Violencia machista

La Fiscalía retira dos de los tres quebrantamientos contra Rubén Castro

  • La defensa del futbolista: “le absuelven y aparecen los fantasmas”

  • Las acusaciones piden al juez que denuncie por falso testimonio a un amigo del futbolista que declaró a su favor

Rubén Castro, durante el juicio en el juzgado penal 11

Rubén Castro, durante el juicio en el juzgado penal 11

El juzgado penal 11 de Sevilla dejó este viernes visto para sentencia el juicio contra el ex futbolista del Betis Rubén Castro por incumplir una orden judicial de alejamiento de su ex pareja. La Fiscalía mantuvo su petición de 9 meses de cárcel para el deportista, aunque consideró que solo hubo un incumplimiento de la orden judicial y no tres, uno por cada uno de los tres chiringuitos de Conil donde coincidieron. La defensa del futbolista apeló al tiempo que tardó en denunciar la ex pareja y admitió una posible condena solo de multa.

Fueron tres presuntos incumplimientos ocurridos poco después de que Laura M.P. denunciase a Rubén Castro por diferentes episodios de maltrato -de los que finalmente fue absuelto en 2017- y sobre el deportista pesaba una orden de alejamiento de lq joven.

Las dos partes dieron versiones radicalmente diferentes de las circunstancias en que Rubén y Laura coincidieron en tres fiestas que tenían lugar en la playa de Conil: la primera a mediodía en un chiringuito en el que cada uno estaba con su grupo de amigos, la segunda a media tarde, cuando el futbolista pidió hablar con Laura, a través de una tercera persona, y la última de madrugada en los reservados de una discoteca.

Este último episodio fue el que dio lugar a versiones más encontradas, pues Castro declaró que en cuanto se enteró de que Laura estaba en el local se fue y el amigo que le acompañaba aseguró que la joven estaba bebida, que discutió con el portero porque quería entrar en la zona VIP sin estar autorizada y que la mujer insistía en hablar con el futbolista para pedirle perdón. El amigo declaró que, conociendo la orden de alejamiento, Rubén Castro tardó unos dos minutos en irse de la discoteca, después de despedirse del cantante.

Ella, por el contrario, declaró que estaba en el reservado con un amigo, que Rubén Castro le pidió hablar, le cogió de la mano para llevarla hacia uno de los reservados, le dijo que “nadie la iba a creer” en su denuncia y estuvieron hablando unos 20 minutos.

Los dos partes no fueron ni siquiera capaces de ponerse de acuerdo en si los incidentes habían ocurrido en julio de 2013 o 2014: Castro defendió la primera de esas fechas por el calendario deportivo derivado de que ese año el Betis había conseguido al pase a Europa. Ella y Luis Manuel O.E., el amigo que la acompañaba, afirmaron que fue en 2014 por las personas que aparecían en las fotos subidas a las redes sociales.

Este último joven aseguró que, pese a las reiteradas negativas de Laura, Rubén Castro siguió en la discoteca mucho más tiempo después de que se fuese su amigo y que él mismo llegó a acompañarle hasta su coche por la puerta de atrás para esquivar a los aficionados al fútbol. El juez celebró un careo entre este joven y el propio Rubén Castro en el que ambos se mantuvieron en su versión.

La fiscal: existe incumplimiento aunque la víctima consienta

En sus informes, la fiscal Fátima Domínguez y la acusación particular que ejerce la abogada Amparo Diaz Ramos pidieron que Alejandro I.F., el amigo de Rubén Castro, sea denunciado por falso testimonio porque en el juicio por violencia de género declaró que se fue solo a su hotel cuando el futbolista decidió quedarse en la discoteca pese a conocer la orden de alejamiento.

La fiscal mantuvo su petición de 9 meses de cárcel aunque dijo que el primer encuentro “pudo ser casual” y en segundo no se vieron sino que Rubén le envió un mensaje a través de una tercera persona. Pero en cuanto a lo sucedido en la discoteca, afirmó que, fuese ella o él quien se acercó al otro, el contacto se mantuvo y la doctrina del Tribunal Supremo mantiene que en estos casos no influye el consentimiento o no de la víctima.

"La perspectiva de género no es un chicle que se estire al gusto de cada uno"

El abogado defensor, Francisco Baena Bocanegra, explicó lo sucedido por la absolución de Rubén Castro tras el juicio por maltrato. “Le absuelven y vuelven a salir los fantasmas”, dijo, y en especial reprochó a la acusación particular que "la perspectiva de género no es un chicle que se estire al gusto de cada uno".

Recordó Baena Bocanegra que en aquella vista por maltrato la joven declaró durante 92 minutos y “ni por asomo se refirió” a los incidentes de Conil, lo que demuestra la “falta de trascendencia que le dio”. En su declaración, la joven explicó su silencio porque había recibido muchos ataques en las redes sociales, durante años no le habían permitido entrar en discotecas y "ya no creo en la Justicia".

Para que exista delito “tiene que haber voluntad de incumplimiento, y eso corresponde acreditarlo a la acusación”, afirmó el defensor, quien admitió en todo caso una multa y no los dos años y tres meses que pide la abogada de la denunciante aplicando la agravante de “prevalerse del carácter público” del futbolista por su prestigio social. 

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