Las pasiones de Orfeo
Lea Desandre & Jupiter | Espacio Turina
La joven mezzo francesa Lea Desandre, una de las grandes estrellas del canto barroco, debuta el miércoles en Sevilla junto al conjunto Jupiter que lidera Thomas Dunford
La cita
Lea Desandre, mezzo. Jupiter. Director: Thomas Dunford.Canciones de pasión (obras de Dowland y Purcell).
Miércoles, 27 de abril. Espacio Turina. 20:00. De 12 a 25 €.
Las nuevas generaciones de músicos barrocos han asaltado en el último lustro la banca. Era algo que se veía venir. Después de décadas de forjar una tradición desde los cimientos y de la proliferación de escuelas por todo el continente europeo, los jóvenes primero imitaron a sus modelos, los grandes pioneros y sus discípulos; luego los superaron en virtuosismo técnico; finalmente, han desarrollado unas formas interpretativas en las que al lado de una técnica que ya no envidia en nada a la de los grandes de la música clásica, han incorporado un estilo mucho más libre, imaginativo y espontáneo, liberado de dogmas, pero alejado igualmente de la tentación del kitsch o de la imitación de registros cercanos al pop, que tantos réditos han proporcionado también a muchos en las últimas décadas.
Jupiter, el conjunto fundado en 2018 por el laudista Thomas Dunford (París, 1988), es uno de los mejores ejemplos de esta nueva realidad. Dunford pasó por las aulas de Hopkinson Smith en Basilea y colaboró desde muy joven con infinidad de conjuntos de toda Europa hasta que a los 30 años decidió dar el paso para aprovechar todo el talento de la nueva generación de instrumentistas fundando su propio grupo, que siempre ha estado muy vinculado a la mezzosoprano Lea Desandre (1993), una de las voces más deslumbrantes del actual panorama barroco.
Descubierta al mundo en 2013 gracias a una de las convocatorias de Le Jardin des Voix de William Christie, esas célebres academias de jóvenes cantantes que cumplen justo ahora 20 años y por las que han pasado infinidad de voces que hoy son figuras internacionales, Desandre tiene unos medios espectaculares, por belleza tímbrica, amplitud de la tesitura y potencia vocal, pero además es de una precisión extraordinaria, lo que revela una formación de primer nivel (¡y eso que empezó dedicándose a la danza!) y, sobre todo, su canto es siempre refinado, sutil e intensamente expresivo (a veces hasta lo conmovedor). Aunque muy cercana al universo antiguo, la mezzo italofrancesa desborda en cualquier caso la consideración de especialista y es habitual escucharla ya en repertorios más tardíos, desde óperas clásicas a contemporáneas.
Jupiter y Desandre comienzan el próximo miércoles una gira por España que empieza en el Espacio Turina de Sevilla y luego pasará por Madrid, Oviedo y Barcelona. El conjunto viene en formación de ocho miembros: además de la cantante y del laudista y director artístico, dos violines, viola, viola da gamba, contrabajo y un teclista que alternará clave y órgano.
El programa, que lleva por título Canciones de pasión, reúne a dos de los mayores melodistas de la historia de la música inglesa (y mundial), John Dowland (1563-1626) y Henry Purcell (1659-1695), dos compositores que en su momento fueron llamados Orfeo.
Dowland fue el Orfeo inglés, a pesar de que buena parte de su carrera la pasó fuera de su país natal. Él se quejaba continuamente de que eso lo había provocado su militancia católica (se convirtió a la fe de Roma en los cuatro años que pasó en París en su juventud), que había reducido sus posibilidades de prosperar en la corte, pero lo cierto es que el aprecio en Inglaterra siempre fue notable y que en 1612 recibió el nombramiento de laudista del rey. Tanto en sus tres colecciones de canciones, publicadas con la posibilidad de interpretarse de distintas formas en 1597, 1600 y 1603, como en su famosas Lachrimae (1604), toda una recopilación de variaciones sobre una célebre pavana, que se había editado ya como danza para el laúd y como canción (Flow my tears), Dowland se ganó reputación de campeón de la melancolía, y no en vano su lema fue Semper Dowland, semper dolens. De cualquier forma, como para desmentirlo, Desandre y Jupiter empezarán su concierto con Come again, un canto exaltado al benéfico poder del amor.
A su muerte en 1695 Henry Purcell era uno de los hombres más populares de Inglaterra. Su funeral en la Abadía de Westminster fue un acontecimiento nacional, y las necrológicas y homenajes se sucedieron en la prensa durante días. Años después la popularidad seguía sin agotarse, lo que Henry Playford aprovechó para publicar en 1698 y 1702 sendas colecciones escogidas de sus canciones con el título de Orpheus Britannicus. Desde sus primeras piezas escritas para obras teatrales en 1680, Purcell demostró una especial afinidad por el mundo escénico, en el que dejó infinidad de canciones, preludios y danzas, pero también grandes bloques de música (para sus semióperas) y una ópera breve, que se cuenta entre las más célebres de sus obras (Dido y Eneas). La razón del éxito de esta música la dejó clara Playford en el Prefacio al primer volumen de Orpheus britannicus: “Un genio peculiar para expresar la energía de las palabras en inglés, por lo que movía las pasiones de todos sus oyentes”.
Entre Vivaldi y las Amazonas
Farnace ha ordenado la muerte de su hijo y, aunque la sentencia no se cumplirá, se estremece en una de las arias patéticas más imponentes del repertorio barroco, “Gelido in ogni vena”. Con ella comienza el primero de los dos discos (sello Alpha) publicados hasta ahora por Jupiter. Cuando escuché a Lea Desandre interpretar este auténtico tour de force del repertorio quedé impresionado e inmediatamente me recordó un impacto similar provocado por otro álbum de arias de Vivaldi veinte años atrás, el que me causó el mítico trabajo de Cecilia Bartolicon Il Giardino Armonico en 1999.
Tras aquel primer disco, que apareció en 2019, Jupiter dio el salto al estrellato. Dos años después, ya en un sello de la multinacional Warner (Erato), el segundo disco de Desandre con el grupo se titula Amazone e incluye una amplia selección de arias y pequeñas piezas instrumentales de óperas vinculadas a las amazonas, obras tanto del ámbito italiano como del francés e incluso germánico. La música va saltando del belcanto veneciano del XVII (Cavalli, Pallavicino, Viviani) a la escuela napolitana (Provenzale), las tragedias líricas francesas (Destouches, Philidor) y, con Vivaldi como punto de llegada (su Ercole sul Termodonte), pasa por alguna sorpresa, como la de los casi desconocidos hasta ahora Giuseppe De Bottis y Caspar Schürmann, un compositor que trabajó con Keiser en Hamburgo.
En Amazone, Desandre ofrece además dos dúos con dos grandes estrellas invitadas: Véronique Gens (música de Philidor) y Cecilia Bartoli, con la que canta un emotivo lamento a dos de Mitiline, reina de las Amazonas de De Bottis.
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