La concentración de tropas rusas en la frontera inquieta a Ucrania y EEUU
Un portal ucraniano alerta de que una columna de 150 blindados y 400 vehículos militares se dirige a la zona limítrofe Obama exige a Putin la retirada inmediata de sus tropas
Ucrania y EEUU hicieron ayer un frente común a la hora de denunciar la concentración de tropas y blindados rusos en la frontera ucraniana, supuesta amenaza que Rusia negó rotundamente.
"En la región de Rostov (sur de Rusia) han sido observadas columnas militares que se dirigen hacia la frontera con Ucrania", informó ayer el portal ucraniano Resistencia Informativa creado durante la crisis de Crimea. Entre otras cosas, la fuente denunciaba el avance de una columna formada por 150 blindados y 400 vehículos militares en la región de Rostov del Don, y otros 40 vehículos en la región de Belgorod.
Según el portal ucraniano, 20 lanzaderas de misiles móviles, cuatro blindados y diez vehículos militares podrían haber llegado el jueves en tren a Rostov del Don. En los últimos días, el Gobierno ucraniano denunció a los cuatro vientos que casi 100.000 soldados rusos se encuentran en la frontera entre ambos países a la espera de recibir las órdenes del presidente ruso, Vladimir Putin.
Kiev teme que, tras la anexión de Crimea, el próximo objetivo sean las regiones orientales de Ucrania, de mayoría rusoparlante y que no reconocen la legitimidad de las nuevas autoridades.
"Las tropas rusas no están sólo en Crimea. Están a lo largo de las fronteras ucranianas. Están en el sur, el este y el norte. Podría haber un gran ataque contra el territorio continental de Ucrania y nos estamos preparando para ello", aseguró Andrei Parubiy, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional.
El presidente de EEUU, Barack Obama, se sumó ayer a estas advertencias al asegurar en una entrevista que la concentración de tropas "puede ser simplemente un esfuerzo para intimidar a Ucrania o que ellos (Rusia) tengan planes adicionales". Por lo que llamó a Moscú a "retirar estas tropas y abrir negociaciones con el Gobierno de Ucrania, así como con la comunidad internacional" para "rebajar la tensión".
Todas estas sospechas fueron rechazadas rotundamente por el Ministerio de Exteriores y por el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de Rusia. "Nada de eso. Las cuatro inspecciones internacionales realizadas en marzo en la parte europea del territorio ruso (...) no detectaron ningún preparativo agresivo y ninguna actividad militar, aparte de las previstas con anterioridad", afirmó Alexandr Lukashevich, portavoz de Exteriores ruso, quien subrayó que los propios ucranianos realizaron una inspección militar en la región de Belgorod.
Por su parte, el FSB denunció una campaña internacional contra Rusia y la vinculó con "la histeria que causó en EEUU y sus aliados la aspiración legal de los pueblos de Crimea y las regiones orientales de Ucrania de unirse a Rusia".
Al mismo tiempo, Putin ordenó ayer devolver a Ucrania el armamento, equipos, barcos y aviones, pero sólo de aquellas unidades militares en Crimea que guardaron lealtad a Kiev hasta el último momento.
Según fuentes oficiales, de los casi 20.000 militares que servían en las filas ucranianas en la península antes del conflicto, sólo 4.000 guardaron lealtad a Kiev.
Mientras, la tensión entre los ultranacionalistas y las autoridades en Kiev se disparó cuando cientos de partidarios del Sector de Derechas, las fuerzas de choque durante los disturbios de enero y febrero, se concentraron ayer frente al Parlamento ucraniano. Los radicales exigen la dimisión del ministro del Interior, Arsen Avakov, al que responsabilizan de la muerte de uno de sus líderes, y amenazaron con asaltar la Cámara si se desoyen sus demandas.
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