“La ROSS debe demostrar que la música es un motor de cambio social”
Pedro Vázquez | Director gerente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
El pianista y músico aparcó este año su carrera artística para asumir la gerencia de la Sinfónica de Sevilla, cuya programación se le ha encargado diseñar mientras se elige al nuevo director titular
Sevilla/La vida de Pedro Vázquez (Sevilla, 1972) se cruzó por primera vez con la historia de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) en 1991. Cuando aún estudiaba en el conservatorio superior de la calle Jesús del Gran Poder procuraba no perderse los ensayos que la formación realizaba en la Sala Apolo, con tal fidelidad que un día el entonces director técnico, José Manuel Delgado, decidió dejarle las partituras de los músicos para que pudiera consultarlas también. En 2001 se reencontró con el conjunto cuando trabajó como asistente del maestro Pedro Halffter en el Teatro de la Maestranza, y en 2020 ha aparcado su propia carrera artística para asumir la plaza de gerente de la ROSS, que obtuvo en una convocatoria pública resuelta en plena pandemia. Curtido en la ópera italiana como asistente del maestro Andrea Licata, Vázquez amplió sus estudios en San Petersburgo, Barcelona y Berlín, y sigue tocando el piano a diario. "Mi maestro Sintsev, al que conocí en 1992, ha sido esencial para mí y los años que estudié con él en el Conservatorio de San Petersburgo, donde me cruzaba por los pasillos con Sokolov, me marcaron para siempre", recuerda este entusiasta de Johann Sebastian Bach y de la escuela pianística rusa, cuyos seis meses de prueba como gerente se cumplen la próxima semana.
-Acaba de presentar un programa social y pronto dará a conocer su proyecto educativo. ¿Hasta qué punto la pandemia ha modificado su hoja de ruta?
-La ROSS se enmarca en una nueva etapa pero no por el Covid sino porque era necesario modernizar su estructura y llevarla al siglo XXI. Como empresa pública que somos había que potenciar la obra social; era de obligado cumplimiento revertir el capital humano y económico en la sociedad que nos nutre. Pero mi idea no es crear proyectos sociales de la nada sino alinearnos con los que están en marcha y funcionan para aportar. La ROSS debe demostrar que la música es un motor de cambio social. Me hace ilusión volcar en la sociedad los valores de nuestros músicos: la excelencia, la capacidad de sacrificio y de trabajo en equipo. La ROSS se convierte así en un instrumento al servicio del bienestar social pero sin olvidarnos nunca de que lo esencial en una orquesta es la calidad artística. Y para potenciar esa calidad estamos seleccionando un nuevo concertino, definiendo el proceso para la elección del nuevo director artístico...
-Se abrió el proceso para la elección del concertino pero aún no se ha resuelto. ¿En qué fase se encuentra ahora?
-Se abrió y se han inscrito 80 candidatos de todo el mundo. Las pruebas se iban a realizar este mes de diciembre pero se han pospuesto a julio de 2021 para que sea viable que estos músicos puedan viajar a España, de modo que el concertino elegido se incorporará en la próxima temporada 2021-22. También queremos sacar pronto la plaza de director titular. Por ahora son los directores invitados, que se responsabilizan de cada programa, los que asumen la dirección artística, pero es fundamental contar con un director titular para establecer dinámicas de trabajo y una rutina. El consejo de administración abrirá el concurso a los directores de todo el mundo para la próxima temporada, por lo que la incorporación se llevaría a efecto en la temporada 2022-23. Creo que sería interesante que los finalistas del concurso tuvieran un tiempo para trabajar e interactuar con la orquesta, y así lo recoge mi propuesta. Pero la definición del procedimiento depende del consejo de administración de la ROSS, que preside ahora Antonio Muñoz (PSOE) y tiene a Mar Sánchez Estrella (PP) en la vicepresidencia.
-En etapas anteriores se evidenció un mayor protagonismo de algunas agencias de representación artística en la contratación de solistas y directores invitados. ¿Qué opina al respecto?
-Quiero cambiar el modelo para que la contratación de los músicos y solistas invitados sea más democrática. Para la convocatoria pública de concertino se han usado plataformas internacionales donde se ha colgado la bolsa de trabajo, y del 12 al 16 de julio se harán las pruebas que elegirán al concertino, la última de las cuales incluye tocar con la orquesta. Buscamos los mejores candidatos, un perfil de la máxima experiencia, excelencia y nivel internacional porque la ROSS llevaba más de una década sin sacar la plaza de concertino titular. A la ROSS hay que dotarla de herramientas para que pueda crecer y entrar en otra dimensión, es preciso cubrir muchas plazas de cuerda y querría cubrir también la plaza de ayuda de concertino, que está igualmente libre.
-¿Se reprogramarán los dos programas cancelados por el cierre del Maestranza?
-Sí, se han reprogramado para la próxima primavera y estamos esperando a que el Maestranza nos confirme las nuevas fechas. Mantengo una magnífica relación con su director, Javier Menéndez, con el que comparto edad y filosofía, y creo que hacía tiempo que las relaciones no eran tan buenas entre el teatro y la ROSS, o que se están suavizando problemas que venían de años atrás.
-¿Han quedado atrás también las diferencias entre la gerencia y el comité de empresa?
-Se firmó el convenio colectivo, que no se ha denunciado por ninguna de las partes, y hay una comisión de negociación para los temas que tienen que ver con el próximo convenio. El comité sigue trabajando en su función, preocuparse de que los trabajadores tengan las mejores condiciones laborales, y a la vez estamos en una etapa de colaboración porque todos sabemos que en esta coyuntura tan difícil es necesario arrimar el hombro.
-Dado que los músicos no han podido tocar en público en distintos períodos de esta temporada, por el cierre del Maestranza, y de la anterior, debido al confinamiento, ¿cómo se desarrolla su actividad? ¿Qué papel cumplen las nuevas tecnologías?
-Hay circunstancias difíciles que hacen que, aún con público, no podamos ofrecer una temporada al uso. Pero a partir de enero, cuando celebremos el 30 aniversario, ampliaremos el aforo, tocaremos el gran repertorio sinfónico, y esperamos festejar esas tres primeras décadas de la Sinfónica de Sevilla sin tener que variar la programación a causa de una no deseada tercera ola o porque sigamos con restricciones como las que tenemos ahora, que afectan a los aforos y a las distancias de los profesores en el escenario. El programa del 30 aniversario (7 y 8 de enero) será el mismo que tocó la ROSS en su primer concierto de abono en el Lope de Vega y lo dirigirá, al igual que el Concierto de Año Nuevo (3 de enero), Marc Soustrot. Pero si vuelve a haber confinamiento hemos desarrollado una plataforma digital de vídeo bajo demanda, que a partir de enero será OTT [aplicaciones que ofrecen contenido de vídeo a través de internet en lugar de televisión por satélite o cable] y podremos consultarla desde el móvil. Así que los profesores de la ROSS seguirán grabando el repertorio previsto, como ocurrió con el concierto didáctico o el que celebramos a beneficio del comedor social de Triana, que están ya en la plataforma. Si los directores y solistas invitados no pueden venir a Sevilla buscaremos alternativas. Ahora que el concierto como tal no es posible es buen momento para volcarnos en lo social y lo educativo, y abordar las retransmisiones por streaming. Por un lado, este salto digital nos permite que la sociedad acceda al trabajo diario de los músicos y no tenga la sensación de que una orquesta que no puede tocar en directo es algo inútil. Ahora mismo somos una orquesta digital para un público digital. El paradigma está cambiando y estamos haciendo música desde la plataforma, conectándonos a través de ella con los abonados, la sociedad y los centros educativos, al igual que hacen desde hace años las grandes orquestas europeas, como la Filarmónica de Berlín. Al principio a los profesores de la ROSS les costó adaptarse pero ahora están encantados porque pueden mostrar su trabajo. Para un músico es frustrante sentirse inoperante o no sentir el aplauso del público.
-¿Qué patrimonio audiovisual propio tiene la Sinfónica?
-Prácticamente nada y es una lástima. Esa mentalidad de no darle importancia hizo que perdiéramos un patrimonio social esencial y que ya suma 30 años. Hay algunas grabaciones de conciertos que hizo RNE, por ejemplo, que se están volcando en la plataforma desde el año 2000, y están en abierto los conciertos en el Maestranza, en el Auditorio Nacional... En la actualidad se está grabando todo y la ROSS no se mueve ya sin que su trabajo quede registrado para el disfrute y conocimiento de las generaciones futuras. También estamos buscando nuevos socios y conversando con Canal Sur.
-Esta semana han registrado en el Maestranza los temas del disco 'Canciones, del musical al cine'. ¿Volverán pronto al estudio de grabación?
-Queremos volver a grabar y mi idea es registrar música sinfónica contemporánea aliándonos con los principales sellos, como Naxos. Estamos muy ilusionados con el programa de música de cine, que comprenderá también clases magistrales y mesas redondas en colaboración con la Universidad Loyola. Se celebrará la primera semana de marzo y vendrán a Sevilla directores del máximo nivel: habrá dos conciertos sinfónicos (días 4 y 5), dedicados a Morricone y John Williams, y a compositores actuales españoles de primer nivel. Y el 7 de marzo el ciclo de música de cámara de la ROSS ofrecerá en el Espacio Turina un homenaje a la figura de Nino Rota.
-¿Piensa cambiar la política de abonos?
-Para la próxima temporada 2021-22 habrá un cambio sustancial en los modelos de abonos porque la sociedad ha cambiado, se ha vuelto más líquida como bien explicó Bauman, y no quiere compromisos a largo plazo, por lo que queremos ofrecer paquetes de cuatro o seis conciertos como hemos hecho con los del 30 aniversario. Por supuesto quien quiera abonarse a todos los programas recibirá la máxima atención pero queremos explorar y ofrecer otras opciones.
-Uno de los retos de la ROSS es presentar su programación con mayor antelación. ¿Cómo se logra sin un director artístico?
-La encomienda del consejo de administración de la ROSS, a falta de director artístico, es que yo me haga cargo de diseñar la programación artística de la próxima temporada y en tanto se resuelve el contrato del director titular. A finales de este año debo hacer un adelanto de programación: líneas maestras, tipos de abono, presupuestos y política de precios... Y a partir de ahí trabajaré en la definición de las piezas y los compositores. Lo que tengo claro es que quiero ligar la programación de la ROSS a la del Maestranza para establecer sinergias, y que tendré muy presentes a los jóvenes compositores andaluces, cinco de los cuales estrenarán sus obras con nuestra orquesta la próxima temporada -habrá tres estrenos absolutos-. Además, me gustaría reprogramar a los grandes solistas y directores previstos en esta temporada que por la pandemia no pudieron venir. Y ofrecer un repertorio que aumente la calidad de la ROSS contando con nuestro recién elegido director honorario Michel Plasson (París, 1933), que inaugurará la nueva temporada y ofrecerá varios conciertos.
-¿Por qué se ha decantado por la figura de Plasson?
-Aparte de haber sido uno de los directores invitados más queridos por los profesores de la ROSS, logró crear una magia tan grande cuando volvimos a tocar en público tras el estado de alarma que vimos que la orquesta crece muchísimo con él. Plasson a sus 87 años solo dirige por placer y puede aportar mucho de su experiencia. Además está enamorado de Sevilla. También quiero contar con el maestro Juan Luis Pérez, que sin duda protagonizará un momento inolvidable cuando dirija a su propio hijo, el pianista Juan Pérez Floristán, el 21 y 22 de enero (segundo programa del abono del 30 aniversario).
-¿Apoyará la creación actual con comisiones y residencias?
-La ROSS tiene que seguir comisionando partituras, es una obligación de la orquesta incrementar nuestro patrimonio musical. Y su calidad tiene que crecer, la pandemia nos ha pasado factura a todos al imposibilitar, por ejemplo, el trabajo en equipo.
-¿No se arrepiente de haber aparcado su carrera musical?
-Este cargo tiene una parte también de sacrificio porque mi carrera artística no iba mal, estaba dirigiendo ópera en Pekín, pero ha sido una decisión tomada con madurez porque creo que puedo aportar mucho a Sevilla y a la ROSS. Además yo vengo de la parte privada: creé la Orquesta Sinfónica del Aljarafe, fundé la escuela de Mairena, el conservatorio de Sanlúcar la Mayor, la Orquesta Metropolitana, el proyecto de orquestas inclusivas... Toda esa experiencia quiero que revierta en la ROSS. Porque no podemos olvidar que la recuperación tras el Covid, la posguerra, va a ser muy complicada, y la ROSS tiene que ser percibida por la escena artística y por los otros músicos como una oportunidad. De ahí que crea también que el proyecto pedagógico es de obligado cumplimiento. La música tiene que entrar en el currículo escolar y la Sinfónica debe jugar un papel crucial formando al profesorado, creando valores.
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