La ROSS toca al Mahler más popular

ROSS. 4º de abono | Previa

En su cuarto programa de abono de la temporada, la Sinfónica de Sevilla ofrecerá jueves y viernes la 5ª sinfonía de Mahler, una de las obras más populares de todo el repertorio orquestal

Bertrand de Billy en un ensayo con la ROSS.
Bertrand de Billy en un ensayo con la ROSS. / Marina Casanova

La cita

Jueves, 17 y Viernes, 18 de noviembre

Teatro de la Maestranza. 20:00.

Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Abono Gran Sinfónico 4

Director: Bertrand de Billy

5ª Sinfonía en do sostenido menor de Gustav Mahler

De 20 a 36 euros

Vuelven los conciertos de abono de la ROSS, esta semana con la segunda cita de las cinco programadas la presente temporada en torno a la música de Gustav Mahler. Será Bertrand de Billy (París, 1965) el encargado de dirigir al conjunto para la ocasión. Se trata del debut al frente de la orquesta sevillana de un maestro bien conocido en España por los años en que fue Director musical del Liceo de Barcelona (1999-2004) y que también ha tenido titularidades en conjuntos de renombre europeos como la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena o la Filarmónica de Dresde.

En atriles, una única partitura, la 5ª Sinfonía en do sostenido menor de Gustav Mahler (1860-1911), una obra que tiene una duración estimada de entre 70 y 75 minutos y que se ha convertido en la sinfonía más difundida de Mahler, porque su cuarto movimiento, un Adagietto escrito para cuerdas y arpa, se popularizó extraordinariamente cuando en 1971, en una época en la que el compositor no tenía ni la fama ni el prestigio de los que goza hoy, Lucchino Visconti lo empleó como el motivo sonoro esencial de su Muerte en Venecia. Desde aquel momento, esos poco más de diez minutos de música han trascendido no sólo la sinfonía de la que forma parte, ganando cierta independencia, sino todo el conjunto de la obra de su creador, para convertirse casi en un icono del recogimiento y la melancolía puestos en música.

Mahler compuso su 5ª sinfonía entre los veranos de 1901 y 1902, en un tiempo en que era Director Artístico de la Ópera Imperial de Viena. Como solía hacer, llegada la estación veraniega se tomaba un período de vacaciones en que se retiraba a algún refugio cercano a la capital y allí se dedicaba a componer. El gran especialista en el compositor, Henry-Louis de La Grange piensa que los dos primeros movimientos de la obra fueron esbozados en el verano de 1901 en Maiernigg y su carácter trágico tienen que ver con la hemorragia intestinal que el músico había sufrido en febrero de aquel año, que lo puso al borde de la muerte, aunque es cierto que las marchas fúnebres eran habituales en su música, hay una ya en la (que la ROSS interpretó en septiembre en la apertura de esta temporada) y la empieza con otra.

Gustav Mahler.
Gustav Mahler. / Moritz Nähr

Con la , Mahler volvía a las sinfonías puramente instrumentales, después de que , y tuvieran importantes pasajes vocales. La instrumentación es la típica de sus obras anteriores e incluye la tradicional cuerda en cinco partes, maderas a tres (salvo flautas, que son cuatro), seis trompas, cuatro trompetas, tres trombones, tuba, arpa, timbales y un variado set de percusión, es decir, la gigantesca orquesta sinfónica característica de la música centroeuropea del posromanticismo.

La sinfonía se abre con una marcha fúnebre ("Con paso mesurado. Severo. Como una procesión fúnebre", escribe el compositor) de un tono más patético que verdaderamente trágico y se continúa con un segundo movimiento ("Tempestuoso y animado. Con la mayor vehemencia") violento y angustioso. Construido en la clásica forma sonata, la música parece conducir a un final victorioso, pero se retrae y se cierra en clave oscura, casi desesperada. Y de repente, un extenso Scherzo radiante como tercer movimiento, en el que por una vez el compositor prescindió de esos toques grotescos tan habituales de estos momentos de sus sinfonías.

Para cuando en el verano de 1902, Mahler terminó la sinfonía, su vida había cambiado de forma importante, pues el 9 de marzo se había casado con Alma Schindler y con su esposa llegó a finales de junio a Maiernigg. Es entonces cuando escribe el Adagietto, especie de romanza sin palabras de la más alta inspiración, y concluye la sinfonía con un quinto movimiento, un rondó de una brillantez y una variedad temática inusitadas. Mahler siguió trabajando en su obra hasta su estreno en octubre de 1904 en Colonia, pero la sinfonía, que fracasó cuando el propio autor la presentó en Viena al año siguiente, tardó en ser entendida y valorada. Como tantas veces, décadas después, el cine vino en su rescate.

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