ESCENA MUSICAL

Tarifa Music Club amplía el mapa de las salas de concierto sevillanas

  • El espacio de la Ronda programa el sábado a Trinidá y se suma a la reactivación de las agendas en el resto de locales, que desde este fin de semana volverán a ofrecer música en directo

Actuación de la cantante Dolores Berg en Tarifa Music Club.

Actuación de la cantante Dolores Berg en Tarifa Music Club. / Stefanía Scamardi

La sexta ola del Covid vació las salas de concierto de Sevilla, obligadas a suspender su programación desde días antes de navidad. Pasadas las fechas más peligrosas se han puesto de nuevo en marcha y por fin, este fin de semana, volveremos, sin bajar la guardia y adoptando todas las medidas de protección preceptivas, a disfrutar de la música en directo. Brillarán de nuevo las marquesinas de las salas X, Even, Malandar, Hollander, Fanatic, a las que se les volverá a unir el Fun Club, que si bien volvió a abrir sus puertas el pasado 9 de diciembre, solo ha programado sesiones de Dj y su primer concierto tendrá lugar este viernes con Guiu Cortés, al que seguirán los de Fischer Tropsch, Peter Pilgrim Band y Ten Shots & KO.

El Fun Club acoge el viernes el primer concierto de su nueva etapa con Guiu Cortés

El número de salas se incrementó recientemente con una más, Tarifa Music Club, que además de estar en un lugar perfectamente accesible, como es la confluencia de la calle Madre Dolores Márquez con la Ronda de Capuchinos, en plena Puerta de Córdoba, cuenta con un aforo de 120 espectadores, lo que la hace ideal para los artistas a los que les vienen grandes las otras salas, de algo más del doble de capacidad: grupos que vienen de fuera y no tienen aquí demasiado reclamo o bandas emergentes y de pequeño formato que hay en Sevilla y necesitan un espacio como este, que "rellena un hueco que la escena musical de nuestra ciudad necesita como el comer", según la valoración personal de Chusta, su director de programación, que además es "Dj residente, técnico de sonido y encargado de que todos los músicos sean tratados como me gusta que me traten a mí", apostilla, escaldado por la experiencia que tiene como cantante de la banda La SeLvA SuR.

Chusta explica que "Tarifa Music Club es la lógica continuación del sueño de sus propietarios, María Jesús Fernández, Sergio Gil y el Gitano José Gil, tan amantes de la música como de las costas de Cádiz, lo que les llevó a montar en Sevilla un garito mágico como aquellos que había en la buena época de las playas gaditanas, con música todos los días, ambiente bastante hippie y decoración muy ecléctica y playera".

Así fue como nació el Café Tarifa de Miraflores, en el que Chusta tocaba muchas veces. "Un día que tenía los cables cruzados les dije que aquello no podía ser, que el local no estaba bien iluminado, que entendía que al ser un bar no se le pudiese pagar mucho a los músicos, pero era esencial brindarles un buen equipo y una atención profesional. Lejos de no llamarme más, lo hicieron al día siguiente, diciéndome que llevaba razón en todo y me contrataron". De eso hace ya cinco años y de la mano de Chusta el Café Tarifa tuvo tanto éxito que montaron una réplica en la Alameda de Hércules. Y ahora llega su tercera extensión, más ambiciosa, el nuevo Tarifa Music Club.

Escenario de Tarifa Music Club. Escenario de Tarifa Music Club.

Escenario de Tarifa Music Club. / Stefanía Scamardi

Aunque la sala tuvo una inauguración oficiosa con la fiesta posterior al concierto en el que la banda de Pájaro celebró su décimo aniversario en el Teatro Central, su apertura oficial se produjo el 21 de octubre y desde entonces han pasado por su escenario Lolo Ortega, The Vagos, Malefino, La Pompa Jonda y en los próximos días se espera a la banda local Trinidá (que actúa este sábado), para seguir con Kalishkla, Cadipsonians, Chiki Lora o Sonido Internacional.

"Tengo completa libertad y confianza para programar y solo me he puesto las líneas rojas del flamenquito y los grupos de versiones de los 80, de los que estamos ya saturados; también quiero evitar las bandas de tributo en la medida de lo posible. Y al poder estar abierto el local hasta algunas horas más tarde, hay espacio para DJs, con la premisa de que nunca pondrán música comercial, sino que hemos optado por una línea de world music para poder bailar cumbia, balkan, electro swing, música latina, reggae y otros estilos que cada vez tienen menos cabida en las salas".

El miedo a los sitios cerrados ha hecho que Tarifa tuviese un arranque difícil, pero el amor a la música, por encima de todo, de sus dirigentes, la convertirá en un punto esencial para la cultura musical sevillana.

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