EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
El viceprimer ministro británico, Dominic Raab, uno de los más cercanos aliados políticos del jefe de Gobierno, Rishi Sunak, ha dimitido este viernes tras publicarse una investigación que respalda diversas quejas contra él por acoso laboral y califica su conducta con sus subordinados como “abusiva” e “intimidatoria”.
El Ejecutivo encargó en noviembre al abogado Adam Tolley un análisis sobre ocho acusaciones formales por el comportamiento de Raab desde que accedió por primera vez a una cartera ministerial, en 2018, como responsable del Brexit. El documento final del letrado avala al menos dos de las quejas.
Tras mantener 66 entrevistas con más de 20 empleados y otras cuatro con el propio político conservador, que también ocupaba hasta ahora la cartera de Justicia, Tolley concluye que Raab actuó con una “agresividad poco razonable y persistente” en alguna reunión de trabajo.
“Su conducta involucró asimismo un abuso o mal uso de su poder, de un modo que mina o humilla” a los funcionarios a su cargo, agrega el informe, que fue entregado el jueves al primer ministro. del país
Sunak designó este viernes como nuevo “número dos” de su Ejecutivo a Oliver Dowden, hasta ahora en un cargo similar al de ministro de Presidencia, y a Alex Chalk como responsable de Justicia. El primer ministro conversó por teléfono con Raab por la mañana , si bien un portavoz de Downing Street, su residencia oficial, rehusó ofrecer detalles sobre esa conversación y declinó detallar si Sunak le pidió que renunciara al cargo.
En su carta de dimisión, Raab, de 49 años, dijo que ha dado un paso atrás para “cumplir” con su palabra, tras asegurar que renunciaría a sus cargos si la investigación corroboraba cualquier conducta inadecuada.
Con todo, el hasta ahora ministro considera que las conclusiones del informe son “defectuosas” y cree que establece un “peligroso precedente” al situar “un límite tan bajo para el acoso laboral”. El político conservador reivindica que como responsable del departamento tenía derecho a “expresar críticas negativas” y “ejercer supervisión directa” sobre sus subordinados. A modo de ejemplo, argumenta que su severidad fue especialmente necesaria cuando “en el contexto de las negociaciones del Brexit sobre Gibraltar, un alto diplomático rompió el mandato que había acordado el gabinete de Gobierno”.
En una entrevista con la BBC, Raab culpó asimismo de su situación a “una minoría muy reducida de funcionarios muy activistas”, con una “cultura pasivo-agresiva, a quienes no les gustan algunas reformas, ya sea el Brexit, la reforma de la libertad condicional o la reforma de (la ley de) derechos humanos”.
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