"No puede haber tantas trabas entre socios tan importantes"
Jochen Müller · Analista político de la Comisión Europea en Madrid
Las autoridades comunitarias defienden un tratado muy denostado por la opinión pública y afirman que la legislación nacional no puede verse afectada.
-¿A qué se deben las reticencias hacia el TTIP?
-Básicamente, a la falta de información. Ha habido muy poco debate y promovido por sectores específicos de la sociedad que se han basado en mitos. Compartimos algunas preocupaciones y tenemos líneas rojas que no vamos a discutir con Estados Unidos, como los temas laborales, de seguridad alimentaria o medioambientales. No hemos luchado 50 años para construir Europa y elevar los estándares para destrozarlos ahora por la puerta de atrás.
-¿La reducción de aranceles es una necesidad acuciante?
-Todavía quedan algunos productos, como el atún, el calzado y los productos alimentarios procesados, que tienen altos gravámenes. En el sector lácteo puede llegar a doblarse el coste. De todas formas, aunque el arancel sea reducido, hay países con acuerdos como el TTIP que pueden ofrecer el producto sin incrementar el coste.
-Otra de las medidas es la llamada "cooperación regulatoria". ¿En qué consiste?
-Es el concepto que hace de caja de Pandora para los detractores. La intención es hablar con todos los sectores para ver qué reglas podemos reconocernos mutuamente. Es llamativo el caso de las sillas para bebés. Se producen de forma distinta a un lado y otro del Atlántico, pero no se entiende que no pueda venderse una misma silla en ambos mercados si se comprueba que ambas son seguras. Pasa algo parecido con el etiquetaje. Deberíamos reconocer ambos modelos porque para una pyme supone una inversión de tiempo y dinero fabricar dos embalajes distintos. También habría que equiparar el papeleo de aduana y agilizar los procedimientos para poder introducir productos. No puede haber tantas trabas entre dos socios comerciales tan importantes. Somos los únicos dos bloques que imponemos a nuestros socios condiciones en términos de derechos humanos y laborales.
-También hay críticas por la disparidad de legislación laboral con Estados Unidos.
-De los ocho convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo, sólo han firmado dos. Los socialistas están presionando mucho en el Parlamento Europeo y dicen
que Estados Unidos debe firmarlos; pero hay quien dice que no porque allí tienen sus leyes y su protección laboral. Igual no es equiparable a la nuestra, pero también es verdad que hay países europeos con un salario mínimo mucho menor al estadounidense. Es un debate abierto, pero el acuerdo no contempla cambiar leyes laborales porque es competencia de cada país.
-¿Qué hay de los criticados tribunales de arbitraje?
-Es una preocupación nuestra. Hemos hecho una propuesta para mejorar ese sistema con más trasparencia, deliberaciones públicas y con la presencia de jueces y no árbitros. A medio plazo, la idea consiste en crear un tribunal como el de La Haya.
-¿Las empresas podrán denunciar a un país por considerar que se vulneran sus derechos?
-Ya se puede y con el TTIP queremos definir en qué casos se puede hacer para que no haya abusos. Queremos limitarlo a las discriminaciones y expropiaciones y lo vamos a conseguir porque somos igual de fuertes que Estados Unidos. Negociamos a la misma altura, auque hay detractores que recuerdan posiciones más fuertes de Estados Unidos con otros países. Nosotros casi igualamos su PIB y tenemos más de 500 millones de habitantes. Los expertos de Bruselas que están negociando no van a poner en juego lo que hemos conseguido, porque hemos construido Europa con unos valores y los vamos a defender. Vamos a sacar un acuerdo beneficioso y que proteja a nuestros estados.
-Prevén beneficios económicos tras la firma, pero hay estudios que dicen que el Nafta [acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá] destruyó casi un millón de empleos.
-Los estudios existentes son predicciones, pero todas positivas. Además, en otros acuerdos similares, como el que tenemos con Corea, los beneficios han superado lo esperado. No
podemos compararnos con los países del Nafta, pero no conozco la situación exacta allí.
-¿Qué tiene que decir sobre la afectación a los servicios públicos y las licitaciones?
-Las licitaciones de obras públicas en Europa ya están abiertas a todas las empresas, al contrario que en Estados Unidos. Lo que queremos es permitir a nuestras compañías entrar en ese mercado. No hay que mezclar ese tema con los servicios públicos. No se impondrán privatizaciones en sanidad y educación, porque, además, no es competencia europea, sino de los estados o las comunidades.
-¿Qué efectos puede tener el TTIP en Andalucía?
-Sectores como el del aceite de oliva lo tienen muy claro, porque tiene aranceles y asumen trabas e inspecciones que desaparecerían. Además, se abre un enorme mercado. Hay una gran demanda de productos de calidad en Estados Unidos y Andalucía puede ofrecer mucho. Por eso es muy importante el tema de las denominaciones de origen. Tenemos un acuerdo similar con Canadá y hemos conseguido proteger 150 productos. Ahora mismo no hay ninguna denominación de origen reconocida en Estados Unidos y podemos seguir como hasta ahora. Si logramos incluir las denominaciones en el TTIP evitamos que un vino hecho en California pueda venderse como un Jerez o un Málaga.
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