Estafa piramidal

La Policía ve “connivencia” de varios notarios en las estafas del falso cura

  • Los notarios “omitían conscientemente la diligencia debida”

Manuel Tobaja.

Manuel Tobaja. / Ruesga Bono

Los atestados policiales sobre el falso cura Manuel Tobaja, encarcelado desde noviembre de 2017 por una presunta estafa piramidal, apuntan a la “colaboración de un conjunto de fedatarios públicos, mediante la omisión de la diligencia debida de forma consciente”.

También señalan a un abogado, colaborador habitual de Tobaja. “Dados sus conocimientos legales, no es aceptable pensar que los manejos de Manuel Tobaja le hayan podido pasar desapercibidos”, afirma la Policía en uno de los atestados a los que ha tenido acceso este periódico.

Hasta ahora el Grupo de Blanqueo de Capitales de la Policía ha aportado al juzgado de instrucción 4 de Sevilla tres informes. El último de ellos analizó casos concretos como la presunta falsificación de una carta del Secretario de Estado del Vaticano en la que el papa Francisco invitaba al “reverendo padre Manuel Tobaja” para una audiencia privada en octubre de 2013. 

La Policía imputa a este falso cura presuntos delitos de estafa y pertenencia a grupo criminal en la modalidad cualificada de afectar a viviendas y con cuantía superior a los 150.000 euros.

Estas estafas, según los atestados, se habrían desarrollado amparadas en la Fundación Luz del Mundo, creada por Tobaja para ayudar a la reinserción de ex presidiarios. Dice la Policía que la fundación “generaría una apariencia de actuación sin ánimo de lucro y de legitimidad, induciendo a error a las víctimas”.

Entre las personas que colaboraron al éxito de los timos se encuentran “terceras personas que representarían una función de asesoramiento jurídico”.

El grupo, según la Policía, “cuenta también con la presunta colaboración de un conjunto de fedatarios públicos, mediante la omisión de la diligencia debida de forma consciente”.

En las operaciones investigadas la Policía “se aprecia una repetición muy notable de notarios” que “nunca parecen plantear dificultades a esta forma de actuar, a pesar de que en algunos casos el préstamo y la posterior venta de la vivienda objeto se producen en su presencia, con escaso intervalo temporal”.

Entre los casos más llamativos, la Policía cita en diversas ocasiones a J.A.M.P., que “perdió la titularidad de sus propiedades, dos viviendas y dos plazas de garaje, en el transcurso de 39 días, con distintos prestamistas, en la misma notaría donde se habían suscrito los préstamos en protocolos sucesivos”. 

El modo en el que esta persona pierde un patrimonio  valorado en 320.106 euros “resulta absolutamente atípico” y la Policía entiende que fue una víctima, más que un colaborador voluntario con Tobaja en la estafa al resto de afectados. Otras dos familias fueron privadas de su patrimonio mediante operaciones similares.

Las víctimas manifestaban haber sido engañadas para prestar dinero a la fundación con la promesa de “una alta e inmediata remuneración, que nunca llegaba a realizarse”.

La “excusa o señuelo” empleado para que los terceros de buena fe aportasen las garantías inmobiliarias era  en todos los casos la necesidad de liquidez que tenía la fundación Luz del Mundo. 

Tobaja decía “contar con una liquidez no inmediata, basada en el cobro de unos derechos de publicación” de un libro sobre su vida, en primer lugar, y en segundo de una elevada cantidad derivada de una donación procedente de Norteamérica. Un atestado posterior cifró esa supuesta transferencia en 3,5 millones de euros, aunque la empresa cosmética norteamericana negó haber hecho ningún tipo de donativo a España.

La Policía considera que en el grupo organizado en torno a Tobaja “existe cierto modo de organización criminal pues no se trata de actividades esporádicas y puntuales, sino que consisten en una repetición sostenida a lo largo del tiempo del mismo tipo de operaciones”. 

En un protocolo ante notario de 2014, Tobaja reconocía una deuda por parte de la fundación por un importe de más de 4 millones de euros a un total de 44 entidades  entre personas físicas y jurídicas.

En cuanto a los prestamistas que colaboran en las  operaciones de defraudación, la Policía entiende que actuaban “vulnerando la ley y cometiendo una infracción de ley manifiesta con la finalidad de eludir los controles básicos de la Administración sobre este tipo de actividad”.

La Policía cita además diversos movimientos que apuntan a posibles operaciones de blanqueo de capitales con dinero recibido de las islas anglo-normandas, Estonia, Tailandia y el Líbano. 

Uno de los atestados afirma que, salvo Tobaja, que “parece carecer absolutamente de cualquier tipo de bien mueble o inmueble”, el resto de los investigados “tienen un patrimonio inmobiliario ingente y se dedican profesionalmente al negocio inmobiliario y a la concesión de préstamos particulares, aunque esta última actividad la ocultan siempre en las escrituras públicas”. 

Tobaja, encarcelado desde noviembre e 2017, fue condenado en Sevilla por diversas estafas en los años 90, tras lo cual huyó a Puerto Rico. Allí se hizo pasar por sacerdote, aunque él afirma haber sido ordenado formalmente, y fue de nuevo condenado por apropiación indebida de fondos de las comunidades a las que servía. Tras cumplir seis años de cárcel en Puerto Rico fue extraditado a España y poco después quedó libre. 

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