Celebración del paraguas

Sevilla/La convocatoria, con selecto hilo musical, ambigú, simbólico lecho de hojas decorando el suelo pese al bochorno ambiental, vídeo con dinámicas estampas urbanas à la Fitur y buena parte de la pomada cultural de Sevilla congregada en los jardines del Casino de la Exposición, buscaba proyectar una "imagen de unidad"; mostrar, como apuntó la directora general del ICAS, Isabel Ojeda, que "estamos todos trabajando por el mismo objetivo". Se trataba también de presentar el llamado Otoño Cultural municipal, un contenedor de propuestas de índole ciertamente tan "plural" que abarca iniciativas organizadas por la Junta de Andalucía -caso de las ofertas del Teatro Central o el CAAC- y la Diputación o impulsadas y financiadas por entidades privadas, como el Caixafórum, la Fundación Valentín de Madariaga o la asociación de galerías de arte de la ciudad.

En pleno chaparrón por la estrepitosa dimisión del director de la Bienal -"vengo un poco flamenco, sí", dijo nada más tomar la palabra- el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz, convocó ayer una presentación en la que, a falta de algo que presentar, todo se fue deslizando más bien hacia una puesta en escena de índole genérica. "Lo importante, lo novedoso", señalaban desde el equipo del delegado, "es que toda la oferta de las instituciones públicas y el sector privado de la ciudad se presenta por primera vez bajo el mismo paraguas". Así las cosas, en un acto de más de una hora de duración, varios representantes de las distintas entidades fueron detallando más o menos telegráficamente sus actividades para estos próximos meses. Óperas en el Maestranza, visitas teatralizadas al Alcázar, el Festival de Cine, las exposiciones del Año Murillo, los conciertos del Monkey Week, el musical de Dirty Dancing en Fibes... Programaciones, todas, no sólo anunciadas ya previamente sino en muchos casos presentadas en actos públicos.

Durante el acto de recordatorio de la agenda para estos meses resultó llamativa, no se sabe aún si preocupante, que no hubiera mención alguna al Festival Internacional de Artes Escénicas de Sevilla pese a no celebrarse éste en otoño. Le tocó a Pedro Álvarez-Ossorio, uno de sus directores, en representación de las salas y teatros privados de Sevilla, romper el tono de alegre y distendido brunch. Afirmó que el sector de las artes escénicas "no ha notado avances en la aplicación de políticas culturales"; que "se han celebrado algunas reuniones, no muchas", para al final "quedar en humo"; y que, en definitiva, "tanto la estructura como el funcionamiento del ICAS hacen aguas por todas partes" pese a las "buenas intenciones" y las "metodologías aparentemente modernas y efectistas".

En su intervención, al final del acto, Muñoz tuvo que darle la razón al "gruñón". Sí, admitió, "hay bastantes goteras" en el ICAS. Y sí, está decidido a emprender una remodelación del mismo, en profundidad, pero "vamos a tener resistencias muy fuertes", añadió. "Por eso necesitamos que estéis detrás de nosotros, sentir vuestro calor", remató el delegado, que tras arremeter contra la oposición por no apoyar la línea de ayudas a las librerías locales, volvió a un tono más amable al dirigirse a Antonio García Villarán para lanzarle una promesa al vuelo: la garantía de que el Festival de Perfopoesía se celebrará en el primer trimestre de 2018.