La juez de instrucción 4 de Dos Hermanas dejó el jueves en libertad sin fianza a los dueños de un piso acusados de haberse ido de viaje dejando encargados de seguir con la venta de droga al “menudeo” a una niña de 15 años y a su novio de 21.

Ambos acusados se presentaron voluntariamente ante la Policía, que los puso a disposición judicial. A la vista de su declaración, la juez los dejó en libertad sin fianza y con la única obligación de comparecer en el juzgado una vez al mes.

A preguntas de este periódico, la abogada de ambos, Ofelia Liñán Aguilera, explica  que sus clientes negaron dedicarse a la venta de hachís a menores pero aseguraron que en ese mismo bloque hay varias viviendas que sí lo hacen, lo que pudo llevar a error a los vecinos que denunciaron el trasiego de compradores en el portal y a la Policía que montó un dispositivo de vigilancia durante varios días de julio y agosto.

El acusado R.M.S. declaró que los 100 gramos de hachís incautados en la entrada y registro del pasado día 11 eran para su propio consumo, ya que desde hace 15 años es adicto al hachís y la cocaína.

La balanza incautada la utilizaba para controlar lo que consumía, según su abogada.

Los 796 euros que localizó la Policía también tienen su explicación porque se dedica a la compra venta de coches y en los días anteriores había cerrado parias operaciones.

En cuanto a la dueña del piso, E.C.F., explicó la presencia de dinero en efectivo porque cobró hasta el mes pasado una ayuda para mayores de 45 años. 

Negó haber dejado a su sobrino y a su novia una “lista de precios” con lo que debían cobrar por el hachís ya que no sabe leer ni escribir. Al igual que se pareja, atribuyó a un error que identificaran su vivienda como un “narcopiso” porque otros vecinos del bloque venden droga al “menudeo”.

De esta manera, los dos acusados desmintieron la versión de la joven pareja detenida, quienes declararon que les dejaron  el piso mientras sus titulares viajaban a Murcia para visitar a un familiar y que en solo unos días vendieron hachís a unos 10 y 15 compradores habituales de sus tíos.

La jurisprudencia tiene establecido en 25 gramos la cantidad de hachís que un consumidor puede guardar para su autoconsumo sin ser acusado de tráfico, lejos de los 100,74 gramos incautados en Dos Hermanas.

La pena para este delito de tráfico de drogas es de 1 a 3 años de cárcel, aunque la pena sube un grado (de 3 a 6 años) si los narcóticos se facilitan a un menor de 18 años.

En este caso, el atestado policial hizo hincapié en  que las actividades de este “narcopiso” habían creado alarma social por la juventud de los compradores, muchos de ellos menores de edad, y por su proximidad a centros escolares y unas instalaciones deportivas frecuentadas por jóvenes.

El caso ha correspondido al juzgado número 3 de Dos Hermanas, que fue quien autorizó la entrada y registro practicada el 11 de agosto.