Declaran como imputados tres médicos por la muerte de la pequeña Manuela tras una operación de amígdalas
También comparecen ante el juez dos peritos que atendieron a la niña de 3 años cuando ya su estado era de extrema gravedad
Una familia sevillana reclama al SAS 223.000 euros por la muerte de su hija de 12 años

Tres médicos declaran este miércoles como imputados por la muerte de la pequeña Manuela, una niña de tan solo tres años que falleció tras someterse a una operación de amígdalas en el Hospital de Écija. Hoy, estos facultativos investigados declaran en el juzgado de la localidad sevillana, junto a dos peritos médicos que atendieron a la menor en estado de extrema gravedad en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Según sostiene el médico forense del Juzgado de Écija, no hubo una atención médica correcta en el caso de Manuela, manteniendo que existieron deficiencias en el postoperatorio. El proceso penal se encuentra ya bastante avanzado, y se ha aportado parte de la querella presentada por los padres de la pequeña, según ha explicado el abogado de la familia, Fernando Osuna.
Al término de las declaraciones, el letrado ha explicado que de las mismas se deduce que hay "indicios del mal funcionamiento, de la deficiente atención médica que se produjo en el hospital el día de la operación y días posteriores" y que inclinan lo sucedido hacia la denuncia de los padres, en el sentido de que hubo una "deficiencia en la atención médica a la pequeña Manuela". Incluso el médico forense, que es "totalmente imparcial, se pronuncia a favor de la denuncia", ha añadido Osuna.
En la querella se relata cómo tan solo un día después de la intervención, el 20 de septiembre de 2022, a las 6:21 horas de la mañana, los progenitores acudieron de nuevo con carácter de urgencia al hospital dado que la niña no se encontraba bien, presentando febrícula y siendo incapaz de tomar los antibióticos por vía oral. La doctora que la atendió le recetó paracetamol en supositorios y le dio el alta 20 minutos después del ingreso.
Tres días más tarde, el 23 de septiembre a las 15:56 horas, los padres volvieron a llevar a Manuela al hospital porque "no hablaba, tenía fiebre, palidez y no tragaba". A pesar de estos síntomas, y de que la palidez podría indicar una anemia por pérdida de sangre, la doctora que la examinó no le realizó ni siquiera un análisis para comprobar el hematocrito, algo que podría haber determinado la existencia de una hemorragia. Tampoco la derivó al otorrino de guardia, limitándose a decir "control por su pediatra".
Traslado tardío y fallecimiento de la pequeña Manuela
No fue hasta tres horas después, a las 18:14 horas, cuando finalmente se decidió trasladar a la niña en ambulancia medicalizada al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, dada la gravedad de su estado. Manuela ingresó a las 9:00 horas con parada cardiorrespiratoria, siendo intervenida de urgencia por los otorrinos. A pesar de los esfuerzos realizados y de permanecer en la UCI en situación crítica, la pequeña falleció el 2 de octubre.
Según el informe de anatomía patológica, la causa de la muerte fue una "encefalopatía hipóxico-isquémica (muerte encefálica)", con un shock hemorrágico como alteración concomitante. Los hechos relatados podrían ser constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia profesional grave, castigado con penas de prisión de uno a cuatro años e inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión de tres a seis años.
La encefalopatía hipóxico-isquémica es una lesión cerebral que se produce cuando el flujo sanguíneo o los niveles de oxígeno disminuyen drásticamente, privando al cerebro de la oxigenación necesaria. Puede ocurrir durante el parto, tras una parada cardíaca o en situaciones de shock hemorrágico severo, como parece haber sido el caso de la pequeña Manuela.
Esta patología provoca la muerte de las células cerebrales, pudiendo causar daños permanentes e irreversibles en el encéfalo. Los síntomas incluyen pérdida de consciencia, convulsiones, dificultad respiratoria y alteraciones en los reflejos y el tono muscular. Sin un tratamiento rápido y adecuado, la encefalopatía hipóxico-isquémica puede provocar la muerte, como tristemente sucedió con esta niña de tan solo 3 años.
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