. El jueves ya empezaba el bajón, pero ahora lo han hecho sobre todo martes y miércoles", abunda.

El jueves de Feria fue para los caseteros un día bueno de clientes, sin tanta aglomeración, pero se salvaron las cifras. El viernes empezó a notarse la bajada de público. La "tragedia" llegó el fin de semana. Los últimos días de farolillos siguen dejando el real desierto de gente. "El sábado fue un desastre. Y el domingo, peor aún. No había nadie en las casetas". Palabras del representante de los caseteros ratificadas en la crónica diaria que publica este periódico. La Feria se hace larga hasta con el formato corto. Sigue habiendo feriantes de noche, pero se trata de un público muy distinto al de la mañana. Son también las horas en las que se originan las incidencias más destacadas, donde ya aparece la violencia.

Una bajada considerable de público durante el fin de semana que se produce pese a contar la edición de 2025 con un factor a favor: una meteorología que ha hecho muy agradable la permanencia de los feriantes bajo las lonas de las casetas. Apenas se han superado los 25 grados de máxima (nada que ver con los más de 35 que se registraron en 2023), lo que ha evitado el éxodo playero que se producía en el tramo final de la celebración años anteriores. Las redes sociales han vuelvo a ser testigos de esta espantá de público desde el sábado, con casetas que empezaron a desmontarse la penúltima noche, al estar las calles del real vacías. Una situación que, según los denfesores del formato tradicional, no volvería a contemplarse.

Para la Asociación de Titulares de Casetas (Ática), el balance de la Feria es bien distinto. Alaban la vuelta al formato tradicional por “recuperar el ‘lunes de pescaíto’ y acortar la duración del evento, devolviendo protagonismo a los sevillanos y concentrando la afluencia turística en su tramo final”. “Una Feria más auténtica, cómoda y cercana a su esencia”, defienden desde Ática, que, no obstante, considera que “hay cuestiones de mejora que deben ser abordadas de cara a futuras ediciones”. Entre ellas, subraya la necesidad de dotar el real de más infraestructuras de limpieza, baños y urinarios, así como de establecer un límite en los decibelios de música de las casetas, donde alertan de “una pérdida del repertorio tradicional”.

En este debate sobre la conveniencia de uno u otro modelo el PSOE tomó parte a mitad de la fiesta. El portavoz del grupo municipal del PSOE y anterior alcalde, Antonio Muñoz, dejó claro en una entrevista radiofónica que si en 2027 recupera la Alcaldía sevillana volverá a la Feria larga, la del sábado del alumbrado. Y lo más importante: lo hará sin consulta ciudadana, habida cuenta de las "dudas legales" que algunos colectivos han denunciado sobre la realizada por Sanz en 2024. Para Muñoz existe una razón primordial para ello, como es el hecho de que durante el fin de semana previo muchas casetas estuvieran funcionando, con lo que ello supone de gasto para las arcas municipales. Se prestaba un servicio público para celebraciones particulares que escapan del calendario oficial. Al margen de que para los socialistas la Feria larga resulta "más participativa", afirmación cuestionada desde el gobierno popular.

El líder de la oposición también ha puesto el dedo en una llaga por la que no deja de sangrar la segunda de la fiestas de primavera de la ciudad: los transportes publicos. "Vecinos de Alcosa y Sevilla Este han tardado dos horas en llegar al real, que es el tiempo que se emplea en viajar a Málaga en tren". Al portavoz socialista no le convencen "las cifras de viajeros" aportadas por el equipo municipal a diario como símbolo de éxito. "No me valen esos números cuando la mayoría de los pasajeros han sufrido una pesadilla para llegar o salir de la Feria", insiste el anterior regidor, quien considera que en este asunto aún existe "un amplio margen de mejora". El propio alcalde, José Luis Sanz, ha reconocido la necesidad de mejorar las líneas de Tussam que conectan el distrito este de la ciudad con la Feria.

Un alto coste para los bolsillos

Fuera de las trincheras políticas, queda claro que, con Feria larga o corta, uno de los impedimentos para que el real esté lleno todos los días desde la hora del almuerzo es el elevado coste que supone acudir a esta celebración desde temprana hora. Especialmente si se hace en familia. Precios disparados -como el coste de la vida en general- que dificultan que se pueda acudir a esta ciudad efímera más de dos días. Ser un asiduo de la celebración y disfrutarla desde el alumbrado a los fuegos artificiales se está convirtiendo en un lujo, a no ser que se tenga sobrada dosis de picaresca y se pueda disfrutar a costa de bolsillos ajenos. En esto último hay auténticos expertos.

Ejemplo de dicho encarecimiento es otro detalle que no ha pasado desapercibido para los habituales del albero: ha sido una de las ediciones en las que menos trajes de flamenca nuevos se han visto sobre el real. Se ha recurrido al fondo de armario. En ocasiones, con modelos muy alejados de las líneas de moda exhibidas a principios de años en pasarelas como We Love Flamenco y Simof. Sólo las profesionales de la moda han hecho gala de estrenos de volantes. Ellas y las autodenominadas influencers, un tipo de famosa que se impone en el real, que cuenta con los dedos de una mano la presencia de auténticas celebridades. Queda, al menos, en este 2025 las visitas del actor Jeremy Irons y de Máxima Holanda, una Reina enamorada de esta urbe de farolillos. Y si hablamos de ellas, no dejemos en el tintero a ellos, en los que debemos apreciar la proliferación de chaquetas blancas. Este modelo, en algunos hombres viene como anillo al dedo y en otros, de digno olvido. Apuntes -en todo caso banales- para otra Feria que ya habita en el recuerdo. La más bella mentira de la primavera.

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