Cómo acertar con las propinas

En algunos países es una obligación dejar dinero extra y en otros es una falta de educación

Cuando se viaja a otro país es recomendable consultar qué hacer con las propinas.
Helena Arriaza

30 de agosto 2015 - 01:00

Una de las dudas que surge al viajar es si en el destino elegido hay que dejar o no propina. En algunos sitios es decisión del cliente si da o no da un dinero extra por los servicios recibidos. En estos lugares a veces agradecerán el plus económico y en otros mirarán al que deposita el dinero como si estuviera loco o ni siquiera lo valorarán. Pero en otros países dejar propina es una obligación. En España pagar un poco más de lo que viene en la cuenta es cada vez más común. Al menos eso esperan en muchos de los negocios de gastronomía y venta de productos, donde en la mayoría de ocasiones el importe a pagar termina en decimales a los que no hay que añadir muchas monedas para redondear. Holanda, Italia, Francia, Portugal, o Rusia son otros de los países donde es bienvenida la propina. En Alemania solo hay que dejar propina si el sitio ha resultado excepcional. Sino es suficiente con pagar lo que piden, ellos ya se encargan de que en ese precio esté incluída la propina. Como curiosidades hay que destacar que en Hungría y Alemania no hay que dejarla encima de la mesa, hay que dársela en mano al camarero para que no se la quede el jefe y en Francia se deja acompañada de un "c'est bon" a quien haya atendido. En Argentina lo normal es dejar algo de dinero extra cuando se ha consumido algún producto o alguna comida en grupo, dando las gracias por atender a varias personas de forma correcta. Hay otros países como Sudáfrica donde en muchas ocasiones la propina supone el sueldo de la persona encargada de atender al cliente. En países como Suiza y Australia los trabajadores del sector servicios ganan un dineral, por lo que no es necesario molestarse en darles un incentivo. Pero si aún así se quiere agraciar con algo se suele dejar en torno al diez o al quince por ciento del total.

Por otro lado hay destinos en los que se trata de un gesto innecesario porque los dueños de los negocios ya las incluyen en los precios finales. Hay países en los que la propina no está bien vista e incluso se entiende como un gesto de mala educación. China, Japón o Singapur son algunos de estos lugares en los que la persona que atiende se sentirá ofendida si se le quiere agracias con algo más de dinero del que piden por los servicios ofrecidos. En Singapur incluso está prohibido por ley, aunque poco a poco el turismo se encarga de implantar la costumbre. En el otro extremo se encuentran los países en los que la propina es obligatoria. En México, Cuba y Reino Unido dejar entre un diez y un quince por ciento más de lo que piden es una norma que se debe cumplir. Por último están los destinos en los que no es cien por cien obligatoria pero en los que gracias a la propina se completa el sueldo del personal. Personal que supone que el cliente sabe ese dato y si no se deja nada mirarán con muy mala cara. Algunos de estos sitios son Estados Unidos, Canadá, República Checa o la India.

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